Pasar al contenido principal

ES / EN

Las deudas de Cuba para potenciar el turismo
Miércoles, Enero 14, 2015 - 07:34

Aunque La Habana está llena de encantos, con su buena música y sus joyas arquitectónicas, las habitaciones de hotel escasean, al igual que los restaurantes de calidad, los autos para alquiler, los taxis y otros servicios.

El sonido de la música salsa y el humo de los habanos que gira en espiral en la terraza del afamado Hotel Nacional de La Habana se mezclan con los huéspedes que disfrutan de las impresionantes vistas del paseo marítimo, el Malecón, y más allá, el océano.

Pero en el interior del hotel, muchas de las habitaciones están en mal estado y presentan humedad, el WiFi es costoso y lento, y el servicio al cliente con frecuencia es indiferente. La comida es abundante pero generalmente aburrida.

Aunque La Habana está llena de encantos, con su buena música y sus joyas arquitectónicas, las habitaciones de hotel escasean, al igual que los restaurantes de calidad, los autos para alquiler, los taxis y otros servicios.

Los operadores turísticos esperan una flexibilización entre Cuba y Estados Unidos tras los anuncios del mes pasado que atraerá a cientos de miles de turistas estadounidenses que buscan disfrutar los frutos alguna vez prohibidos de la isla: sus playas de arena blanca, ciudades coloniales, finos puros, el ron y los autos clásicos rodando por sus calles.

Pero también saben que Cuba debe mejorar su oferta.

"Hay cuatro o cinco hoteles muy bonitos en La Habana con los que se puede contar para una experiencia realmente de calidad, y pienso que tienen que existir cinco o seis veces más de los que hay actualmente", dijo el operador Collin Laverty, presidente de Cuba Educational Travel.

Laverty ha trasladado a Cuba alrededor de 5.000 personas en los últimos cuatro años, en viajes que van desde visitas familiares de corta duración hasta vacaciones diseñadas para los coleccionistas de arte o aficionados a los puros.

"Usted tiene problemas de capacidad en el aeropuerto, desde el equipaje para bajarlos de los vuelos hasta el proceso de aduana, y así son todos estos desafíos", agregó.

La isla caribeña era el destino elegido por los turistas estadounidenses en la década de 1950, pero su infraestructura se deterioró después de la revolución de 1959 que llevó al poder al ex presidente Fidel Castro.

Pese a las reformas orientadas al mercado de los últimos años y la inversión de empresas canadienses y europeas en hotelería, Cuba no está lista para un aumento significativo del turismo.

"Si crees que puedes venir para unas vacaciones de lujo en el Caribe, acostada en la playa y que te atiendan muy bien, eso no va a pasar aquí cariño", bromeó Bonnie Schinagle, de 56 años, mientras desayunaba en el restaurado Hotel Capri, de La Habana.

Schinagle, una abogada llegada desde Nueva York, era parte de un grupo de 28 turistas de Estados Unidos en una visita educativa y cultural de una semana, ahora permitida tras la relajación de las sanciones en los últimos años.

Los integrantes del grupo dijeron que la pasaron muy bien, pero comentaron que Cuba es más para los viajeros aventureros deseosos de conocer su ambiente único y no para quienes buscan vacaciones típicas en paquetes para disfrutar de la playa, el spa y el golf.

"Zona oscura"

El gobierno cubano dijo que el turismo internacional inyectó unos US$2.300 millones en ingresos en el 2013, frente a los US$1.900 millones que reportó en el 2009.

Durante el mismo período, la cifra de habitaciones de los hoteles se incrementó en algo menos de 2.000 llegando a un total de unas 52.600 en todo el país, aunque hubo varios miles más en la categoría de cinco estrellas.

Como parte de las sanciones de Washington, para los turistas estadounidenses es ilegal visitar Cuba, al menos que sean cubano-estadounidenses o formen parte de los programas conocidos como "pueblo a pueblo" a cargo de los operadores con licencia como Laverty y se enfocan en temas culturales o educativos.

De los aproximadamente 450.000 ciudadanos estadounidenses que viajaron a Cuba en el 2013, unos 350.000 eran cubano-estadounidenses con familiares en la isla.

Como el gobierno del presidente Barack Obama se enfoca en desmantelar las sanciones como parte del acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, muchos más estadounidenses podrán visitar la isla.

Pero incluso si llegan a la isla, los turistas estadounidenses no pueden acceder a los servicios bancarios o pagar con tarjetas de crédito de su país, lo que significa que tienen que llevar dinero en efectivo o cheques de viajero.

También encontrarán poco acceso a internet, mientras que los teléfonos celulares de Estados Unidos no tienen servicio en Cuba.

"Siempre le decimos a la gente, cuando venga (a la isla) usted está entrando en la zona oscura, y por supuesto, los estadounidenses no están exactamente acostumbrados a eso", dijo Laverty.

Cuba dio la bienvenida a un récord de 3 millones de visitantes en 2014, un incremento de 5,3% en comparación con el año previo.

Los turistas canadienses han liderado el mercado en los últimos años. Cerca de 1,1 millones visitaron la isla en el 2013. Muchos no aterrizan en La Habana y se trasladan directamente a Varadero, un balneario al este de la capital para unas vacaciones similar a otros sitios del Caribe.

El segundo emisor de turistas a Cuba es Gran Bretaña, con menos de 150.000 visitantes anuales, seguido por Alemania y Francia.

Algunos viajeros se sienten atraídos por Cuba precisamente porque en la isla no se da un turismo masivo.

"¡Siempre he querido ver La Habana, y quería llegar aquí antes de que vengan todos los estadounidenses!", dijo Ray Constable, un contratista de transporte de Londres.

"También quería ver si el comunismo funciona. Hemos estado en todos los sitios y cuando ves cómo vive la gente: no funciona", agregó.

El Ministerio de Turismo de Cuba dijo la semana pasada en un comunicado que el número de visitantes en el 2014 se incrementó y "ello nos impone continuar perfeccionando nuestro trabajo, elevando la calidad de los servicios que ofrecemos".

En la actualidad, los operadores turísticos están esperando las nuevas normas que publicará el Departamento del Tesoro de Estados Unidos para conocer si las cifras de visitantes se disparan.

"Es un momento histórico entre nuestros dos países y la gente siempre quiere ser parte de la historia", dijo Tom Popper, presidente de InsightCuba, otra de las compañías con licencia para promover viajes a la isla. "Hemos estado esperando y planeando para el cambio durante más de una década".

Autores

LifeStyle / Reuters