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¿Por qué hay desabastecimiento de gas natural en Colombia?
Jueves, Octubre 2, 2014 - 09:19

La demanda ha aumentado 57,2% entre 2009 y 2013. Se requiere subir los niveles de producción, de lo contrario sería inevitable un racionamiento, incluso del gas residencial.

Con el ánimo de buscar soluciones estructurales al problema de desabastecimiento de gas al que se enfrenta el país, ya sea por falta de gas o por falta de capacidad de transporte, es necesario analizar las razones que lo causan y los impactos que aquél tiene sobre los sectores críticos, como el industrial y el termoeléctrico.

El Ministerio de Minas y Energía, con la expedición del decreto 2100 de 2011, que buscaba promover el aseguramiento del abastecimiento nacional de gas natural, y la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), con la definición de los mecanismos de comercialización de gas natural, buscaban la generación de una regulación moderna y, en principio, acorde a las necesidades de cada uno de los segmentos de la demanda de gas. Desafortunadamente, desde entonces las condiciones del mercado han ido cambiando y hoy por hoy requieren complementar este marco normativo para asegurar la atención plena de la demanda, la cual ha aumentado 57,2% entre 2009 y 2013.

Actualmente, el consumo interno de gas natural equivale a 1.100 Gbtud constantes y una necesidad temporal de gas natural de 390 Gbtud. El aumento rápido en la demanda, que representa un crecimiento interanual de 9,1%, se vio reflejado en todos los sectores, aunque se destacan el residencial, con 39,3%; la refinería, con 37,9%, y la industria, con 21,8%. Se trata de un indicador que refleja el crecimiento del país, que es indicador de la sustitución de combustibles líquidos para el transporte y la industria, y el aumento del acceso a un recurso energético eficiente para los hogares colombianos.

La generación termoeléctrica presenta dos necesidades importantes de gas natural: un consumo constante que se requiere regularmente para complementar la generación térmica (que hoy asciende a 300 Gbtud) y el consumo temporal y variable (que se estima en 390 Gbtud) y que se produce cuando las condiciones hidrológicas son extremas y la generación hidráulica requiere un mayor complemento de las plantas térmicas para garantizar la confiabilidad del sector eléctrico.

Y aunque esta creciente demanda energética usualmente se asocia a mayores niveles de desarrollo e industrialización, la realidad es que hoy la oferta disponible de gas natural es inferior a las necesidades de todos los agentes económicos del país. Este déficit se comenzó a hacer evidente hace unos años, cuando al sector termoeléctrico se le negó la posibilidad de acceder a gas flexible y fue forzado a respaldar sus Obligaciones de Energía Firme con combustibles líquidos. Esta obligación implicó un esfuerzo adicional para el sector eléctrico, el cual tuvo que construir puertos, acondicionar carrotanques y tanques de almacenamiento y reformar la cadena de abastecimiento para que el país siempre tenga el 100% de la energía que necesita.

El hecho de que el sector termoeléctrico tuviera que respaldar la generación con combustibles líquidos afecta la competitividad de las tarifas de energía eléctrica, pues las tarifas tienen como referencia un combustible que es hasta seis veces más costoso que el gas natural. Así pues, resulta apenas lógico que los generadores busquen tener respaldo de su confiabilidad en un combustible más económico y generar más electricidad con gas para favorecer las tarifas que los usuarios y la industria pagan en su factura de energía eléctrica.

Sin embargo, la insuficiente oferta de gas natural (que, de acuerdo con los productores, en 2014 corresponde a un potencial de producción promedio de 1.100 Gbtud para los próximos 10 años) va a obligar a que un segmento de la demanda que no es considerada esencial no tenga acceso a este combustible. Estarán tanto los industriales como los generadores térmicos. Para el período 2015 hay una disponibilidad para contratar gas de 1.094 Gbtud.

Sin embargo, tan sólo hay 330 Gbtud disponibles para la venta, pues la producción comprometida con contratos previamente celebrados llega en promedio a 764 Gbtud. Si a esta escasa oferta se adicionan las restricciones de transporte de gas que afectan principalmente la venta de gas de los campos del interior del país, la oferta definitiva disponible en el país corresponderá a 187 Gbtud, lo que implica un desabastecimiento de gas natural para la demanda que consume continuamente este combustible.

Con la entrada en operación de la planta de regasificación, a partir del año 2016 el sector termoeléctrico soluciona parcialmente el problema de abastecimiento de gas en 400 Gbtud. Sin embargo, aún resta garantizar el abastecimiento de gas flexible del parque térmico para respaldar los 290 Gbtud remanentes de necesidad de gas flexible con combustibles líquidos.
La situación es un poco más complicada para los demás sectores de consumo, ya que se requiere de manera urgente mantener y aumentar los niveles de producción para atender la creciente demanda. De lo contrario, sería inevitable un racionamiento de gas, incluso residencial.
El debate

Por todo lo anterior, la discusión del gas natural en Colombia no debe estar basada en la asignación del poco gas que hay en el futuro inmediato. El crecimiento del país y la confiabilidad y competitividad del sector eléctrico son tan importantes que requieren de manera urgente una recargada política de abastecimiento de gas que incluya:
1. Diversificar las fuentes de suministro. Se requiere nueva oferta nacional, una planta de regasificación como confiabilidad del sector gas y la interconexión con Venezuela para revertir el flujo de gas. Para obtener nueva oferta nacional se debe hacer seguimiento continuo a las actividades de exploración y explotación, además de desarrollar el gas proveniente de yacimientos no convencionales.

Tal como lo propone la UPME en el Plan Indicativo de Abastecimiento de gas, deben definirse los responsables para la ejecución de la planta o plantas adicionales y definir las alternativas de financiación como inversiones en confiabilidad del sector de gas natural.

2. Priorizar la demanda interna de gas natural. Se entiende la importancia de permitir las exportaciones de gas como mecanismo que incentive las actividades de exploración y explotación de este hidrocarburo. No obstante, se debe dar prelación a la demanda interna de gas natural antes de exportarlo. Para ello se debe complementar el mecanismo de comercialización actual con uno que dé prioridad a la demanda interna, es decir, que se ofrezca primero el gas natural en el mercado interno y, en caso de que no haya interés o disposición a pagar, se pueda exportar.

3. Ampliar la capacidad de transporte de gas. Se requiere ampliar la capacidad de transporte del sistema nacional con el fin de asegurar la atención plena de demanda. Hoy los transportadores no ejecutan obras aún con solicitudes de compra de capacidad de transporte.

4. Armonizar la regulación del suministro y del transporte. Existe una descoordinación entre el desarrollo de nuevas fuentes de suministro y la ampliación de la capacidad de transporte, lo que nos lleva a tener un exceso de gas en el interior del país que no se puede transportar y un déficit de gas en la región Caribe con excedentes de capacidad de transporte hacia el interior.

Se requiere urgentemente la definición de una metodología de remuneración de la confiabilidad en transporte y suministro que permita atención plena de la demanda y la armonización regulatoria para que el aumento de oferta y capacidad de transporte operen simultáneamente.

5. Garantizar la confiabilidad como servicio público y flexibilizar el abastecimiento del sector termoeléctrico. Los requerimientos de confiabilidad de gas natural se deben realizar como inversiones del servicio público y no se deben asumir como obligación de agentes privados (generadores de conseguir el combustible y el transporte). El beneficio por estas obras es para todo el mercado no sólo para los generadores.

Ante la incertidumbre hidrológica, el sector termoeléctrico requiere flexibilidad en el abastecimiento de gas. El suministro puede estar solucionado con nuevas plantas de regasificación, pero el transporte se convirtió en una restricción. En la nueva metodología de remuneración del transporte se deben crear tarifas diferenciales que permitan al transportador incorporar la flexibilidad del sector eléctrico y no castigar su capacidad de venta a los agentes por ofrecer estos contratos.

Estas medidas no sólo beneficiarán a todos los usuarios del sector de gas natural, sino a los usuarios del sector eléctrico, ya que si los generadores pueden tener acceso a un combustible menos costoso, los precios, tanto de los contratos de energía eléctrica como del mercado que se forma en el día a día de acuerdo a la disponibilidad de recursos energéticos, serán considerablemente menores.

Autores

ELESPECTADOR.COM