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Francia, el país más amenazado por el yihadismo
Viernes, Noviembre 13, 2015 - 23:19

Desde enero el país vivía en alerta máxima. En los últimos meses varios atentados habían sido abortados, pero el temor por un ataque estaba en el aire. Analistas hablan del papel de Francia en los bombardeos contra el Estado Islámico.

Hasta ahora todas las teorías apuntan a un ataque de extremistas islámicos. Las armas usadas por los terroristas, según testigos eran Kakashnikov, propias del accionar de los extremistas que han actuado en los últimos atentados reivindicados por el Estado Islámico (EI). Según contaron los medios franceses, los terroristas gritaban “Alá es grande” antes de disparar o hacer detonar sus chalecos. Pero, ¿por qué Francia es el blanco más frecuente de los ataques de extremistas islámicos? En enero de 2015 el país se conmocionaba con e l ataque a Charlie Hebdo y al supermercado Hiper Cacher, que dejaron 17 muertos. Investigadores habían hablado de cerca de ocho atentados abortados que tenían la clara intención de causar muchos muertos. Analistas consultados por la prensa local señalaban el papel de Francia en la guerra contra los radicales en varios frentes.

Aunque el Estado Islámico no se ha adjudicado los ataques, los analistas la consideran la teoría más probable, pues este grupo cuenta con más de 60 grupos afines en varios países occidentales. Eso sin contar con los lobos solitarios, jóvenes en su mayoría migrantes musulmanes que jamás se integraron a la sociedad y que reciben adoctrinamiento vía internet. Más de 2.000 ciudadanos franceses han viajado a Francia en el último año para unirse a las filas del EI.

Debido a la amenaza latente en su país, el presidente François Hollande amplió este año su participación en la coalición que bombardea al Estado Islámico en Siria. Antes Francia solo participaba militarmente en Irak. En septiembre lanzó su primer ataque en Siria contra blancos del Estado Islámico alegando “defensa propia legítima”. Según dijo el gobierno francés entonces, “atacamos Siria donde el EI prepara a terroristas que luego realizan ataques en Francia”.

En octubre, según el periódico Le Monde, Francia dio el paso de mayor calado al planificar junto con militares estadounidenses ¬Barack Obama y Hollande tienen una estrecha colaboración en la lucha contra el terrorismo¬ bombardeos contra los edificios en donde vivían varios terroristas franceses instalados en las región siria de Raqqa. Oficialmente, el ministerio de la Defensa afirmó en su día que los aviones franceses habían bombardeado “campos de entrenamiento”.

Sin embargo, Le Monde afirma que, en verdad, Francia bombardeó unas posiciones muy precisas, unos edificios donde los especialistas franceses estaban convencidos que se encontraba Salim Benhalem, perseguido judicialmente en Francia. Benghalem, nacido en Cachan, hace 35 años se convirtió al Islam. Era un francés educado en la periferia de París, que según la inteligencia gala pudiera ser uno de los principales responsables de acciones de reclutamiento, propaganda y “acción” contra su patria natal. Según las fuentes de Le Monde, Benghalem ocuparía en la jerarquía del EI una función de “coordinador” de acciones dirigidas contra varios países europeos.

De acuerdo con los expertos en terrorismo que consulta la televisión francesa tras los ataques, el temor a un gran atentado estaba latente. De hecho, el fiscal de la República, François Molins, había señalado recientemente que esperaban un 11-S a la francesa.

Las autoridades francesas estaban en alerta. El gobierno había emitido varias medidas antiterroristas y la alerta se elevaba mes tras mes. Desde enero, según el diario El País, patrullan las calles entre 7.000 y 10.000 militares. Otros 25.000 policías vigilan 5.000 lugares sensibles. El Gobierno logró la aprobación de una polémica Ley de Servicios Secretos que autoriza la recolección masiva de datos de la red. A la vez, aumentó en 736 millones el presupuesto para reclutar expertos y comprar material más moderno.

De acuerdo con los datos oficiales revelados ayer en el país, luego de la noche de terror, las autoridades habían abortado ocho ataques terroristas. Uno de los más importantes fue el del francés Yassine Salhi, quien intentó en junio volar unos depósitos de gas en Saint-Quentin-Fallavier tras decapitar a su jefe. Como en casi todos los casos, el terrorista tenía ficha policial como sospechoso de extremismo islamista. También está fichado el marroquí Ayoub El Khazzani, que en agosto intentó una matanza en el tren Thalys que se dirigía de Bruselas a París con todo un arsenal de armas.

Y es que la situación desborda a unas autoridades que vigilan a cerca de dos mil terroristas en potencia de entre más de 5.000 que están fichados por extremistas. “Nos enfrentamos a comportamientos individuales, a lobos solitarios”, explica la policía francesa. Desde 2012, 326 personas han sido detenidas por conexiones con actos violentos, señalaba el periódico L’Express.

Caos “ad portas” de la Cumbre del Clima. La capital francesa no sale del estado de shock en el que quedó tras los ataques que dejan más de cien muertos. Si bien los parisinos vivían en alerta por la posibilidad de un ataque, no esperaban que fueran tantos en forma simultánea. Un golpe sin duda muy duro a pocas semanas de que comience la importante Cumbre del Clima que se dará cita en París el 30 de noviembre con cerca de 120 mandatarios de todo el mundo, e incluso, con la posibilidad de que el papa Francisco asistiera, pues le dedicó su última encíclica al medio ambiente.

El caos se apoderó ayer de París. Miles de ciudadanos no sabían qué hacer, mientras que otros ofrecían sus residencias para esconderse de los terroristas. La policía le tuvo que pedir a sus ciudadanos que no salieran de sus casas hasta que la situación estuviera controlada. Testigos de los hechos narraron las escenas de horror y el drama de volver a ver cuerpos tirados en las calles. La policía desalojó bares y restaurantes de los dos distritos céntricos más afectados.

Autores

ELESPECTADOR.COM