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Los nuevos desafíos de los directorios en escenarios turbulentos
Mié, 25/11/2015 - 09:47

Gonzalo Larraguibel

Gonzalo Larraguibel
Gonzalo Larraguibel

Gonzalo Larraguibel es Socio de Virtus Partners.

Hoy, ad portas de iniciar 2016, enfrentamos un entorno que no sólo es dinámico, sino también complejo. Factores como la internacionalización, los cambios tecnológicos, la evolución de los consumidores y las exigencias cada vez mayores del regulador y la opinión pública en pos de mayor transparencia, dejan a las organizaciones en un terreno incierto y difícil de caminar, pero que también supone grandes oportunidades.

En las últimas décadas, vemos cómo en Chile y en el resto de los países las instituciones han sufrido una serie de escándalos cuya principal consecuencia es la desconfianza. En la actualidad, podemos apreciar un fuerte cuestionamiento por parte de la opinión pública hacia los gobiernos corporativos, tanto en su efectividad como en su gestión. Así, cuando estalla alguna crisis o escándalo, todas las miradas se vuelcan hacia el rol que cumplen los Directorios dentro de la compañía.

Frente a este ocurrente escenario, países como Chile están trabajando fuertemente en mejorar la regulación de las organizaciones; un ejemplo de esto es la norma 385, donde el regulador solicita a las empresas que se autoevalúen, instándolas a informar públicamente el cumplimiento de sus prácticas de gobierno corporativo.

Pero no puede recaer toda la responsabilidad en las autoridades. Es fundamental que cada organización se replantee de manera interna y evalúe cuáles son las mejores prácticas a seguir, qué errores se cometieron y cómo aprender de ellos para fortalecer la compañía y mejorar su desempeño de manera sostenida en el tiempo.

Desde Virtus Partners, hemos generado algunos hallazgos importantes respecto al actual funcionamiento de los directorios en Chile, lo cual nos permite reflexionar respecto a la realidad que vivimos en nuestras empresas:

1. Propósito y rol del Directorio: en general, no hay claridad sobre el “¿para qué?” del Directorio. Por otra parte, existe un consenso básico en que el rol del directorio radica en resguardar la estrategia, los resultados y el “cuidado” de hacer las cosas bien, pero no está bien definido el nivel de involucramiento en su interacción con la administración.

2. Roles dentro del Directorio y su estructura: el Presidente del Directorio ejerce un rol clave dentro de la compañía, donde éste debe tener una buena y constante relación con el gerente general, respetando siempre los ámbitos de gobierno y administración respectivos. Se valora tener un Directorio heterogéneo, incluyendo distintos perfiles necesarios para el futuro de la compañía

3. Toma de decisiones: Si bien la mayoría de las resoluciones se toman en los Directorios, se debe tener claridad de dónde se toma cada decisión y el ámbito de acción de cada estamento.

4. Interacciones y formas de trabajo: el envío oportuno de información y la adecuada preparación de los directores es clave. Éstos deben contar con una clara agenda de la sesión, basarse en la construcción de acuerdos y seguir las decisiones en el tiempo. El trabajo en Comités es muy valorado, ya que permite profundizar en temas más específicos.

5. Procesos clave: el desarrollo de la agenda debe estar englobado en una visión anual relacionada a la estrategia. Existe tensión entre la necesidad de potenciar los ámbitos de control versus la focalización en la visión futura y la estrategia de largo plazo, lo cual se ha acentuado en el contexto de los recientes escándalos en el país.

No existen soluciones únicas para un correcto funcionamiento de los Directorios, pero aún así, el desarrollo y aprendizaje de los directores es clave, y la autoevaluación es el punto de partida para mejorar el funcionamiento del sistema integral de gestión.

El Directorio debe instituir valores que aseguren la sustentabilidad de la compañía, así como también asegurar que los incentivos a los ejecutivos estén correctamente alineados con éstos.

Casos como los que vemos hoy en día demuestran que, si bien en los últimos años hemos evolucionado en materia de cómo deben funcionar los Directorios en Chile, aún se hace necesario avanzar en el camino del liderazgo y conciencia tanto del controlador como del propio Directorio.