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¿Cómo deben reaccionar las empresas ante el potencial escenario de un cambio climático más acelerado?
Lunes, Septiembre 7, 2015 - 16:39

Un nuevo estudio de James Hansen, tal vez el experto en climatología más destacado del mundo, y otros 16 coautores, dice que las plataformas de hielo y los glaciares de Groenlandia y de la Antártica pueden estar derritiéndose diez veces más deprisa de lo que preveía el consenso anterior.

Universia Knowledge Wharton. ¿Se está acelerando el cambio climático? Un nuevo estudio de James Hansen, tal vez el experto en climatología más destacado del mundo, y otros 16 coautores, dice que las plataformas de hielo y los glaciares de Groenlandia y de la Antártica pueden estar derritiéndose diez veces más deprisa de lo que preveía el consenso anterior. Eso tendría como resultado la elevación del nivel del mar en 3 metros en los próximos 50 años. Para comprender los nuevos riesgos en potencia de ese escenario, Knowledge@Wharton conversó con Erwann Michel-Kerjan, director ejecutivo del Centro de Gestión de Riesgo y de Procesos de Decisión de Wharton (Risk Management and Decision Processes Center), y le pidió que comentara ese nuevo estudio.

A continuación, la versión editada de la entrevista.

-¿Qué significa ese nuevo estudio para el planeta Tierra y para las empresas?

-En primer lugar […] el estudio no ha sido aún evaluado por los especialistas. Esto significa que tenemos aún que ver lo que el IPCC [Panel Intergubernamental de Cambio Climático, cuya reunión está marcada para otoño en el hemisferio norte] dirá sobre las presuposiciones allí presentadas. Se trata de modelos, por lo tanto hay presuposiciones, pero es evidente que tales presuposiciones tienen por objetivo servir de señal de alerta importante para las comunidades internacionales.

Lo que me parece interesante es que hoy en día solemos referirnos al IPCC prácticamente como un parámetro, mientras que, en realidad, el IPCC es un documento consensual: un número muy grande de científicos está de acuerdo respecto a una cantidad [de emisiones de carbono permitida], de manera que, básicamente, seleccionaremos el menor denominador común. Por lo tanto, el IPCC es una gran experiencia, excepto por el hecho de que no nos queda otra alternativa que hacer suposiciones.

Jim Hansen era el principal científico del clima de la NASA. La mayor parte de los coautores son personas destacadas en el campo de la climatología. Son muchos los especialistas del sector, pero los autores de la investigación proceden de EEUU, de Europa, China, por lo tanto se trata de una coalición interesante […] Durante muchos años, creíamos que podíamos darnos el lujo de creer que estábamos ante una amenaza lineal. Por lo tanto, el año siguiente sería básicamente siempre peor que el anterior, pero sólo por una fracción poco significativa. Seamos francos: la discusión sobre el cambio climático se pospone muchas veces hasta el año 2100, y no dice a las personas lo que ese cambio significa para ellas y para sus hijos de forma inmediata.

Lo que Hansen está haciendo ahora es destacar que no tenemos mucho tiempo. Estamos hablando de 2050, en otras palabras, casi mañana. No estamos hablando de una elevación del nivel del mar en algunos pocos metros; estamos hablando de mucho más que eso —cinco, diez, 20 metros— básicamente de dos, tres, cuatro, cinco pisos. Por lo tanto, si eso fuera verdad, sería un cambio radical sobre la forma que tenemos de pensar sobre el impacto del cambio climático.

-El IPCC celebrará una gran reunión en otoño, y yo creo que Hansen dijo que la investigación no ha esperado a la evaluación de otros científicos, lo que llevaría meses, porque la idea era lanzar el estudio antes de la reunión.

-Para que las personas lo entiendan, estudios de ese tipo son de entrada evaluados por otros especialistas antes de ser publicados. Pero la publicación funciona así: primero publican, después invitan a toda la comunidad científica a comentarlo. De esa manera, la evaluación puede ser realizada por un gran número de estudiosos. Por lo tanto, no hay nada negativo en el hecho de que la investigación no haya sido evaluada aún.

-El estudio fue publicado por Atmospheric Chemistry and Physics Discussion Journal; por lo tanto, se trata, literalmente, de una publicación abierta al debate. Se trata, entonces, de un gran cambio, un cambio geométrico, en lugar de lineal, esto es de lo que estamos tratando aquí. Eso significa que ciudades costeras como Nueva York pueden estar en serias dificultades […] En el caso de esas ciudades, si las personas tuvieran que trasladarse hacia el interior, y si eso sucediera muy deprisa, podría haber un gran conflicto […] Respecto a las empresas, eso podría cambiar las cantidades que se pagan a las compañías de seguros. Tal vez no sea posible contratar un seguro. No es nada inmediato, está claro, pero si siguen surgiendo más evidencias en este sentido en los próximos años, el interés por la velocidad del cambio climático será tomado mucho más en serio.

-Vamos a tomar como ejemplo EEUU, un 40% de la población americana vive en regiones costeras. Por lo tanto, no se trata sólo de Nueva York y de Miami. Habrá un número mayor de personas afectadas. Piense en eso desde el punto de vista inmobiliario. Su apartamento o casa valía US$ 500.000, pero ahora nadie quiere comprarla. Las implicaciones pueden ser inmensas. Las compañías de seguros, obviamente, están haciendo un análisis de ese tipo de forma muy cuidadosa porque aquello que hoy se puede cubrir podría no ser cubierto mañana, o si incluso fuera posible cubrirlo, sólo sería posible hacerlo por el doble o el triple del precio dependiendo del riesgo.

Creo que el gran descubrimiento, insisto, es que estamos cerca de ese punto de inflexión. El hecho de que podamos despertar un día […] en 2025, 2030 y observar una rápida elevación del nivel del mar, eso es lo que las personas temen desde hace años, porque no tendrán tiempo para adaptarse. Si tuviéramos 50 años, 100 años, y si fuera presidente del consejo, podría decir a los demás: “Bien, ese es el nuevo contexto en que nuestra empresa tendrá que vivir de aquí a 20 años. ¿Qué debemos hacer?” Muy bien. Pero, si en lugar de 20 años, dice que son cinco, eso cambia radicalmente el escenario.

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-Entiendo que hay grandes plataformas de hielo en la tierra que se mueven hacia el mar —principalmente en Groenlandia y en la Antártica— y que se están derritiendo. En primer lugar, no se deberían estar derritiendo. Pero el hecho es que no sólo se están derritiendo, lo están haciendo a un ritmo acelerado. Eso es agua dulce que se desplaza hacia el océano y cambia su salinidad y modifica los niveles de calor y frío de los mares. Esto puede hacer que la temperatura del océano suba, pero con eso, de alguna manera, un agua más caliente puede quedarse atrapada debajo del hielo de la Antártica, lo que hará que se derrita más deprisa. Es muy complicado, pero las placas se están derritiendo, aunque parezca, a primera vista, que las temperaturas de los océanos son más frías.

-Sí es complejo, y esa es parte de la dificultad —comunicarla— porque las personas se sorprenden rápidamente con la información. Y la razón por la cual es complicado es que estamos hablando sobre el planeta Tierra: sistemas múltiples interrelacionados de aire, agua, suelo y sol.

-Son sistemas que se retroalimentan.

-Eso es. Ha descrito bien la situación. Básicamente, es como si coge un cubito de hielo y lo pone en un vaso con agua, lo deja derretir, y no sucede nada. El vaso se queda en el mismo nivel. Ahora, si usted coge ese mismo cubito de hielo y lo coloca en un plato, verá la formación de agua. Estamos hablando precisamente de eso. El cubito de hielo, en realidad, está por encima del nivel del mar. Esto significa que hay un volumen extra de agua entrando. Ese es un aspecto, es decir, que a nivel del mar, la Antártica y Groenlandia son, de lejos, la mayor fuente de hielo en el mundo. Por lo tanto, cuando el hielo comienza a derretirse, el nivel del mar sube. En segundo lugar, habrá menos reverberación de energía solar, por eso, el planeta Tierra se derretirá mucho más que antes.

-No habrá mucho hielo para reflejar la luz y el calor de vuelta a la atmósfera.

-Exactamente. En segundo lugar, estamos desafiando los sistemas oceánicos de tal manera que no sabemos cómo reaccionarán. Creo que la cuestión aquí —eso también está en el estudio— es que no lo sabemos con certeza, pero es muy posible que tengamos un rápido derretimiento del hielo. La investigación hace referencia a eso.

-Veremos lo que sucede cuando el estudio haya sido evaluado por más gente, o cuando más científicos tengan la oportunidad de examinar los datos. Sin embargo, me parece un cambio más acentuado en la previsión si se compara con lo que ya escuchamos decir a las personas más destacada en el pasado. ¿Podría resumir el significado del estudio y decir cuál es su importancia para nosotros?

-Podemos decir que otras personas ya hicieron esa previsión anteriormente. Ellas no fueron las primeras y las únicas, excepto que, con el paso del tiempo, se están recogiendo más informaciones. La tecnología también ha avanzado, por lo tanto estamos en una mejor posición para validar ciertas teorías que, posiblemente, hace diez o 15 años.

El planeta Tierra ya está cambiando. Eso es muy importante. No tenemos que esperar 200 años más para ver los cambios. Están ocurriendo precisamente en este momento —la sequía ha aumentado—, basta con ver la situación de California. Son muchas historias aquí y allá. Cuando las juntamos todas y miramos el sistema, el sistema del planeta, vemos que el planeta Tierra ya está comenzando a reaccionar a todo eso.

Con respecto a las empresas, creo que se trata de una cuestión doble. En primer lugar, ¿qué significa para mi modelo actual de negocios, es decir, la protección para los activos de gestión de riesgo? En segundo lugar, está el aspecto de la creación de valor: si ese es el mundo en que vamos a vivir en los próximos 20 ó 30 años, ¿qué tipos de nuevos productos, servicios, propiedades intelectuales deberíamos desarrollar entre el ahora y el futuro para que vivamos en un mundo en que el nivel del mar sea más elevado? Son cuestiones interesantes.

-El IPCC ha hecho muchas predicciones consensuales. ¿Qué resultados ha tenido la entidad en los últimos diez, 15, 20 años? Cuando la institución prevé alguna cosa, ¿cuál es la precisión de los resultados? Porque, como dice usted, tenemos más medios y tecnologías mejores para reunir evidencias hoy en día.

-Esa es una pregunta importante y la respuesta no es aquella que, como científicos, nos gustaría oír. Pero la verdad es que, si volviéramos al comienzo del IPCC y miráramos hacia las previsiones, por ejemplo, de hace 15 años y si observáramos lo que ellos previeron para 2020 en términos de emisiones de efecto invernadero, con repercusiones sobre el planeta, lo peor que temíamos ya está sucediendo. Es importante que las personas entiendan que tenemos más datos hoy en día.

Podemos decir que la comunidad internacional creyó que teníamos más tiempo —que llevaría más tiempo para el planeta Tierra reaccionar— y que estamos descubriendo, año tras año, que, en realidad, no tenemos mucho tiempo. El planeta Tierra está comenzando a reaccionar mucho más deprisa de lo que creíamos que reaccionaría. Esa nueva investigación dice que no se trata de una reacción sólo potencialmente más rápida, sino mucho más intensa también.

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Universia Knowledge Wharton