"Compa, nos vamos a la guerra": regimiento de EE.UU. se desplaza a Oriente Medio
Los 600 soldados en Fort Bragg, Carolina del Norte, se dirigen a Oriente Medio, parte de un grupo de unos 3.500 paracaidistas estadounidenses que han sido enviados a la región. Kuwait es la primera parada para muchos, pero sus destinos finales son secretos.

Fort Bragg. Para muchos de los soldados podría ser su primera misión. Empacaron municiones y rifles, hicieron llamadas de último momento a sus seres queridos y luego entregaron sus teléfonos celulares. Algunos donaron sangre.
Los 600 soldados en Fort Bragg, Carolina del Norte, en su mayoría jóvenes, se dirigían a Oriente Medio, parte de un grupo de unos 3.500 paracaidistas estadounidenses que han sido enviados a la región. Kuwait es la primera parada para muchos, pero sus destinos finales son secretos.
“Compa, nos vamos a la guerra”, festejaba uno, mientras mostraba sus dos pulgares con una sonrisa. Él era uno de decenas de soldados que subían a camiones desde un bloque de edificios.
Días después de que el presidente Donald Trump ordenó que aviones no tripulados mataran al comandante militar iraní Qassem Soleimani, hombres y mujeres de 82ª división aerotransportada del Ejército de Estados Unidos están realizando su mayor “despliegue rápido” desde el terremoto de Haití 2010.
El comandante de la división, el mayor general del ejército James Mingus, caminó el domingo entre el mar de hombres y mujeres con uniformes de camuflaje, mientras se preparaban para abandonar la base cerca de Fayetteville.
Si bien los miembros de la unidad, considerada una de las más rápidas de desplazar del Ejército de Estados Unidos, están acostumbrados a los traslados intempestivos, esta vez ha sido diferente, dijo el teniente coronel Mike Burns, portavoz del ejército.
“Los muchachos están emocionados por ir, pero ninguno de nosotros sabe por cuánto tiempo se van”, dijo Burns. “Esa es la parte más difícil”.
Se ordenó a los soldados que no lleven teléfonos celulares, videojuegos portátiles o cualquier otro dispositivo que pueda usarse para hablar con amigos y familiares, por temor a que los detalles de sus movimientos puedan filtrarse.
Por cada combatiente hay siete personas de apoyo: cocineros, aviadores, mecánicos, médicos, capellanes e intendentes de transporte y suministros. Todos excepto los religiosos llevan armas de combate.
“El Ejército es un cuerpo totalmente voluntario. Queremos hacer esto. Ustedes pagan sus impuestos y a nosotros nos toca hacerlo”, dijo un sargento mayor de 34 años.