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“Perdonen la tristeza”, una de las mejores biografías de Joaquín Sabina, cumple quince años
Miércoles, Enero 21, 2015 - 09:14

Todo un éxito de ventas, este libro lleva más de una veintena de ediciones en formato normal y ha superado la docena en formato de bolsillo, con más de 200.000 ejemplares vendidos.

El texto de 300 páginas es una notable revisión de la azarosa vida del cantautor andaluz, de sus polémicas, amores, amistades y decepciones, además de una intensa inquietud por descubrir los secretos de sus principales canciones y de las opiniones vertidas por este inquieto hombre nacido en Ubeda (Jaen), el 12 de febrero de 1949.

“En sus hallazgos verbales, en sus matáforas frías, en su peculiar manera de edificar universos líricos a base de juntar locuciones adverbiales, frases hechas y negaciones a su vez de éstas, reside -qué duda cabe- un niño que se ha resistido a pies juntillas a hacerse mayor; a pesar de que conoce mejor que nadie los horrores de la edad madura”, subraya el autor en este estupendo libro.

Las biografías autorizadas siempre corren el peligro de mostrar sólo lo bueno del personaje reseñado y Menéndez es un declarado fan del andaluz. Sin embargo, recorre sin ambages la vertiginosa vida sabinesca, incluyendo sus profundas caídas.

La lucidez, ironía y filuda ternura de las canciones del cantautor hispano, conforman su universo, con su ética de los perdedores, su acendarada sensibilidad social y sus baladas románticas sin concesiones facilistas de ninguna especie.

“Perdonen la tristeza”, recorre todos los discos del andaluz hasta el momento de su publicación, el año 2000: desde “Inventario” (1978) hasta “19 días y 500 noches” (1999), pasando por joyitas como “Hotel, dulce hotel” (1987) y el potente “Física y química” (1992), que lo hace conocido en Chile con la canción “Y nos dieron las diez”, su único hit en las radios comerciales del país; el disco vendió en América Latina más de un millón de copias.

Asimismo, hay un capítulo especial sobre el LP “Enemigos íntimos” (1998), el ambicioso proyecto a duo con el argentino Fito Páez, que terminó abruptamente con la amistad de ambos por la “disparidad de opiniones y el inevitable choque de egos que se terminó dando”, dice el autor.

Finalmente, la anunciada gira del proyecto se suspende y para la posteridad queda el registro de un trabajo con un sonido muy Páez, aunque con letras puro Sabina. Y en el caso de algunas piezas específicas como “Lázaro” o “Yo me bajo en Atocha”, quizás el mejor Sabina.

Los grandes amigos y colegas del cantante hispano como Joan Manuel Serrat y Luis Eduardo Aute, también se hacen presentes en el libro, dedicándole elogiosas palabras y -cómo no- jugándole alguna que otra broma.

“Joaquín Sabina, diablo fieramente humano en estos paisajes se alimenta con el latido de la calle, la crónica sentimental del tiempo que le tocó vivir, del tiempo que nos tocó vivir. Narrador falsamente frío, no puede impedir, a la hora de contar, cantar con la lírica del poeta que empecinadamente intenta amordazar”, precisa Aute.

Por su parte Joan Manuel Serrat  –quien comparte la exitosa gira hispanoamericana “Dos pajaros de un tiro”- señala que la “evidencia de que la vida es un camino sin retorno, en su caso es extremadamente clara, pero, qué coño, también los toreros mueren los domingos en la plaza y puestos en plan taurino, Sabina consume tanta vida porque es un hombre que tiene mucha muerte”.

Así, el mundo según Sabina queda ilustrado en lo que Menéndez denomina “Sabinismos y sabinadas”, cincuenta y cinco frases de diversa fecha que denotan su pensamiento. Algunos botones de muestra:

– “Soy un anarquista que nunca se salta un semáforo en rojo”.

– “Soy un tipo feo, caotico y sentimental”.

– “Cada vez escribo mas historias de amor, sera que cada vez ligo menos”.

– “Maradona tiene toda mi solidaridad como drogadicto y ninguna como futbolista”.19-dias-y-500-noches

– “Ser de derechas es un infamia”.

– “La cerveza y el whisky tambien son hijos de Dios”.

– “Las canciones deben ser tristes, porque siempre hablan de desamor, de fracaso; cuando estás en esos momentos, tan escaso en la vida, de pasión compartida, no se escribe, se vive”.

A confesión de parte, entonces, relevo de pruebas…

Todo un éxito de ventas, “Perdonen la tristeza” en sus quince años lleva más de una veintena de ediciones en formato normal y ha superado la docena en formato de bolsillo, con más de 200.000 ejemplares vendidos.

El título del libro hace referencia a un verso de un texto del poeta peruano César Vallejo, uno de los autores predilectos de Sabina, titulado “Fue domingo en las claras orejas de mi burro”, que pertenece a su libro póstumo “Poemas humanos”, publicado en 1939.

 

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