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Farc inscribe sus listas de candidatos al Congreso de Colombia
Sábado, Diciembre 9, 2017 - 12:49

Según el Acuerdo de Paz pactado con el Gobierno, los excombatientes de la desarmada guerrilla tendrán derecho a 5 curules en el Senado y 5 en la Cámara de Representantes.

Bogotá. Ad portas de que se venza el plazo para la inscripción de listas al Congreso de cara a las elecciones legislativas de marzo de 2018, el naciente partido político de la desarmada guerrilla, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, se trasladó hacia Corferias, en el occidente de Bogotá, para inscribir las listas de los candidatos al Senado y a la Cámara de Representantes que aspiran a llegar al Capitolio el próximo año.

Y es que según el Acuerdo de Paz, firmado en el Teatro Colón en noviembre del año pasado, los excombatientes podrán participar en política y someterse al escrutinio de los colombianos, siempre y cuando se sometan a las reglas que trae el Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de no Repetición, que no ha comenzado a funcionar por cuenta de la tardanza que significó la implementación de lo pactado en Cuba.

Por los lados de la Cámara alta, se contarán en las urnas Iván Márquez, quien fungió como jefe de la delegación de paz por parte de la exguerrilla; Pablo Catatumbo, miembro del antiguo Secretariado de las Farc desde 2008; Carlos Antonio Lozada, con 39 años de antigüedad en dicha organización; Victoria Sandino, a cargo de liderar los asuntos de género en las negociaciones; Griselda Lobo, viuda de Manuel Marulanda; y Benkos Biohó, comandante de las Farc en el Chocó.

En la Cámara de Representante, algunos de los candidatos son Byron Yepes, por la circunscripción de Bogotá; Jairo Quintero, por el departamento de Santander; Jesús Santrich, por Atlántico; Marco León Calarcá, por Valle del Cauca; y Olmedo Ruiz, por Antioquia. “Con la inscripción de esta lista comienza la marcha de la esperanza de los que siempre soñaron una Colombia sin guerra interna”, dijo Iván Márquez desde Corferias.

Lo cierto es que los aspirantes al Congreso en representación de la Farc tendrán que salir a las calles y competir en igualdad de condiciones que el resto de candidatos de partidos políticos tradicionales, para hacer efectiva aquella máxima que protagonizó el pacto de La Habana: intercambiar las balas por las ideas. En ese sentido, quienes decidieron abandonar las armas para hacer política se enfrentan al enorme riesgo de convencer a los colombianos de porqué deben llegar exguerrilleros al Congreso a partir del 20 de julio del año entrante, más allá de cumplir la palabra empeñada en las 310 páginas que tiene el Acuerdo Final de Paz.

Lo anterior, debido a que, según lo acordado, no importará la cantidad de votos que obtengan en las urnas los exguerrilleros, pues tendrán por derecho propio, y por dos periodos legislativos (2018-2022 y 2022-2026), 10 curules. 5 en Senado y 5 en la Cámara de Representantes. Etapa electoral que debe servir, según Iván Márquez, para fortalecer un “Gobierno de transición” que asegure la implementación adecuada de los acuerdos de La Habana.

Participación en política y la justicia. No obstante que los excombatientes de la desarmada guerrilla tendrán derecho a las mencionadas curules, durante la discusión y aprobación de la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz, en el Congreso, quedaron establecidas reglas claras que indicarán bajo qué condiciones podrán ellos participar en política, teniendo en cuenta que los responsables de los crímenes más graves tendrán que comparecer ante dicho sistema de justicia transicional.

Por ejemplo, este mismo sábado, los candidatos de la Farc debieron haber presentado a las autoridades electorales el certificado de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz en el que conste que las personas que se inscriban como tal hacen parte de la organización. Adicionalmente, un compromiso de comparecer ante la JEP en el momento en el que sean requeridos para, principalmente, resarcir a las víctimas de estos más de 50 años de guerra.

Por supuesto, se trata de una comparecencia progresiva dado que la JEP aún no ha sido puesta en marcha, así que bastará con el citado compromiso para que las personas que resulte electas en marzo del año entrante podrán posesionarse. Sin embargo, cuando lleguen al sistema de justicia transicional, su condición puede cambiar dado que quedará en manos de los jueces y magistrados del sistema determinar que la sanción restaurativa que se les imponga sea o no compatible con el ejercicio del cargo político para el cual fue electo. En caso de que no lo sea, la persona elegida deberá apartarse y renunciar para cumplir con dicha sanción.

Gobierno de transición. Durante la presentación de los candidatos al Congreso por el partido de la Farc, el exnegociador de paz  en representación de la exguerrilla, Iván Márquez, hizo nuevas críticas a la atropellada implementación del Acuerdo de Paz advirtiendo, eso sí, que “no hemos venido a llorar en el muro de las lamentaciones”.

Por el contrario, lanzó un nuevo llamado a todas las fuerzas políticas amigas de lo pactado en Cuba a que se unan en aras de conformar un gobierno de transición que reivindique los compromisos adquiridos por el Estado colombiano durante el pacto para la terminación del conflicto armado interno. “Un gobierno de transición que implemente los acuerdos de paz de La Habana. Nadie más que nosotros los colombianos provenientes de todos los colores partidarios podemos hacer realidad la Reforma Rural Integral, el establecimiento de la democracia verdadera, sin trampas electorales, sin dineros podridos de empresas y empresarios corruptos. Sistema Integral de verdad justicia, Reparación y No Repetición, todo dirigido a reparar a las víctimas. Que se cumplan los compromisos de garantías jurídicas, de respeto a los derechos humanos. Que se respete la palabra empeñada ante el gobierno suizo y Naciones Unidas”, dijo Márquez.

De hecho, dijo que es consciente de los “incumplimientos sustantivos del Acuerdo de Paz” que pasó por el Legislativo, “y lo convirtieron en piltrafa”, por lo que llamó al Congreso y a la institucionalidad a no desconocer los compromisos que el Estado también adquirió ante la comunidad internacional. “Vengan con nosotros, que nuestro discurso es distinto, puro y limpio, y despojado de demagogia, de esa que nos tiene hasta la coronilla”, concluyó Márquez.

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ELESPECTADOR.COM