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Rey Felipe VI ante una decisión clave de cara al nuevo gobierno de España
Martes, Febrero 2, 2016 - 08:56

La Constitución española establece que el monarca es quien debe designar un candidato a la presidencia del gobierno, pero no dice nada sobre los plazos más allá de que si en dos meses de que se produce la primera votación de investidura no hay acuerdo, se convocarán nuevas elecciones.

El rey Felipe VI deberá decidir este martes entre proponer como candidato a la presidencia del gobierno de España al socialista Pedro Sánchez, volver a ofrecer el encargo al conservador Mariano Rajoy o dar un margen para que los partidos políticos negocien.

La Constitución española establece que el monarca es quien debe designar un candidato a la presidencia del gobierno, pero no dice nada sobre los plazos más allá de que si en dos meses de que se produce la primera votación de investidura no hay acuerdo, se convocarán nuevas elecciones.

El líder del Partido Socialista (PSOE), segunda fuerza política, quien fue recibido por el monarca a las 11 hora local (7 de Argentina) en el Palacio de La Zarzuela, está dispuesto a "asumir la responsabilidad" de formar gobierno si Felipe VI así se lo reclama, según manifestó el vocero de su partido en el Parlamento, Antonio Hernando.

"Si Rajoy dice que no, estaremos a disposición de lo que diga el rey, con absoluto respeto a su autonomía, pero asumiendo que somos la segunda fuerza y estamos dispuestos a intentarlo y a asumir esa responsabilidad", dijo Hernando en declaraciones televisivas.

Sánchez y Rajoy cierran la segunda ronda de contactos que mantiene el monarca con los partidos políticos españoles en busca de un candidato con capacidad de formar gobierno a 43 días de las elecciones generales, en las que el conservador Partido Popular (PP) venció pero sin una mayoría suficiente para mantenerse en el poder en solitario.

Al término de la primera ronda de conversaciones, Rajoy, líder del PP, rechazó el ofrecimiento del rey de presentar su candidatura a votación, pero sin retirarse de la carrera a La Moncloa, en una decisión inédita que atribuyó a su falta de apoyos y que trasladó la presión a Sánchez, quien tampoco cuenta con el respaldo para formar un gobierno alternativo.

Desde el PSOE consideraron que la decisión de Rajoy era irresponsable y que debía ser él quien se sometiera primero a votación y que recién después ellos tomarían el relevo.

No obstante, en los diez días que transcurrieron luego de la negativa, el líder del PP no logró convencer al PSOE para que se sumara a su oferta de gran coalición con los liberales de Ciudadanos, por lo que los conservadores confirmaron en la víspera que Rajoy volverá a rechazar hoy el ofrecimiento de formar gobierno en el caso de que el rey se lo solicite.

Si esto se confirma, todo apunta a que Felipe VI encargará a Sánchez la difícil misión de formar gobierno, aunque también podría aplazar su decisión y dar un margen de tiempo a los partidos para sentarse a negociar una propuesta y candidatura a la presidencia del gobierno que cuente con los apoyos necesarios.

Sánchez manifestó que su intención es formar un "gobierno progresista" alternativo al PP tendiendo la mano tanto a la izquierda como a la derecha, es decir a los partidos emergentes Podemos y Ciudadanos, tercera y cuarta fuerza política respectivamente.

Sin embargo, el veto de Podemos a un acuerdo de gobierno que incluya a Ciudadanos y viceversa convierte en imposibles las aspiraciones del líder del PSOE. Además, ninguna de las dos fuerzas está dispuesta a facilitar con su abstención que el PSOE gobierne con apoyo de la otra.

La única diferencia es que el líder izquierdista Pablo Iglesias se niega a facilitar un gobierno socialista en minoría mientras el liberal Albert Rivera se muestra dispuesto a hacerlo.

Desde las elecciones, el líder socialista tiene sobre la mesa la opción de pactar con Podemos, pero Iglesias reclama como condición a su apoyo la celebración de un referéndum vinculante para Cataluña, que el PSOE rechaza por considerarlo ilegal y porque amenaza la unidad de España que ellos defienden.

Este lunes, Iglesias volvió a ofrecer a Sánchez negociar la formación de gobierno de coalición entre Podemos y el PSOE, una opción que los líderes territoriales socialistas no ven con buenos ojos.

Incluso si el referéndum quedara en segundo plano o se aplazara una decisión para más adelante, la investidura de Sánchez necesitaría del respaldo de los nacionalistas vascos y al menos la abstención de los independentistas catalanes, quienes dicen que no facilitarán un gobierno que no respete el "derecho de autodeterminación" de Cataluña.

Autores

Télam