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Panamá y Costa Rica buscarán salida internacional para oleada de inmigrantes haitianos
Sábado, Octubre 8, 2016 - 08:34

Los dos gobiernos acordaron buscar en terceros países "capacidad de acogida" para los cerca de 8.000 inmigrantes ilegales que todavía están en sus territorios, así como mejorar la coordinación de las labores de control fronterizo y el combate conjunto a las redes de tráfico de personas.

Ciudad de Panamá. Panamá y Costa Rica pedirán ayuda a otros países para atender el constante flujo de haitianos que colapsa sus fronteras y que podría dispararse tras el devastador huracán Matthew, dijeron el viernes los presidentes de los países centroamericanos.

Los dos gobiernos acordaron buscar en terceros países "capacidad de acogida" para los cerca de 8.000 inmigrantes ilegales que todavía están en sus territorios, así como mejorar la coordinación de las labores de control fronterizo y el combate conjunto a las redes de tráfico de personas.

"(Seguiremos) dando respaldo humanitario, pero sí hay que elevar el debate con otros países de la región para buscar una solución definitiva al problema", dijo el presidente panameño, Juan Carlos Varela, a periodistas tras reunirse con su homólogo costarricense, Luis Guillermo Solís, en el occidente de Panamá.

Costa Rica informó en septiembre que 11.000 migrantes ilegales habían pasado por su territorio desde abril, la mayoría haitianos y africanos, de los cuales 4.500 todavía pernoctan en albergues oficiales o campamentos improvisados en sus fronteras. Panamá reporta más de 3.000 inmigrantes en su territorio.

El paso del huracán Matthew, que ha dejado casi 850 muertos y miles de personas sin hogar a su paso por Haití, podría agravar la situación.

"(El huracán) en el plazo inmediato por supuesto que puede generar más migraciones. Pero aún sin 'Matthew' hay que reconocer que son muchas las dificultades estructurales que tiene Haití", aseguró Solís.

Muchos de los inmigrantes que comenzaron a llegar en abril fueron víctimas del devastador terremoto del 2010 y entonces fueron acogidos por Brasil, pero comenzaron a salir de ese país a medida que la economía se debilitaba y se quedaban sin trabajo.

Autores

Reuters