López Obrador cumple 100 días como presidente de México con un balance de luces y sombras
En sus primeros cien días de gobierno, Andrés Manuel López Obrador ha marcado un nuevo estilo. La población lo adora, pero expertos ven señales de alerta.

Ciudad de México. Andrés Manuel López Obrador cumple 100 días como presidente de México. Según encuestas de Consulta Mitofsky, México se rinde a los pies de su mandatario y de su "Cuarta Transformación", proyecto de izquierda nacionalista.
Los primeros tres meses de gobierno están considerados como un "plazo de gracia", en los cuales los jefes de Estado regularmente aún gozan de buena popularidad. Sus antecesores usaron este plazo para marcar su propio sello. El conservador Felipe Calderón introdujo la llamada "Guerra contra las drogas"; Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) pactó con la oposición de entonces reformas constitucionales como la apertura del sector energético y una reforma educativa.
Por su parte, López Obrador brilla, sobre todo, en cuanto a la comunicación, dice a DW la periodista mexicana Ivonne Melgar: "Hay una palabra presidencial muy poderosa, es un fenómeno de comunicación política sin precedentes. En su base social es efectiva su comunicación simplista, maniquea. Tiene la premisa de que todo lo hecho en los últimos 30 años no sirve. Cuenta con una maquinaria de propaganda que sabe sacarle provecho a las nuevas tecnologías en redes sociales."
En sus conferencias de todos los días, por la mañana, él determina la agenda diaria. Cuando los lectores abren los periódicos con el análisis del día anterior, López Obrador ya ha colocado nuevos acentos políticos. A un tema le sigue pronto el próximo: el accidente de un tren con migrantes en la Península de Yucatán es sustituido por el debate sobre refugios para mujeres, y éste, por los nombramientos en la Suprema Corte de Justicia.
Dureza sorprendente. A muchos les sorprende también la dureza del nuevo presidente contra la mafia de ladrones de combustible, conocida como "huachicoleros". Por dicha estrategia, López Obrador recibió su primera amenaza de muerte. Esos grupos criminales se apropiaban de cerca de una tercera parte de la producción del consorcio estatal Pemex.
"Hemos visto mayor incertidumbre en la economía mexicana. En otros años hubo ganancias mucho mayores en estos primeros cien días. No hablamos de crisis ni pesimismo, pero notamos nerviosismo en los inversionistas sobre el modelo económico y las políticas que implementara esta administración", dice Gabriela Siller, economista jefa del grupo financiero Banco Base.
El que votantes y expertos difieran tanto obedece a razones psicológicas, dice el economista Luis Rubio: "Quizá la clave que separa a las dos cohortes –los que están llenos de esperanza y los que ven el futuro con preocupación, si no es que temor- es la vinculación casi religiosa que existe entre una parte del primer grupo con el presidente, frente al intento que realiza el segundo grupo para explicarse, de manera racional y analítica, algo cuya característica central es precisamente la de no estar fundamentado en consideraciones racionales", escribió Rubio en el diario Reforma.
"Las expectativas pueden ser manipuladas por un buen rato, encontrando nuevos chivos expiatorios cada vez que se atora el carro, pero lo que cuenta, al final del día, es una mejoría sensible en los niveles de vida."