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Estos son los desafíos que deberán superar los drones para llegar a Marte
Lunes, Febrero 2, 2015 - 14:48

La NASA ya se encuentra trabajando en un prototipo de estos equipos que podría ayudarnos a conocer mejor el planeta rojo.

Por Angela Bernardo para Think Big. Los drones no tienen límites. En los últimos tiempos, hemos visto cómo son capaces de mostrarnos aspectos desconocidos de la naturaleza, comprobar e inspeccionar aviones de EasyJet o incluso buscar víctimas de la II Guerra Mundial. Sus aplicaciones parecen no tener fin. ¿Tampoco fronteras?

La NASA quiere llevar los drones más allá de nuestra imaginación, traspasando fronteras hacia el mundo exterior. Con este objetivo ingenieros del Jet Propulsion Laboratory investigan cómo llevar un vehículo aéreo no tripulado a Marte. La idea es simple: dada la complejidad de los estudios de la superficie del planeta rojo por parte de rovers como Curiosity, podríamos ayudarnos de drones para conocer con mayor profundidad Marte.

 

El desafío de la gravedad y la atmósfera de Marte

El objetivo, sin embargo, es ambicioso. Los investigadores trabajan actualmente en el primer prototipo del Mars Helicopter, que sería acoplado en futuras misiones al planeta vecino. Las hipótesis más optimistas estiman que aún faltan años para que este tipo de vehículos lleguen a Marte, dado que la iniciativa espacial aún no ha sido autorizada por la NASA. Si lograrámos que un dron alcanzara el planeta, podríamos dirigir el trabajo de los robots de una manera más precisa.

¿Qué necesitaríamos para que los drones fueran una realidad en Marte? El primer gran desafío es la gravedad. Marte tiene una menor gravedad que la Tierra, pero además su atmósfera es mucho más fina. El funcionamiento de los vehículos debe superar estos obstáculos, pues sus palas giran con el objetivo de ascender e impulsar al dron.

Las características de la atmósfera de Marte hacen que tenga una menor densidad, con lo que el vuelo de los drones también ha de ser diferente. En particular, es necesario que el vehículo cuente con una masa reducida para garantizar que funciona correctamente.

También debemos comprobar que su vuelo sea autónomo, para que pueda mantenerse en el aire de manera estable. Por último, el dron tiene que aterrizar y despegar de manera continua y sobrevivir a las duras condiciones de Marte. Por ello, deben diseñar un sistema de aterrizaje que sobreviva a tal número de aterrizajes repetidos, pues esta parte de la misión siempre es la más delicada (en la NASA se refieren a esta fase como ‘los 7 minutos de terror’).

Primeros resultados

Los primeros estudios con los prototipos de la NASA han demostrado que sus palas deben girar a 2.400 revoluciones por minuto para que sea capaz de volar en Marte. El sistema que están evaluando en el Jet Propulsion Laboratory garantizaría una capacidad de vuelo de entre 2 y 3 minutos por día (para explorar medio kilómetro de superficie). Para ello, contaría con un pequeño panel solar que le distribuiría la energía suficiente para este corto período de tiempo.

La NASA se une así al proyecto Dropter de StarTiger de la Agencia Espacial Europea, que presenta objetivos similares. Ambas iniciativas trabajan por superar los desafíos, con el objetivo de asegurar que alguna vez veamos a drones volar en Marte.

Autores

AETecno.com