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El Flujo de Caja para interpretar si una empresa hace bien las cosas
Mié, 22/10/2014 - 09:34

Gustavo Neffa

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Gustavo Neffa

Gustavo Neffa es Socio-Director de Research For Traders.

Las empresas pueden ser analizadas desde distintas ópticas, pero cuando se trata de ir a los verdaderos fundamentales que movilizan el precio de las acciones, los inversores no deben pasar por alto el Flujo de Caja o Cash Flow.

El Flujo de Caja proporciona una información vital acerca de cómo interpretar si una empresa opera de forma óptima. Para ello el analista debe interpretar partidas contables surgidas del Estado de Origen y Aplicación de Fondos (EOAF) que todo balance debe proveer acerca de un período de un año, o de tres meses.

El EOAF es uno de los tres pilares de un balance, junto al Estado de Situación Patrimonial y al Estado de Resultados. A diferencia del Estado de Situación Patrimonial, que viene a ser como la “fotografía” de la empresa en determinado momento del tiempo, y a semejanza del Estado de Resultados, se basa en variables de flujo o bien en qué sucedió a lo largo de un período de tiempo.

Si bien existen distintas construcciones de cash flows, la descripción del flujo de caja original está dividida en tres secciones y sirve para ver tres actividades íntimamente vinculadas, pero separadas a los fines explicativos de la dinámica de la generación propia de la empresa: los flujos operativos, los flujos de las inversiones y los flujos derivados de sus actividades financieras.

1) Cashflow de operaciones: es el punto de partida para saber si una empresa es viable operativamente o no. No es lo mismo que el resultado operativo, porque este último pertenece al estado de resultados y es un concepto contable.

El cash flow de las operaciones revela cuánto cash la empresa genera con sus operaciones. Se parte del ingreso neto y realiza una serie de ajustes para llegar al flujo de caja operativo para mostrar en qué medida los ingresos contables se ajustan a los verdaderos movimientos de cash en la empresa.

Siempre es recomendable analizar las notas a los estados contables para evaluar si se trata de cuestiones importantes o no, o si las partidas representan movimiento de fondos, o no. En el caso de que no lo sean no deberían considerarse en el cash flow, como sucede con las amortizaciones que no representan un movimiento de fondos sino una convención contable (inversión que ya fue realizada en el pasado). Las depreciaciones se suman al ingreso neto para computar los flujos de caja dado que habían sido restadas en el estado de resultados a solo efecto de reflejar su valor teórico. Pero que un edificio o una máquina envejezcan no implica que se deba incurrir en gastos en efectivo durante ese período ya que los mismos se hicieron justamente cuando se invirtió en ejercicios anteriores.

En relación a las variaciones en el capital de trabajo, lo que se analiza es el ciclo comercial de la empresa y cómo lo maneja. El capital de trabajo son todos los activos corrientes netos de los pasivos corrientes, y lo forman rubros como las cuentas a cobrar, los inventarios o las cuentas a pagar. Cuando aumenta el capital de trabajo neto se inmoviliza dinero, y cuando baja se libera capital. Por ese motivo, la variación en el capital de trabajo es otro de los ajustes que se realizan para poder llegar al flujo de caja de operaciones.

Las empresas que crecen inyectan dinero en su capital de trabajo, y es bueno que así sea. Pero si el capital de trabajo se amplía significa que se está inmovilizando dinero que, de otra forma, estaría disponible para otros fines.

Por ejemplo, si una empresa aumenta los créditos por cobrar con sus clientes, (porque se le atrasaron los cobros o porque vende a más plazo), el dinero que mantiene invertido ahí deja de estar disponibles para los accionistas. Por el contrario, si consigue mejores plazos de financiamiento por parte de sus proveedores, es decir que aumentan las cuentas a pagar, esto significa que tendrá mayor dinero para otros fines.

Los gastos o ingresos no recurrentes son generalmente rubros que no representan salidas o ingresos reales de cash (al menos no en el mismo período en que se contabilizan), por tal motivo es muy común que se incluyan dentro de los ajustes necesarios al ingreso neto.

Las variaciones de partidas financieras incluyen principalmente el pago de intereses, es un flujo de fondos efectivo que capta el estado de resultados y sobre el cual no hay que hacer modificaciones. Pero los resultados financieros pueden traer resultados por exposición a la inflación, resultados por tenencia y por depreciación o apreciación del tipo de cambio que no representan movimientos de efectivo, lo que debe ser corregido aquí.

2) Cashflow de las Inversiones: incluyen compras o ventas de Propiedades, Planta y Equipamiento (PP&E), adquisiciones de empresas y cualquier compra o venta de inversiones. Las inversiones de una empresa se denominan gasto de capital o Capital Expenditure (CAPEX). El Cashflow de las Inversiones se toma en sentido neto, es decir la inversión neta de las posibles desinversiones de una compañía (como la venta de una empresa o de una maquinaria).

Los gastos de capital representan el dinero invertido en activos de larga duración, es decir en Propiedades, Plantas y Equipamientos (PP&E) o cualquier inversión necesaria para mantener el negocio en funcionamiento y a su tasa actual de crecimiento.

También se encuentran las Pérdidas o Ganancias por Inversiones: las empresas a menudo invierten en bonos, acciones, propiedades o cualquier otro tipo de activo con el objetivo de obtener retornos superiores a los disponibles en una cuenta bancaria. Esta partida muestra cuanto ganó o perdió la empresa en sus inversiones financieras.

Otro concepto a tener en cuenta es el cashflow libre (free cashflow), el resultado del cashflow de las operaciones menos los gastos de capital, es decir, la cantidad de capital que la empresa genera luego de invertir en su negocio.

3) Cashflow de actividades financieras: se define como las actividades financieras que la empresa lleva adelante con sus accionistas o acreedores.

Los siguientes son algunos de los puntos más importantes en este rubro:

Los dividendos representan el pago en efectivo a los accionistas de la compañía.

También se deben incluir aquí la emisión y/o la recompra de acciones. Cuando una empresa recompra sus acciones en el mercado, la porción de la empresa que le corresponde al inversor aumenta (tengo la misma cantidad de acciones pero ahora hay menos acciones), lo cual es generalmente visto como una señal positiva hacia los inversores porque disminuye el ratio o múltiplo de valuación relativa. En el caso de la cantidad de acciones diluidas, si se transformaran todas las deudas convertibles a acciones, el aumento en la cantidad de acciones disminuiría el porcentaje de la empresa en manos del inversor, lo cual resulta desfavorable (puesto que encarece a la empresa en términos relativos). Claro que la emisión de acciones también genera más cash para la compañía que puede utilizarse para diversas inversiones. Es saludable controlar bien esta categoría para observar con qué recursos la empresa financia su crecimiento.

La Emisión y/o el Repago de Deuda, por otro lado, nos muestra si la empresa ha pedido más dinero prestado o si ha repagado deuda que antes tenía.

Es importante destacar que si al saldo inicial de caja se le suman los tres flujos de caja mencionados más arriba, se obtiene el saldo de caja final del período, el cual revelará si la empresa generó un flujo de caja excedente, o si lo aplicó en la empresa y dónde, o bien si es negativo pondrá de manifiesto las necesidades a cubrir en el siguiente período para volver a la situación inicial.

No siempre que una empresa genera un flujo de caja negativo es malo, porque puede estar creciendo y necesitando de saldos de caja para poder cubrir sus necesidades de inmovilización de dinero en activos fijos, o de incremento del capital de trabajo como es el caso cuando las empresas acumulan acciones previendo mayores ventas a futuro.

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversion.es.

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