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Angola: radiografia de un país petrolero
Mié, 28/01/2015 - 10:15

José E. Mosquera

La interconexión eléctrica Colombia-Centroamérica
José E. Mosquera

José E. Mosquera es periodista y escritor colombiano. Es columnista de los diarios El Tiempo, El Espectador, Portafolio, El Colombiano, El Mundo, La República, La Patria, El Liberal, El Universal y La Tarde (Colombia), La Nación (Costa Rica), La Prensa, La Estrella de Panamá y El Panamá América (Panamá), El Heraldo (Honduras), Tal Cual (Venezuela) y El Nuevo Diario (República Dominicana), entre otras publicaciones nacionales y extranjera.

Angola es el séptimo país más extenso y el segundo productor de petróleo de África. Un país que se caracteriza por sus ricos yacimientos de petróleo, gas, diamantes, hierro, bauxita, oro, manganeso y uranio. Además por su gran diversidad étnica, en virtud de que sus 24 millones de habitantes pertenecen a más de 90 grupos étnicos.

Unas de las estadísticas que más llama la atención en el caso de Angola es que tiene una población con un promedio de vida relativamente joven: el 45% de los angoleños tiene menos de 15 años, el 54% se encuentra en la franja entre 15 y 64 años y menos de 3% de la población tiene más de 65 años. De manera que su tasa de crecimiento es de 2,7% anual, una de las más altas de África. Pero en contraste su esperanza de vida es de sólo 48 años y una tasa de mortalidad infantil muy alta que refleja uno de los grandes lunares de su economía.

Angola no fue la excepción en África. El fin de la descolonización europea originó encarnizadas luchas por el poder entre las élites angoleñas, donde los problemas de tipo económico, político, militares y tribales jugaron roles determinantes en el surgimiento de una dictadura apoyada desde Moscú y por el régimen castrista cubano que profundizó la fragilidad del nuevo Estado.

Angola obtuvo su independencia de Portugal en 1975, pero la lucha por el poder entre los líderes del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) y los de la Unión Nacional para la Independencia de Angola (UNITA) desataron una guerra civil que duró tres décadas, donde los intereses económicos y geoestratégicos del Kremlin y la Casa Blanca fueron determinantes en sus luchas por el control de sus intereses económicos y geopolíticos en África.

Pese a la sangrienta y devastadora guerra civil, el MPLA controló el poder desde la independencia. Por eso en cuatro décadas de vida republicana, Angola solo ha tenido dos presidentes: Agustino Neto, de 1975 a 1979, y el actual presidente José Eduardo dos Santos, quien desde 1979 controla los hilos del poder. Este octogenario lleva 36 años en el timón presidencial.

El boom petrolero que ha alcanzado Angola por el crecimiento de la producción petrolera en las últimas décadas ha sido clave para el sostenimiento en el poder del presidente Dos Santos, porque la economía angoleña creció a un ritmo cercano al 10% anual y se situó entre las diez con mayores tasas de crecimiento en el mundo, al lado de Mozambique, Tanzania, Congo, Ghana, Zambia y Nigeria.

De hecho, antes de la caída del precio internacional del petróleo y de la crisis económica que se ha desatado en varios países productores de petróleo, esta ex colonia portuguesa se había convertido en el primer destino para los portugueses que huyen de la crisis de económica que golpea a Lisboa.

Pero tras la caída de los precios internacionales del petróleo la economía angoleña se ha contraído y está sufriendo un impacto negativo en las finanzas públicas, debido a que cerca del 70% de los ingresos estatales provienen de la producción petrolera. Se sabe que el presupuesto de la nación fue elaborado sobre la base de US$81 el barril de petróleo. Por lo tanto, eso indica que con el precio del barril a menos de US$50 el gobierno de Luanda se ha visto abocado a realizar drásticos recortes en el gasto público.

La crisis petrolera mundial no sólo tiene un impacto negativo en los países petroleros africanos: Nigeria, Libia, Argelia, el Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón, Camerún y Sudán del Sur, sino en Rusia, Irán, Venezuela, México, Ecuador y Colombia, entre otros.

Evidentemente que las economías de Rusia y Venezuela cabalgan hacia un galopante desplome que se ha agudizado con las crecientes perdidas de los valores adquisitivos de sus monedas. En el caso de Angola lo controvertido del auge económico que alcanzó con los precios altos del petróleo fue que a pesar de los logros que alcanzó en materia de crecimiento económico y de disminuciones de los índices de pobreza y de la inequidad, el 68% de los angoleños sigue viviendo debajo de la línea de pobreza, pese a que su PIB creció 400% en los últimos diez años. Esta es una síntesis de la radiografía de un país petrolero de África.

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