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¿Cambio de estación en Medio Oriente?
Dom, 05/04/2015 - 09:29

Farid Kahhat

Las buenas noticias que trae el fallido atentado a Times Square
Farid Kahhat

Peruano, doctor en Relaciones Internacionales, Teoría Política y Política Comparada en la Universidad de Texas, Austin. Fue comentarista en temas internacionales de CNN en español, y actualmente es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP (Perú) y analista internacional.

La esperanza que despertó la "Primavera Árabe" se desvaneció, y aquella se ha tornado en un crudo invierno yihadista: esa es en resumen la narrativa que prevalece sobre las revueltas que a partir de 2011 recorrieron los países de mayoría árabe. Esa narrativa precisa sin embargo ser matizada, y el punto de partida para ello podría ser la propia metáfora estacional: se le llamó "Primavera Árabe" por asociación con la "Primavera de los Pueblos" que en 1848 dio origen en partes de Europa a coaliciones entre liberales y socialistas que demandaron cambios políticos y económicos a las monarquías conservadoras de ese continente. En casos como el de Francia esa alianza se quebró cuando, temerosos por la radicalidad de las demandas de sus otrora aliados de izquierda, la mayoría de los liberales respaldaron el proyecto de restauración autoritaria representado por Luis Napoleón Bonaparte (conducta de la que no pocos entre ellos habrían de arrepentirse): autores como Sheri Berman encuentran un paralelo entre el golpe de Estado de Bonaparte y el de Abdelfatah Al Sisi en Egipto, con los liberales desempeñando el mismo papel (arrepentimiento incluido), y los islamistas desempeñando el papel de la izquierda. También podría establecerse un paralelo entre la confabulación de las monarquías europeas para restaurar el Antiguo Régimen (por ejemplo, la intervención militar austríaca en Hungría y el norte de Italia, con el respaldo de Rusia), y la intervención militar de diversas monarquías del Golfo en Bahréin, Libia y Yemen.

Pero hasta allí llegan los paralelos. De un lado, porque mientras la "Primavera de los Pueblos" no dio origen a ningún régimen democrático, su par meso oriental ha dado origen a la primera democracia del mundo árabe: Túnez. De otro lado, porque el grado de injerencia externa en la denominada "Primavera Árabe" fue bastante mayor, y de diferente tipo. Por ejemplo, en casos como el de Siria, tanto las monarquías del Golfo como algunos Estados integrantes de la OTAN intervinieron primero a través de agentes locales, y sólo cuando eso no fue suficiente para conseguir sus objetivos, decidieron intervenir con sus propios soldados.

Las razones esgrimidas para justificar esas intervenciones tampoco tienen un paralelo aparente en la "Primavera de los Pueblos": de un lado, prevenir que un Estado revisionista (Irán), pesque a río revuelto en un contexto de inestabilidad (Francia había dejado de ser una fuente de irradiación revolucionaria tras la derrota del primer Napoleón). De otro lado, contener y revertir el proceso de expansión territorial del yihadismo transnacional (y en particular, del Estado Islámico).

La intención de abortar las revueltas populares contra las autocracias regionales rara vez es reconocida en forma explícita. Más aún, en casos como el de Yemen se alega que la intervención tiene como fin proteger al gobierno legítimamente constituido, y restablecer la transición política en curso antes de que las milicias Hutíes intentaran capturar Adén (sede provisional de ese gobierno). Ello dicho por gobiernos que respaldaron en Egipto un golpe de Estado contra un presidente ungido por el voto popular en elecciones incontrovertidas, mientras intervienen en favor de un mandatario que ejerció durante largos años la vicepresidencia bajo el dictador al que sucedió, que no fue elegido por el voto popular, y que en la medida en que gobernaba lo hacía como un autócrata.

En cuanto a los yihadistas de los que buscarían proteger al mundo las monarquías del Golfo, la pregunta relevante sería, ¿en qué medida el doctor Frankenstein ha perdido realmente el control sobre el monstruo al que ahora combate? Reportes oficiales en Estados integrantes de la OTAN señalaron hace más de una década a individuos y entidades radicados en las monarquías del Golfo como fuente de financiamiento de organizaciones yihadistas transnacionales (como Al Qaeda). De otro lado, el documental de la BBC titulado "Freedom to Broadcast Hate" (V., "Libertad para Propalar el Odio"), sugiere que hoy en día individuos y entidades radicados en Arabia Saudita y (en particular) Kuwait, financian estaciones de televisión que defienden doctrinas afines a las del yihadismo transnacional. Si de veras buscan protegernos de él, harían bien en cercenar todos los tentáculos que emanan desde su territorio en dirección hacia el monstruo que contribuyeron a crear.

La intervención en Yemen provee una paradoja final. Concuerdo con la estimación de que las milicias Houtíes pretendieron expandirse por un territorio bastante más extenso del que podían razonablemente controlar (propiciando una escalada en la guerra civil yemení). Pero también es cierto que en las zonas tradicionalmente bajo su control (próximas a la frontera con Arabia Saudita), no existe presencia organizada de Al Qaeda en la Península Arábiga (la rama más mortífera de esa agrupación). Si el propósito de la coalición que lidera el régimen Saudí es derrotar militarmente a los Houtíes, caben dos posibilidades: la primera es que, como en sus incursiones anteriores en Yemen (la egipcia en los años 60, o la saudí en 2009), vuelvan a fracasar. La segunda (y por suerte, menos probable), es que tengan éxito, y con ello destruyan el dique de contención que impedía a Al Qaeda en la Península Arábiga tener presencia organizada en la frontera entre Yemen y Arabia Saudita.

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