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El Mundial de Vidal y el exitismo chileno
Jue, 12/06/2014 - 12:16

Patricio Díaz

El accountability que aflora en Chile
Patricio Díaz

Patricio Díaz es Sub Editor de AméricaEconomía.com. y Master en Ciencias Políticas.

Soy chileno e hincha del fútbol. Pero el tema del Mundial me tiene hastiado. Al menos acá en Chile, el ambiente mundialero tiene a todo el populos con expectativas sobredimensionadas respecto del cometido que tendrá "la roja de todos" en Brasil 2014.

Los medios, la publicidad, el retail, el marketing y toda la industria está revolucionada con la cita futbolera que se da cada cuatro años. Es cierto, la selección chilena pasó por un época de oscurantismo, donde jugar las eliminatorias era eso. Jugar para quedar eliminados. Luego del mundial de Sudáfrica, esto cambio. En parte o en gran medida, con la llegada de Marcelo Bielsa, quien le imprimió trabajo, responsabilidad y profesionalismo a procesos que venían mal desde la última participación de Chile en una cita planetaria, o sea Francia 98. El loco, como le dicen a Bielsa, imprimió su sello: o las cosas se hacen de un modo que es la búsqueda de la perfección o no se hacen.

Hoy, Jorge Sampaoli Moya va por un camino similar, al punto de que muchos entendidos ya lo están criticando, puesto que consideran que el deté está sobreexigiendo al plantel hasta el límite de sus capacidades, lo que podría ser perjudicial para las expectativas de todo un pueblo chileno que vibra con el Mundial.

"Me hubiese gustado estar comentando cuando Jorge Sampaoli hizo entrar a Vidal en Valparaíso, yo lo reviento de una. Si un tipo que no está al 100% de condiciones tu lo pones 15 minutos, lo puedes joder tanto que puede estar hasta cinco meses sin jugar", dijo el ex mundialista y recién designado agregado deportivo en España, Carlos Caszely. Claro está que la crítica de ex futbolistas y comentaristas varios no es aislada en Chile, es todo un país el que se transforma en técnico de fútbol y que piensa lo mismo.

Como a mí este deporte me gusta y me motiva, aunque no llega a ser mi vida, lo que hagan o dejen de hacer los seleccionados no me provoca mayor sensación. Mi vida seguirá igual si se le gana a Australia, Holanda y España, e incluso si llegamos a pasar más allá de la segunda fase. Por eso, no entiendo tanto desbordamiento y falta de racionalidad para con la selección. Por favor, Chile no será campeón del mundo. Tal vez, este conjunto de deportistas de élite sea uno de los mejores planteles en años, pero para ser el mejor equipo del orbe, se necesita mucho más que convicción y ganas. Mucho más que Bielsa o Sampaoli. Mucho más que sobrecargas o descansos. Se necesita un proyecto serio, responsable, o sea, políticas públicas orientadas hacia ese objetivo, y no sólo en el fútbol, sino que a nivel general.

Ya lo vivimos con el tenis. Marcelo Ríos, Nicolás Massu y Fernando González fueron dos veces campeones mundiales por equipo hace más de una década (2003 y 2004). ¿Qué aprendimos de esa experiencia? Al parecer nada, porque actualmente no hay más que un par de jóvenes promesas que con recursos propios, y que con algún apoyo de la empresa privada, intentan sacar la cara por el país.

Volviendo al fútbol, la fiebre mundialera ha concentrado la agenda de los medios. El tema país es la selección y, sobre todo, Arturo Vidal, el volante de la Juventus de Italia, quien el 7 de mayo fue operado de la rodilla derecha, y por quien todo Chile -me excluyo- está rezando y pidiendo a las divinidades que logre una recuperación mágica. Sin embargo, como la memoria del chileno es corta y como dice Serrat, les cuenta mentiras, esos mismos que ahora rezan, antes lo criticaron y se olvidan que este mismo jugador y otros cuatro más (que son elevados a la categoría de ídolos hoy) fueron sancionados por actos de indisciplina, cometidos antes del partido contra Argentina, durante el proceso clasificatorio recién pasado. Para enmendar su error, en esa oportunidad Arturito envío una declaración pública donde decía: “voy a dejar la vida para volver a la Roja”. Probablemente este viernes, día en que debuta Chile, no pierda la vida, sino que solo quede con la rodilla inflamada, si es que logra jugar. Hoy la información que existe desde el búnker de Toca da Raposa II es que el técnico Jorge Sampaoli Moya lo esperará hasta el último minuto para que pueda estar en el debut ante Australia.

¿Pero por qué el DT está tan obsesionado en contar con Vidal? El cuerpo técnico sabe que Vidal cuenta con cualidades que ningún otro jugador del plantel le pueden dar. Y por eso es quieren que sí o sí esté ante los oceánicos. Pero lo que se les olvida, al parecer, es su condición de ser humano, y que la magia no existe y que las recuperaciones de cualquier intervención quirúrgica por menor que esta sea, requieren tiempo y etapas de sanación aunque se trata de un deportista de alto rendimiento. Una sanación que casi todo el país, menos uno (yo), espera. Si no, ¿por qué los argentinos agradecen que Messi se haya lesionado de gravedad en 2013 (del bíceps femoral, durante un partido ante el Betis), lo que le ha permitido llegar a su mejor nivel en 2014, ocho meses después?

Mientras se resuelve la duda, Vidal seguirá en boca de todos, llenando páginas de diarios y horas de tertulias del pueblo chileno.