Un escuadrón de ex militares está detrás del ascenso de Bolsonaro y se preparan para su eventual gobierno
La mayor parte del círculo íntimo de Bolsonaro ha mantenido estrechos vínculos con el actual liderazgo militar de Brasil. Los altos mandos se habían mantenido alejados de la política, pero los altos niveles de delincuencia y corrupción los han animado a participar.
Brasilia. El hombre que probablemente será el próximo ministro de Defensa de Brasil saludó a dos reporteros que esperaban fuera de un salón y luego, amablemente, los invitó a abandonar el lugar.
"Me disculpo", dijo antes de volver a una pequeña sala de conferencias en Brasilia. "Por orden de (el candidato presidencial Jair) Bolsonaro, hay silencio de radio hasta que la elección haya terminado".
El hombre en cuestión es Augusto Heleno Ribeiro Pereira, de 70 años, un general de cuatro estrellas retirado del Ejército.
Es posible que pronto se escuche mucho más de él y de un grupo de militares retirados de alto rango que se preparan para ayudar a gobernar la cuarta democracia más grande del mundo. Su ascenso preocupa a muchos por la posibilidad de que vuelvan las épocas en las que los militares tomaban las decisiones en Brasil.
Heleno es el decano de un pequeño grupo de generales en retiro detrás del ascenso de Bolsonaro, quien según las encuestas vencerá en el balotaje del domingo al candidato izquierdista Fernando Haddad gracias a sus promesas de acabar con la delincuencia y la corrupción.
La mayor parte del círculo íntimo de Bolsonaro ha mantenido estrechos vínculos con el actual liderazgo militar de Brasil. Por ejemplo, Antonio Hamilton Mourão, un general de cuatro estrellas que es su compañero de fórmula, se retiró del servicio activo en febrero.
Los altos mandos militares se han mantenido alejados de la política tras el fin de la dictadura que gobernó Brasil por 21 años hasta 1985.
Pero los altísimos niveles de delincuencia callejera y la corrupción de la clase política han animado a los exlíderes militares a participar en el proceso electoral. Y si bien algunos brasileños desconfían de lo que consideran una invasión al espacio civil, otros dan la bienvenida al cambio.
"Hay una conciencia entre el público de que los militares pueden poner la casa en orden", dijo Heleno a principios de este año. "Somos conscientes de que un golpe no es el camino a seguir. El camino será la elección".
Durante más de un año, Heleno y una decena de generales retirados y académicos conservadores, conocidos como el Grupo Brasilia, se han reunido semanalmente en una sala de conferencias sin identificación del Hotel Imperial de Brasilia, a pocos kilómetros del palacio presidencial.
Alrededor de una mesa negra, con café servido en tasas de porcelana y rodeados de sillones burdeos, el grupo ha desarrollado estrategias y tratado de modelar a Bolsonaro, un candidato conocido por sus arrebatos homofóbicos, misóginos y racistas.
En entrevistas recientes con Reuters, los miembros del Grupo Brasilia rehuyeron detalles específicos de cómo sería un gobierno de Bolsonaro. En cambio, hablaron consistentemente sobre la ley. Casi 64.000 personas murieron en hechos violentos el año pasado en Brasil, la mayor cantidad en el mundo.
Vestidos con vaqueros planchados y camisas limpias, los hombres se mostraron corteses y formales, en un marcado contraste con la jerga popular y a menudo ofensiva de Bolsonaro. Ellos y otros miembros del grupo han trabajado para atemperar el discurso del candidato, aconsejándole que hable con calma ante la prensa.
Ferreira y Souto enfatizaron que son simples técnicos que trabajan a las órdenes de Bolsonaro y que no están involucrados en las operaciones del día a día de la campaña.
Ferreira, quien se retiró en 2017, pasó su carrera construyendo caminos y puentes para el Ejército, principalmente a través de la selva amazónica. Sostiene que un gobierno de Bolsonaro se enfocaría en terminar cientos de proyectos que otros no han podido completar.
Souto, en tanto, es un general de tres estrellas retirado que supervisó el centro de tecnología del Ejército. Dijo que instaría a que se enseñe el creacionismo en las escuelas de Brasil junto con la evolución, parte del plan de Bolsonaro de reformular la educación para complacer a su gran base de conservadores religiosos.
Souto comparte la opinión de Bolsonaro de que los libros de historia escolar de la nación deberían calificar al período 1964-85 como un movimiento para combatir el comunismo y no como una dictadura.
Esta vez, el cambio se dará a través de los votos y no de una toma de posesión militar, prometió Souto.
"El único instrumento que sabemos que podemos usar para obtener paz y armonía es la democracia", relató. "Y sus pilares son la libertad, la verdad, el coraje y la moral".