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Escritor Rafael Gumucio: "Hoy creo que es más Frente que Amplio. Han extraviado el camino, están cada vez más elitistas"
Viernes, Julio 7, 2017 - 15:21

El escritor chileno Rafael Gumucio tiene la indudable tendencia a hablar en público de lo privado. Analizó con AméricaEconomía su carrera literaria y la coyuntura nacional en un café de Santiago.

-¿El origen de ser escritor nace en tu vida en el exilio?

-Antes de querer ser escritor, quería ser actor cómico como Chaplin o Woody Allen. Siempre pensé en algo artístico, nada muy serio.

-¿Cómo estudiante fuiste bueno?

-No, nunca, fui pésimo, tenía mucha dislexia, me costó mucho.

-¿Dejaste atrás la sensación del exilio o aún está presente?

-No, aún es parte. El exilio me hizo sentir una gran pasión por Chile. Esa diferencia entre dos mundos creo que fue lo que me llevo a escribir.

-¿Volviste al país en las listas de ingreso que público Pinochet en 1984?

-Sí, aparecimos en una lista de los que podían retornar, y poco después estábamos en la lista de los que no podían volver, pero ya estábamos en Chile, así que nos quedamos de forma clandestina.

-Y después "La Alegría ya viene" (eslogan de la campaña contra Pinochet en 1989).

-Yo siempre encontré que fue un lema bien estúpido. Los tontos que pensaron que la alegría iba a venir se equivocaron.

-¿En los 90 fuiste un provocador con tus incursiones en Tv?

-Yo soy una persona bien miedosa, respetuosa de las normas. Era tan fome el país que era muy fácil provocar.

-¿Fuiste reaccionario, un “amarillo”?

-Siempre lo fui. El sueño de haber transformado a Chile en Nicaragua no era viable. A mí no me gusta Nicaragua, ni Cuba, ni nada de esas cosas.

-¿Y llegó la democracia?

-No, me di cuenta en los 90 que Chile era una república soviética, pero de derecha.

-¿Cómo llegaste al desaparecido y mítico Canal 2 Rock & Pop?

-Por un casting. Ya escribía sobre televisión en la Nación, Apsis y algo en la Zona de Contacto y bueno era tan buen mozo que me dejaron.

-Como Raúl Zurita (Poeta) tuvo su grupo artístico CADA, tu tuviste el Plan Z, pero sin masturbación pública.

-Claro, aunque eran cosas distintas, pero también hubo masturbación, pero no al aire.

-¿Fue un experimento Plan Z (programa de televisión en Canal 2 Rock & Pop)?

-Sí, pero también fue un trabajo, cumplíamos horarios, recibíamos un sueldo por eso. Lo pensé como un desvío en mi carrera de escritor. Ahora en esa época lo viví como un suicidio, porque quería ser un escritor serio. Hoy miro para atrás y estoy feliz de haberlo hecho.

-¿Sentiste algún tipo de rechazo por parte de la comunidad literaria después de tu participación en programas de ese tipo?

-Sí, había una cosa que se llamaba que era la Nueva Narrativa Chilena y se supone que por edad yo era como el ratón de cola. Ellos me dejaron muy en claro en ese tiempo que no pertenecía a ese grupo.

-¿Con quién sientes una cercanía literaria?

-Con Alberto Fuguet, a pesar que es mayor; Roberto Merino que es diez años más grande o Alejandro Zambra y Alvaro Bizama.

-¿Participaste en la Sociedad de Escritores de Chile (SECH)?

-Sí, el ambiente era un tanto siniestro. Los encuentros eran bastante góticos. Me acuerdo de una vez que Estela Díaz Varín se encontró con Armando Uribe y estaban las Yeguas del Apocalipsis.

-Era como esa película de Stanley Kubric, donde en una mansión se instala una secta…

-Era más bien como esas películas de Tim Burton; era más parecido a Ed Wood.

-¿Aceptaban los escritores la diversidad sexual?

-Había muchos homosexuales, pero era un ambiente muy machista. Yo por ejemplo soy de una categoría rara: soy heterosexual, pero afeminado, entonces, me sentía muy fuera del grupo.

-Los comunistas tenían a Lemebel.

-Sí, aceptaban a Pedro Lemebel, pero no me aceptaban a mí que estaba catalogado de blando. Yo creo que los partidos deberían aceptar a todos, más a los blandos, que somos la mayoría.

-Participaste de algún partido político.

-Sí, de la Izquierda Cristiana, partido que había fundado mi abuelo, lo pase mal, me decían cobarde o amarillo, por querer elecciones libres o porque me gustaba el rock y no estar por la insurrección armada.

-¿Eres de una elite, un cuico de izquierda?

-Sí, he vivido siempre con esa cruz encima y debo aceptarla. Evidentemente no solo soy parte de una elite sino de varias, como la del periodismo, de la literatura y varias más. Al final no me importa, porque hay muchas contradicciones en ello, no me han leído, por tanto, no me conocen.

PLATÓNICO

-¿Cómo ha sido tu relación con las mujeres?

-Yo he sufrido mucho con las mujeres, he escrito mucho sobre ellas, y han sido un tema muy recurrente en mi obra. He sido mucho de amores platónicos, de estar en la friendzone

-¿Friendzone?

-Sí, antes se llamaba amor.

-Los escritores son bastante promiscuos…

-Sí, yo no soy muy libidinoso. Soy muy libidinoso con el éxito, con la envidia; tengo otros defectos. Me gusta mucho juntarme con mujeres guapas; me gusta seducir, pero no me interesa la pornografía.

-¿Sufriste rechazos amorosos?

-Yo creo que estamos en el orden de los dos millones de rechazos, es un hecho continuo. Yo siempre quería entrar en su cuerpo, pero ellas me dejaban solo entrar en su mente.

-Eras como esos personajes de Woody Allen.

-Sí, claro, cuando yo vi sus películas pensé en querellarme porque me había copiado todo.

-¿Nunca tuviste la sensación de ser homosexual?

-Yo tenía un comportamiento en la juventud completamente homosexual. Escuchaba David Bowie, leía Marcel Proust, me gustaba Jean Cocteau, me vestía raro, pero nunca tuve la duda, porque siempre me gustaron mucho las mujeres.

DEFINICIONES

-¿Te abanderaste por algún candidato politico?

-Sí, por marco Enriquez-Ominami, es mi primo y estoy de acuerdo con mucho de lo que propone. Desde ahí he ido votando por lo que queda de la Nueva Mayoría, si es que aún todavía existe.

-¿Tiene larga vida el Frente Amplio (nueva coalición política chilena)?

-Hoy creo que es más Frente que Amplio. Han extraviado el camino, están cada vez más elitistas y no están entiendo que la gracia de la centro izquierda chilena es su historia, es su arraigo cultural. Su público son los millennials, apuntan al hipster. Se cuelgan mucho del recurso de Dj Mendez y lo que pasó en Valparaíso.

-¿Cuáles son las cualidades de Alejandro Guillier?

-Es una persona sin mucha sustancia. Su gran cualidad es ser popular y creíble por ser periodista.

-¿Será presidenta Beatriz Sánchez?

-Su cualidad es ser una buena persona, con buena intención y con ideas nobles, y ese es su gran defecto, porque esa visión es su límite. No la veo con la lucidez de ser presidenta de la República. Yo voté por ella en las primarias, porque me pareció la única persona que estaba bien de la cabeza. Es la única que no mandaría a un psiquiatra, por ahora.

-Mayol era el tipo del contenido y de las ideas, ¿o no?

-Alberto Mayol es el rey de las malas ideas. Su lenguaje era de papers académicos, eran puras tonteras. Hablaba como estar viendo un power point. Por eso me gusta Marco Enriquez-Ominami o Lagos (Ricardo), políticos que tienen una claridad intelectual, característica que hoy no gana votos.

-Marco Enriquez no está pasando por su mejor momento…

-No, quizás su error fue escupir al cielo antes de tiempo. Él necesita conquistar al hombre común, al pueblo. El pueblo es una fuerza social, es una historia, un lenguaje; yo siento que los candidatos los desprecian, hoy no los interpretan.

-En tu sector político a Sebastián Piñera lo encuentran insoportable.

-A mí no me pasa eso, yo estoy acostumbrado a vivir con gente rara y yo no soy el tipo más normal del mundo. Yo encuentro que su gobierno fue un desastre, y si alguien no tiene alguna claridad intelectual en su cabeza y tampoco entiende lo que pasa en Chile, es él.

-Su gran atractivo sería su dinero, entonces.

-La plata compra razones y hace que las demás cosas no se vean. Piñera puede comprar la idea de que está haciendo las cosas bien. La gente rica pierde contacto con la realidad, por eso creo que un presidente no puede ser tan millonario.

-Entonces, ¿cuál sería su éxito?

-Tener una familia, tener hijos que lo quieran y personas que son de bien claramente, porque lo habitual de esa clase social es ser como su hermano el negro Piñera, un vago. Yo creo sí que tienen una gran capacidad de perdón, ponte tú, trabajar con Evelyn Matthei. Pero también habla mal de él, ya que es muy masoquista.

Autores

Cristian Aránguiz