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Guatemala: el caso Manuel Baldizón y los derechos de autor
Mié, 05/03/2014 - 10:38

Mario Antonio Sandoval

Elecciones en Guatemala: el mapa político entre Patriota y Líder
Mario Antonio Sandoval

Mario Antonio Sandoval Samayoa es periodista, escritor y comunicador social. Es miembro de la Real Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente a la RAE, y ha sido dos veces presidente de la Asociación de Periodistas. Ha escrito dos libros, varios ensayos y es columnista estable de Prensa Libre (Guatemala).

Como consecuencia de todo lo ocurrido alrededor de la inveterada costumbre del político Manuel Baldizón, quien plagia cuanto texto puede, ha salido a luz el tema del derecho de autor en las fotografías. Existe, está incluido en los pactos internacionales al respecto de la propiedad intelectual, y publicar fotos ajenas sin el respectivo permiso del autor es tan grave como hacerlo con los textos. Las fotos, en cuanto a este tema, pueden estar divididas en tres grupos: el primero son las instantáneas, cuyo valor radica en haber captado un instante y detenerlo para siempre.

El caso más claro es el de las fotografías noticiosas, ya sean deportivas o de algún tipo de actividades o de gestos de personas famosas. Son los instantes irrepetibles.

Luego, ESTÁN las fotos de edificios, paisajes, imágenes, etcétera, porque en estas no hay ningún movimiento detenido en el tiempo. Es el caso de una foto del Volcán de Agua, o del Palacio Nacional de la Cultura. Pueden tener la calidad de irrepetibles cuando las nubes, o la luz a causa de la hora, le otorgan al sujeto fotográfico alguna característica única. Las fotografías noticiosas no necesariamente deben recoger instantes de movimientos rápidos, sino instantes de alguna situación específica. Por eso, la foto de unos escolares sentados sobre blocks de cemento, aunque sea repetida, ya no recoge los gestos, la posición del cuerpo, etcétera. Es importante señalarlo por la costumbre de ilustrar alguna publicación con fotos ajenas.

Al respecto de la foto de Prensa Libre plagiada en un anuncio propagandístico de la candidatura del político Manuel Baldizón, es inaceptable la explicación otorgada por la agencia publicitaria responsable. Es una foto de origen y motivación informativa, utilizada con propósitos propagandísticos electorales, para colmo mientras hacer propaganda es ilegal porque el Tribunal Supremo Electoral no ha dado el banderazo de salida a la lucha partidista previa a las elecciones del año entrante. No cabe la disculpa sobre la base de no haber tenido mala intención, porque ello coloca a la agencia publicitaria en una calidad profesional lamentablemente baja. Más me suena como un autonombrado chivo expiatorio, para evitar un nuevo escándalo.

El principal dolor de la publicación lo constituye el cambio de motivación de la foto. Equivale a utilizar alguna frase de una columna de opinión, sacarla de contexto y publicarla como propia. En este caso, es peor cuando se publica el nombre del columnista, porque convierte a esa oración en un apoyo para una crítica, según el caso. El caso del político Baldizón demuestra el poco respeto de él y de sus colaboradores para la propiedad intelectual, tanto de libros como de fotografías periodísticas. Simple y sencillamente es inaceptable y demuestra irresponsabilidad, porque resulta peor tratar de justificarla como producto de la ignorancia. Constituye además un claro mensaje de cómo se actuará en caso de llegar a la presidencia del país.

Es importante indicar este derecho de autor porque en Guatemala es común utilizar fotografías de revistas, por ejemplo, para ilustrar toda clase de publicaciones, desde anuncios publicitarios hasta folletines de índole religiosa, cívica, etcétera. Lo mejor es solicitar la autorización escrita del autor, y si esto no es posible, abstenerse de utilizarla, o al menos cumplir con la norma señalada en la Ley de Emisión del Pensamiento, según la cual se puede citar la fuente, es decir, indicar de dónde se ha obtenido la foto. Por ejemplo: “tomado de la revista Tal, en su edición de la semana o del mes tal del año tal”. Obviamente, es ilegal, inmoral y de mal gusto utilizar esa ilustración con un fin distinto. Los fotógrafos merecen el crédito a su trabajo, y tienen la protección legal.

*Esta columna fue publicada originalmente en PrensaLibre.com.

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