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Conozca el camino de María das Gracas Foster de la favela hasta Petrobras
Miércoles, Febrero 4, 2015 - 16:15

La empresa más estratégica de Brasil, sumida en un gigantesco escándalo de corrupción, confirmó que Foster y los otros cinco directivos de la compañía renunciaron a sus cargos.

La salida de María das Gracas Foster de la presidencia de la petrolera estatal Petrobras, la mayor empresa de Brasil y de la que es funcionaria de carrera, es tan retumbante como lo fue su ascenso al puesto que la colocó entre las mujeres más poderosas del mundo.

La empresa más estratégica de Brasil, sumida en un gigantesco escándalo de corrupción, confirmó que Foster y los otros cinco directivos de la compañía renunciaron a sus cargos y que el Consejo de Administración se reunirá el viernes para elegir a sus sustitutos.

Foster, una de las pocas personas de la máxima confianza de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, estaba al mando de Petrobras desde el 13 de febrero de 2012, cuando sustituyó a José Sergio Gabrielli, más identificado con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El nombramiento la convirtió en la primer mujer en comandar una de las mayores empresas petroleras del mundo.

Su misión, entre otras, era gestionar la explotación de los gigantescos yacimientos submarinos del presal, ubicados en aguas muy profundas del Atlántico por debajo de una capa de sal de dos kilómetros de espesor y que pueden convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores mundiales de crudo.

Se trataba de una gestión de la empresa más técnica y menos política, acorde con el estilo que trató de imprimir Rousseff a los puestos claves de la administración pública, cuando inició su primer Gobierno (2010-2014).

En 2013 Foster fue designada por la revista Fortune como la ejecutiva no estadounidense más poderosa del mundo, mientras que Forbes la ubicó como la ejecutiva más poderosa de América Latina ese año.

Nacida hace 61 años en Caratinga, ciudad del estado de Río de Janeiro, la ejecutiva llegó a Río de Janeiro a los dos años de edad cuando su familia se estableció en una favela que hoy forma parte del Complejo do Alemao, hasta hace pocos años una de las zonas más violentas de la Ciudad Maravillosa.

Foster tuvo una vida de ascenso social y esfuerzo como millones de brasileños que desde niños se ven obligados a hacer regates a la pobreza.

A los 8 años, para comprar los útiles escolares, se dedicaba a recolectar papel, cartón y botellas en su comunidad, de donde se mudó cuando cumplió 12 años hacia la zona de Ilha do Governador.

Foster se recibió de ingeniera química en la Universidad Federal Fluminense, y tiene un MBA en economía y una posgrado en ingeniería nuclear.

Entró a Petrobras como becaria en 1978 y en 2007 llegó al puesto de directora de Gas y Energía, cuando Rousseff, entonces ministra de la Presidencia, comenzaba a perfilarse como la sucesora de Lula.

En su carrera fue asistente de Rousseff en el Ministerio de Minas y Energía, en donde ocupaba el cargo de secretaria de Petróleo, Gas Natural y Combustibles Renovables.

En 2012, cuando había sido nombrada como candidata para presidir Petrobras, su reacción fue declarar "pasión" por la empresa donde hizo su carrera, la cual ahora está sumergida en una grave crisis por corruptelas de la que participaron directores hoy presos.

"Petrobras es una prioridad en mi vida, ¿Cómo no estar apasionada por lo que hago si trabajo 10 ó 12 horas por día haciendo fuerza para que todo salga bien?", se preguntó al asumir el cargo del que será sustituida este viernes.

La permanencia de Foster al frente de la compañía era considerada inviable debido a que el escándalo por millonarios desvíos de dinero salpicó a varios exdirectivos que compartieron el mando de la estatal con algunos que aún continúan, incluida ella.

Autores

EFE