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Argentina decidirá en elección presidencial qué tan profundos serán los cambios en su economía
Jueves, Octubre 22, 2015 - 14:00

Daniel Scioli, un ex campeón de motonáutica que gobierna la provincia de Buenos Aires, promete continuar con los generosos planes sociales que han ayudado a millones de argentinos pobres.

Argentina sufre un estancamiento económico, las regulaciones gubernamentales han alejado a los inversores y los mercados le dan la espalda, pero el candidato del peronismo oficialista podría ganar las elecciones presidenciales del domingo.

Daniel Scioli, un ex campeón de motonáutica que gobierna la provincia de Buenos Aires, promete continuar con los generosos planes sociales que han ayudado a millones de argentinos pobres y cimentado la popularidad de la saliente mandataria Cristina Fernández. Pero más conciliador que ella, asegura que hará ajustes graduales a una economía muy regulada por el Estado.

Aunque Scioli, de 58 años, tiene posibilidades de ganar en primera vuelta el domingo y encabeza con comodidad las preferencias, su principal rival, el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, podría forzarlo a un balotaje.

Macri, de 56 años, es un ingeniero de centroderecha que promete cambios más radicales para reconquistar a los inversores extranjeros, como eliminar abruptamente un control de cambios, impuestos al agro y restricciones a las exportaciones de Argentina, que atraviesa tiempos duros en gran parte por la caída de los precios de las materias primas que exporta.

Pero el peronista disidente Sergio Massa también está intentando colarse en el segundo lugar para luchar contra Scioli en un balotaje previsto para el 22 de noviembre. En las últimas semanas se ha acercado mucho en los sondeos a Macri, que había rechazado su propuesta de una alianza para enfrentar a Scioli.

Los tres tienen muchas diferencias ideológicas, pero sus propuestas no son tan distintas: todo indica que el país girará hacia políticas económicas más amigables con los mercados tras 12 años de peronismo de centroizquierda, aunque intentando mantener los logros sociales.

Cualquiera de ellos que llegue a la presidencia deberá intentar reactivar una economía estancada por la escasez de inversiones, controlar la alta inflación y reducir los niveles de inseguridad a partir de diciembre.

DUDAS

Si bien Scioli ha reconocido que son necesarios algunos cambios, se ha comprometido a mantener las principales políticas de Fernández, como el control estatal de la petrolera YPF y los subsidios a la pobreza.

"Si hay un contexto internacional donde bajan los precios de los 'commodities' hay que repensar instrumentos financieros o fiscales para apuntalar cada sector productivo", sostuvo el miércoles por la noche en un programa de TV, en el que reconoció que el tipo de cambio debe tener "una flotación responsable".

La cercanía de Scioli con el mundo de los negocios -nació en el seno de una familia de empresarios- inquieta al entorno de la presidenta Fernández, por los temores de que abandone muchas de sus políticas una vez en el poder.

Aunque tiene mucho apoyo popular, la presidenta, conocida por su retórica populista y fuerte temperamento, no puede aspirar a otro reelección. Pese a los cortocircuitos que tuvieron en el pasado, Fernández ungió a Scioli como heredero por ser el único oficialista con posibilidades reales de ganar, y dejó claro que espera que continúe con sus políticas.

Y muchos de sus seguidores también tienen dudas.

"Ojalá Scioli mantenga la continuidad de lo que ha hecho Cristina, pero Scioli es más manejable por los medios de comunicación", dijo Omar Zárate, dueño de una marroquinería en Escobar, en los poblados suburbios de Buenos Aires. "Tengo miedo que pueda ser vulnerable".

A pesar de las bajas tasas de desempleo y el combate a la pobreza, los avatares económicos han abierto oportunidades para la oposición.

"Este Gobierno por mentir logró que todos pierdan la confianza en ellos y nos 'encepó' (puso controles cambiarios). No se puede importar ni exportar y el país hace cuatro años que no crece", denunció Macri el miércoles en un programa de TV local.

Macri puede empujar a Scioli a la segunda vuelta si el peronista no alcanza el 40 por ciento de los votos y le saca a la vez al menos 10 puntos de diferencia.

Los expertos temen un resultado que deje a Scioli muy cerca del 40 por ciento de los votos, porque desataría denuncias cruzadas de fraude electoral y dudas sobre el escrutinio. Eso demoraría por días la definición de la elección, en la que también están en juego algunas gobernaciones de provincias importantes y bancas en el Congreso.

"Soy de derecha, y creo que es un cambio radical si gana Macri, pero la gente les tiene miedo a los cambios", dijo el comerciante Juan Alén, de 50 años, en Maquinista Savio, un distrito de clase media y baja a unos 50 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.

Autores

Reuters