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¿Por qué el 14 de febrero es el Día de los Enamorados?
Sábado, Febrero 14, 2015 - 14:19

Aunque recoge fuentes de varios pueblos occidentales, la fecha que celebra el amor tiene su más fuerte asidero en el religioso cristiano que casaba en secreto a jóvenes parejas, lo que estaba prohibido por el emperador romano.

En América Latina hay muchas personas que se quejan por lo que consideran “invasión” de festividades y celebraciones anglosajonas que se han vuelto populares en la región. El Día de los Enamorados es una de esas fechas criticadas.

Sin embargo, hay que considerar que –en rigor- todas las celebraciones populares como el Día de la Madre, el Día del Padre, Halloween y hasta la propia Navidad con arbolito de pascua y Papá Noel si bien no son propias de la región, sí tienen una historia bastante larga, recogiendo tradiciones de varios lugares del mundo.

El Día de los Enamorados si bien tiene una “explosión” desde el mundo anglosajón, tiene antecedentes desde la antigua Europa que avalan que en febrero el amor andaba dando vueltas por el mundo hace bastante tiempo.

En los países nórdicos, por ejempo, es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.

Pero el antecedente más cercano se remonta a la época del Imperio Romano. Valentín fue un sacerdote cristiano que vivía en Roma durante el siglo III. Como gobernador ejercía el emperador Claudio II, quien para mejorar los resultados de sus ejércitos prohibió que los hombres jóvenes se casaran.

La idea era que soldados solteros rendían mejor ya que tenían menos lazos y compromisos, permaneciendo también más tiempo en las filas militares. Valentín consideró que el decreto era injusto, constituyendo una manera torpe de frenar la expresión del amor. Desafiando las leyes, celebraba matrimonios de jóvenes en secreto.

La leyenda dice que el respeto y simpatía del que gozaba Valentín por sus acciones hizo que Claudio II no lo juzgara inmediatamente, por lo que lo citó a palacio.  En esa oportunidad el religioso abogó por la expresión del amor, relacionándolo con la manifestación del cristianismo.

La presentación fue tan exitosa, que el emperador se comprometió a estudiar la situación. Pero los asesores militares de Claudio II lo presionaron para que no tuviera muestras de debilidad ante el pueblo, por lo que Valentín fue encarcelado al poco tiempo.

De acuerdo a lo señalado por varias investigaciones, el encargado de encarcelar a Valentín, Asterius, quiso humillar al religioso, retándolo a que si creía tanto en el amor y en ese ser divino que promovía su religión, por qué no hacía algo en favor de la hija del militar que era ciega.

Valentín se comprometió a orar por ella y en algunas semanas la joven comenzó a ver, lo que causó gran revuelo en el pueblo romano y en el mismo Asterius, quien terminó convirtiéndose al cristianismo junto a su familia.

A estas alturas la “fama” de Valentín trascendía las fronteras de Roma y comenzó a ser conocido como el sacerdote que promovía el amor entre los jóvenes. Aunque seguía privado de libertad y con una salud que se complicaba.

Como una muestra de poder, Claudio II decidió ejecutar a Valentín, hecho que ocurrió el 14 de febrero del año 270. La joven por la que Valentín había orado para que pudiera ver, agradecida del religioso, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.

La historia de Valentín se mantuvo de generación en generación y en el ámbito católico adquiere importancia en el siglo V, cuando El Vaticano, a través del papa Gelasio I, santifica al religioso que casaba a jóvenes parejas en secreto.

Durante siglos la fiesta de San Valentín formó parte del calendario oficial de la iglesia Católica, lo que terminó el año 1969, cuando dejó de ser una fecha religiosa.

El legado de Valentín logró trascender Europa y el Día de los Enamorados es celebrado hoy no sólo en Occidente, sino que también en países asiáticos como China y Japón.

 

Autores

Claudio Pereda Madrid