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¿Arrivederci Jorge Sampaoli?
Vie, 24/07/2015 - 11:43

Gastón Meza Acuña

El jeitinho brasileiro y su influencia en “el Mundial de los mundiales”
Gastón Meza Acuña

Gastón Meza es periodista titulado de la Universidad Nacional Andrés Bello (Chile). Comenzó su labor periodística en el diario La Tercera (Chile), donde se desempeñó en el área de Economía. Posteriormente trabajó como asesor comunicacional en el Ministerio del Trabajo de Chile y en la Fundación Empresarial EuroChile. Actualmente es sub editor en AméricaEconomía.com.

"¿Estás enfermo de la cabeza?". Eso fue lo más suave que me decían tres amigos en una animada comida pos título Copa América obtenido por Chile. Uno de ellos, con una frase de cajón que trajo desde China, en medio de la discusión me espetó: "¿para qué quieres arreglar lo que no se ha quebrado?".

Para mí, Jorge Sampaoli cumplió un ciclo y es mejor que abandone la dirección técnica de la selección chilena de fútbol en el corto plazo. Al contrario de lo que muchos piensan, y sin tener ganas de dármelas de excéntrico, a Sampaoli no lo veo llegando al Mundial de Rusia 2018. Es más, creo que ni él se ve llegando a ese evento.

"No creo que en el corto plazo dirija otra cosa que no sea la selección chilena".  Ese fue su respuesta sobre su continuidad, a los pocos días de terminada la bendita Copa América y ad portas de comenzar unas merecidas vacaciones. Respondiendo a la pregunta de mi amigo, no hay algo quebrado explícitamente, pero algo hay. No muy visible, pero hay algo. Porque si no, ¿por qué plantear el punto? ¿Para disminuir o apocar el primer título continental de la selección chilena en su historia? En ningún caso. ¿Cuestionar que Sampaoli no se proyecte al largo plazo con la selección y prefiera buscar nuevos desafíos? Menos, está en todo su derecho. ¿Entonces? Sampaoli no se siente cómodo, entiendo que particularmente por lo que a su juicio son los constantes ataques y cuestionamientos de la prensa chilena. Eso lo tiene muy desagradado, casi de sobremanera.

Honestamente, creo que esos ataques no son tales o si usted prefiere, no son de una magnitud para que Sampaoli analice si se va o se queda a la luz de los muy buenos resultados que ha tenido en su gestión que va camino a cumplir tres años. El entrenador agranda las críticas más de la cuenta; más bien me suena a una excusa para abandonar la banca técnica. Ya que por un tema contractual no lo puede hacer de inmediato o al corto plazo –su cláusula de salida asciende a US$4,5 millones y el presidente del fútbol chileno ya ha manifestado públicamente su interés de que Sampaoli cumpla a cabalidad su contrato, el cual se extiende precisamente hasta el Mundial de Rusia 2018-, comienzan las señales para preparar el escenario de desembarco. Eso sí me parece cuestionable: disimular las ganas de partir –muy legítimas- criticando la labor de la prensa hasta la victimización.

Sampaoli, todo tiene un tiempo. "El fútbol chileno tiene que tener un punto de partida a partir de este logro (la obtención de la Copa América). Tiene que lograr ponerse metas mucho más grandes considerando la exigencia que viene", sostuvo en esa misma entrevista post Copa América. Por lo mismo, y para no golpear el funcionamiento de la selección chilena, es que Sampaoli debiese decidir si da o no un paso al costado antes de enero del próximo año, de tal forma de no afectar mayormente el andar de la selección en medio de las eliminatorias al Mundial de Rusia de 2018.

¿Sustitutos? No es fácil encontrar, pero está claro que la alternativa debe venir de Argentina. Mis candidatos: Alejandro Sabella –el entrenador que llevó a Argentina a la final de Brasil 2014- o Edgardo Bauzá, sin experiencia a nivel de selecciones, pero con gran trayectoria en el fútbol sudamericano (campeón de Copa Libertadores con LDU de Quito y San Lorenzo de Almagro, además de finalista en dos ocasiones del Mundial de Clubes).

Como sea, Sampaoli es una persona que ha demostrado grandes capacidades en su gestión. Gran parte de ellas tienen que ver con su obsesiva planificación. Con esa misma quisquillosidad, ojalá que tome la mejor decisión en el momento que corresponda, de acuerdo a sus intereses y a los del fútbol chileno. O sea, que lo haga en los próximos seis meses. Pero por favor, no en medio de unas eliminatorias.

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