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Diez ideas para el gobierno de Humala en el ámbito empresarial
Jue, 16/06/2011 - 12:45

Emilio Humberto García

Perú, marca país: ¿estamos preparados para que nadie nos pare?
Emilio Humberto García

Emilio Humberto Garcia Vega es profesor, consultor, asesor de empresas, e investigador de Estrategia Empresarial y Marketing. Licenciado en Administración y MBA de la Universidad del Pacífico (Lima, Perú). Ha desarrollado libros y publicaciones diversas en los temas mencionados, además de realizar asesorías, dictado de cursos y seminarios en el Perú, Argentina, Uruguay, Guatemala y Costa Rica. Es docente de la citada universidad desde 2003 e investigador asociado de la misma. Es especialista en Planeamiento, Implementación y Control de Estrategias Empresariales y de Marketing. Autor de los libros “¿Con quién compite nuestra empresa?” (2013), “¿Cómo generar Valor en las empresas” (2012), “¿Qué hace especiales a las empresas?: La Ventaja Competitiva a inicios del Siglo XXI” (2011) y “Una Aproximación al Retail Moderno” (2011).

Mientras Ollanta Humala está de gira por Sudamérica, todos los peruanos estamos expectantes por conocer las primeras decisiones que tomará el nuevo presidente. Entre ellas, que resuelva la incógnita que levantaron los medios de comunicación de toda envergadura y niveles de especialidad, así como los expertos, analistas, líderes de opinión y grupos de diversa índole, quienes han demandado -desde el día siguiente a la segunda vuelta presidencial y de forma bastante agresiva- el nombramiento del premier, ministro de Economía y del director del Banco Central de Reserva (BCRP).

En medio de esta vorágine de opiniones, e imbuido por este ánimo compartido, es que me animo a presentar algunas ideas que a mi juicio podría contemplar el nuevo gobierno, tendientes a potenciar el desarrollo empresarial del país.

1.- Mejorar la competitividad del Perú. En el país no existe una cultura competitiva. Recién en los últimos años se está empezando a darle relevancia al concepto y lo que implica, lo que se potenció con la famosa presentación de Michael Porter en 2009, quien criticó el modelo económico del país por estar basado en industrias extractivas (una crítica que se ha hecho siempre desde distintas tribunas y que al parecer recién fue vista como crítica seria cuando este gurú planteó su mencionado diagnóstico). Para pensar en la urgencia del tema, cabría preguntarse en cuántas industrias es realmente competitivo el Perú a nivel mundial o, siendo menos  ambicioso, a nivel latinoamericano.

2.- Trabajar y promover la innovación empresarial. Este tema va de la mano con el anterior. La innovación es una fuente de ventajas competitivas y, por ende, de competitividad. El Perú está entre los países de la región que menos invierten en innovación. Poco ha hecho el Estado; algo la empresa privada. Así, es claro que no se trata de que el Perú llegue a ser un polo tecnológico en el corto plazo -sería totalmente iluso pensarlo-, pero a nivel de productos, procesos y hasta modelos de negocio, existen iniciativas en la gran, mediana y pequeña empresa que podrían analizarse, replicarse y hasta articularse en los clusters que ya existen a nivel nacional.

Por otro lado, sería muy coherente que las industrias nacionales y también el Estado mire hacia el extranjero, hagan benchmark (técnica comparativa para medir rendimientos); capturen y trasladen experiencias exitosas hacia el mercado local. De esta manera, se podría cubrir una primera etapa de “actualización” en innovación, con el objeto de preparar una base, y años más tarde, asumir un rol más agresivo. Primero, tenemos que nivelarnos.

3.- Acercar la universidad estatal al mundo empresarial. Tanto la universidad estatal como la privada no están conectadas al sector empresarial, generando profesionales y soluciones que no están sintonizadas con la realidad y las necesidades empresariales. Las universidades se encuentran en sus feudos sin establecer una sólida conexión con la gran, mediana y pequeña empresa, y menos aún con la micro. Se puede empezar a investigar y copiar experiencias exitosas privadas como la del Instituto Peruano de Acción Empresarial (IPAE), un instituto de formación superior que trata de acercarse decididamente al empresariado.

4.- Mejorar el nivel de los profesores universitarios de las universidades estatales. El impacto de contar con los mejores profesores en las universidades estatales del Perú haría que en el mediano y largo plazo se cocinara una verdadera transformación del país. Por otro lado, además de docentes capacitados con doctorados y maestrías, se necesita gente apasionada, que disfrute enseñar. Sólo así se puede generar pasión en los estudiantes por los temas que estudian y fomentar que asuman retos sociales, empresariales y científicos.

5.- Potenciar las relaciones comerciales con Brasil. El gigante sudamericano comparte su segunda frontera más grande con el Perú. Si bien limitamos con la parte más pobre de este país (y también nuestra parte es bastante pobre), el intercambio comercial que se puede generar podría potenciar la economía de ambos lados.

El gobierno de Alan García ha avanzado mucho en infraestructura carretera (IIRSA es una muestra de ello) y en iniciativas de integración comercial. Por eso es que debemos aprovechar nuestra vecindad con un coloso de talla mundial y no hablar siempre de ello como un proyecto.

6.- Crear una cultura de protección al turista. Las autoridades deben iniciar planes exhaustivos al respecto. Cuanto más seguro sea el país, más turismo atraerá. El proyecto de marca país debe tener una etapa muy profunda hacia adentro. Sólo así, el Perú será un verdadero país turístico.

7.- Facilitar el financiamiento de planes de negocio de universidades estatales y particulares. El Estado podría hacer concursos para financiar a los mejores planes de negocios desarrollados por alumnos de excelencia, potenciando así temas como la responsabilidad social empresarial, el desarrollo sostenible.

8.- Desarrollar programas serios de asesoría para las micro y pequeñas empresas con mayor potencial. Inicialmente, se debería filtrar las más competitivas y luego trabajar seriamente con ellas. Estas empresas están ávidas de conocimiento, y para mal de éstas, gran parte de la oferta en asesorías empresariales que se focalizan en este segmento, no es profesionalizada. No obstante, existen expertos que podrían ayudar a través del Estado (conjuntamente con la empresa y las instituciones de formación superior) para mejorar a estas empresas. El Perú tiene gente emprendedora y muy trabajadora que puede ser potenciada si comparte y evoluciona al lado de las personas indicadas.

9.- Rodearse de gente que tenga la capacidad de unir lo empresarial y lo social. Ambos mundos parecen enemigos, sin embargo, deben estar hermanados. Me ha tocado conversar con profesionales de formación social que aún piensan que la empresa es su enemiga más acérrima (o por lo menos aparentan pensar así). Coimbatore Krishnarao Prahalad ha planteado los negocios con la base de la pirámide; Muhammad Junus también ha hecho su aporte al respecto. ¿Por qué no puede haber empresas rentables económica y socialmente? ¿Cuál es el problema con ello? El primer mundo va hacia allá, y no se trata de militar en la responsabilidad social o de ser activistas ambientales, sino en desarrollar empresas que cubran necesidades de la sociedad sin reñir con la rentabilidad.

10.- Trabajar con los clusters ya establecidos a lo largo del territorio nacional. En el Perú existen clusters como el textil de Gamarra, el de muebles de Villa El Salvador, el de calzado de Trujillo, entre otros. Y si bien hace años se habla de modelos de crecimiento empresarial enfocados en la idea de compartir como base del éxito empresarial, aún falta una decidida política de Estado para investigar estos casos, identificarlos, y promocionar el modelo.

No es necesario inventar la pólvora, ya existen ideas alrededor del mundo que se pueden replicar en el país. Tampoco es necesario incrementar el gasto del Estado de forma exagerada, ya que se puede elaborar figuras innovadoras en las que participe el Estado, organismos internacionales, venture capitals, entre otros. Sólo es cuestión de ser creativos, juntarse con la gente adecuada, planificar y trabajar. Ese es el tipo de trabajo que le debemos demandar al nuevo gobierno.

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