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"Tenemos que empezar a reforzar los beneficios de las empresas socialmente responsables”
Jueves, Febrero 26, 2015 - 13:27

Simon Willis, director general de The Young Foundation, fue parte de los conferenciantes en la VIII Jornada Anual del Instituto de Innovación Social de Esade.

Hoy se celebró la VIII Jornada Anual del Instituto de Innovación Social de Esade, dedicada a la innovación social colaborativa. Simon Willis, director general de The Young Foundation,inauguró el programa haciendo especial hincapié en la necesidad de empezar a reforzar los beneficios de las empresas que se comportan de forma adecuada. Willis también ha recomendado “reconfigurar la parte política” y ha advertido que “no basta con enviar correos electrónicos o avasallar con tweets a los políticos, sino que hay que reflexionar, y generar alianzas y vínculos”. En la misma línea, Jonathan Wareham, decano de Profesorado e Investigación de Esade, ha destacado que “la tecnología y la innovación han avanzado, pero no el organismo regulador” (en referencia al consumo colaborativo), una idea ampliamente compartida a durante el día de hoy.

En el marco de la jornada presentó el informe La innovación social en América Latina, realizó por Esade con el impulso del FOMIN (BID). César Buenadicha, especialista sénior del FOMIN, ha resaltado el rol de las instituciones y los bancos multilaterales en el desarrollo de la innovación social, promoviendo la idea de que “la banca debería ser más verbo y menos sustantivo, es decir, hacer banca y promover el desarrollo y la innovación social” (haciendo referencia a que la palabrabank, en inglés, es al mismo tiempo verbo y sustantivo). Asimismo, ha señalado que “los emprendedores y los innovadores sociales están transformando el panorama de desarrollo social en la región latinoamericana, aportando nuevas ideas y ampliando las fronteras de las intervenciones en inclusión social”.

Colaboración intersectorial

El principal reto en los emprendimientos sociales sigue siendo superar la fase piloto y lograr una escala que permita extender la cobertura de las intervenciones a más población, ha advertido César Buenadicha. Para ello, es necesario asegurar que haya un ecosistema que haga posible que las innovaciones sociales se inserten en cadenas de innovación y de valor híbridas, y establecer mecanismos de colaboración entre la sociedad y los sectores público y privado. Esto último, señala el especialista del FOMIN, es “clave para ampliar el impacto de las intervenciones en innovación social, generando un diálogo entre los innovadores y los emprendedores sociales, por un lado, y el sector público y el privado, por el otro, pues son instancias necesarias para la expansión de los modelos”, explicó Buenadicha. Una visión que Simon Willis ha compartido y que también se ha puesto sobre la mesa en el panel que ha trató de la colaboración entre ONG y empresas.

“Anteriormente, las ONG planteaban las cuestiones y los otros (en referencia a las empresas) colaboraban, pero ahora no es así”, destacó Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de Esade. “Las ONG no buscan solo dinero y a las empresas les importa su posicionamiento estratégico. Importa la transparencia y avanzar en medición de resultados e impacto social”, ha añadido.

Heloise Buckland, investigadora del Instituto de Innovación Social de Esade y coautora del estudio junto con David Murillo, profesor del Departamento de Ciencias Sociales de Esade, destacó que “estamos viviendo una época apasionante a escala global, en que están surgiendo muy rápidamente nuevas reglas de producción, consumo y copropiedad, que impulsan una transición hacia una economía más colaborativa”. Además, apuntó que en estos nuevos mercados, emerge un perfil de inversor interesado en un doble impacto, a la vez social y económico, que empezó a generar, en algunos países, políticas públicas para crear unas condiciones favorables al desarrollo de la innovación social.