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Sexo, dinero y chicas: el "Rubygate" de Berlusconi
Martes, Abril 5, 2011 - 14:34

Según los términos más explícitos de los documentos de la fiscalía italiana, las fiestas sexuales en la villa palaciega del primer ministro Silvio Berlusconi seguían una rutina bien descrita en la que participaban bailarinas sensuales y prostitutas menores de edad.

Roma. Según los términos más explícitos de los documentos de la fiscalía italiana, las fiestas sexuales en la villa palaciega del primer ministro Silvio Berlusconi seguían una rutina bien descrita en la que participaban bailarinas sensuales y prostitutas menores de edad.

Los jueces escucharán este miércoles, cuando empiece el juicio, que en primer lugar venía la cena: una comida compuesta de alimentos con los colores de la bandera tricolor italiana (verde, blanco y rojo).

Luego llegaba la conocida como sesión de "bunga bunga", "que tenía lugar en una sala similar a la de una discoteca, donde las participantes femeninas llevaban a cabo bailes eróticos y striptease, tocándose entre ellas o tocándose y siendo tocadas en sus partes íntimas por Silvio Berlusconi", de acuerdo al texto del documento.

Al final de la noche, para concluir, Berlusconi, de 74 años, elegía "una o más mujeres con las que pasaba la noche en una relación íntima" a cambio de dinero, regalos caros o apartamentos de alquiler gratuito.

El escándalo está desgastando la popularidad del multimillonario de los medios de comunicación y arroja una sombra sobre un sistema político repleto de escándalos de corrupción.

No obstante, el primer ministro corre poco peligro de verse forzado a dejar el cargo debido a que el veredicto puede tardar años o no llegar nunca.

Los documentos de la acusación dan los nombres de 33 mujeres jóvenes, en su mayoría bailarinas que querían irrumpir en el mundo del espectáculo a través de los canales de televisión de Berlusconi, que según los fiscales eran pagadas por mantener relaciones sexuales con él.

Para Berlusconi, que no estará presente cuando empiece el juicio, sólo importa una de ellas.

Se trata de Karima el Mahrug, una bailarina marroquí de un club nocturno conocida por el nombre artístico de Ruby "Rubacuori" (rompecorazones). La joven tenía 17 años cuando, según la fiscalía, recibió dinero por mantener relaciones sexuales con el primer ministro.

Pagar por sexo con una menor de 18 años es un delito en Italia.

En el juicio, Berlusconi también está acusado de abuso de poder, por intervenir en la liberación de la joven cuando fue detenida por la policía de Milán el pasado mayo acusada de robar una pulsera de 3.000 euros.

Aunque los abogados de Berlusconi reconocen que llamó personalmente a los agentes y les dijo que creía que la joven marroquí era la sobrina del ex presidente egipcio Hosni Mubarak, aseguran que no ejerció ninguna influencia impropia.

Berlusconi niega todos los cargos. Dice que le gustan las mujeres y que no es un "santo", pero afirma que nunca ha pagado a cambio de sexo.

Las fiestas en su villa en Arcore, una pequeña localidad a las afueras de Milán, son cenas "alegres" normales con mucha comida, risa y bromas, ha dicho Berlusconi.

Berlusconi ha argumentado que los regalos y el dinero que entregó a algunas de las mujeres eran simplemente su forma generosa de ayudar a las personas necesitadas, teniendo en cuenta que él es uno de los hombres más ricos de Italia.

También ha acusado a los magistrados de izquierda de llevar a cabo una campaña política moralista para derrocarle y con frecuencia ha denunciado las grabaciones que se realizaron a los teléfonos de sus invitados.

Trajes de enfermera. Las grabaciones han jugado un papel importante en la investigación, y durante meses los italianos, perplejos, han tenido acceso diario a las transcripciones de las conversaciones telefónicas y los interrogatorios de los testigos que los magistrados han ido filtrando a los medios.

En una de esas transcripciones, la invitada a las fiestas Maria Makdum cuenta cómo hizo una danza del vientre en la sala de "bunga bunga", mientras que un par de hermanas gemelas, vestidas con sujetador y medias, bailaron de forma sugerente ante Berlusconi y otro invitado varón.

"Las otras chicas también bailaron, mostraron sus pechos y sus traseros y todas fueron junto al primer ministro, que tocó sus partes íntimas", dice en la transcripción.

En otra transcripción filtrada, Lele Mora -un empresario de televisión acusado de procurarle prostitutas al primer ministro- pregunta a una mujer: "¿Tienes un disfraz de enfermera? Ve y consíguete uno hoy", añadiendo que no llevara nada debajo excepto un liguero blanco para "una visita privada al médico".

Mora es uno de los variados personajes que tiene el escándalo, que bien podría ser un programa de telerrealidad en uno de los canales de Berlusconi.

Otra es Nicole Minetti, de 26 años, que fue en el pasado dentista de Berlusconi y está ahora en el gobierno regional de Lombardía, acusada de conseguirle mujeres. La semana pasada, dijo que espera convertirse en primera ministra.

Luego está "Ruby", que se convirtió en estrella al instante en Italia desde que el caso surgió en octubre pasado.

En una entrevista entre lágrimas en una de los canales de televisión de Berlusconi, dijo que, tras haber sido sometida a abusos de niña, se "inventó una vida paralela".

Añadió que Berlusconi "nunca le había puesto una mano encima", no sabía que era menor y sólo le dio 7.000 euros tras una fiesta porque ella le había contado que tenía problemas.

También dice que sólo ha estado en su villa en tres ocasiones, asegura que quiere dejar atrás "todo este lío" y casarse con su novio.

En las conversaciones filtradas de su teléfono, sin embargo, la joven dijo a sus amigas que Berlusconi le había ofrecido "cubrirla de oro" para mantenerla callada, y que ella le había pedido cinco millones de euros. Los registros telefónicos la sitúan en la villa de Arcore en 13 ocasiones entre febrero y mayo del 2010.

En un revés a la cultivada imagen de "macho" del primer ministro, algunas de las mujeres que supuestamente durmieron con él por dinero se quejaban de que estaba viejo, gordo y fofo y que debería pagar o ellas empezarían a robarle cosas de su casa.

Otras, que le hablaron al teléfono, le llamaban "amor" antes de pedirle dinero. Los padres animaron a sus hijas a sacar todo lo que pudieran de él.

"Nos está ayudando a labrar una carrera, pero luego tenemos que ver si esta carrera realmente despega", dice una de las mujeres, según una transcripción.

"De no suceder, me quedaré con mi título universitario y una patada en el culo, como tantas otras", agregó.

Autores

Reuters