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Hacia la era de la medicina personalizada
Lun, 14/07/2014 - 14:22

Hugo Espinoza

OCDE, virtualización y regulaciones
Hugo Espinoza

Ingeniero Civil Industrial, con mención de honor en Informática de la Pontificia Universidad Católica de Chile, posee también una Maestría en Ciencias de la misma institución. Es director regional para SAM y responsable del crecimiento de Citrix en el Cono Sur y la región Andina. Cuenta con más de 15 años de experiencia en la industria de las tecnologías de la información. Trabajó en Auspex Systems Inc, como Gerente Regional para América Latina, y en EMC Corporation como Gerente de Canales para América del Sur y el Caribe, División Servers. Y fue director del Área de Salud para América Latina en Data General Corporation.

Todos los propietarios de un smartphone, una tablet o cualquier otro dispositivo móvil inteligente lo saben: hoy es posible acceder a la información que uno  busca, de manera inmediata, en el momento en que se lo desea y desde cualquier lugar. La pregunta es: si una persona puede utilizar este enorme poder para entretenerse o satisfacer su curiosidad, por qué no se lo puede emplear para situaciones de mayor necesidad como, por ejemplo, la medicina.

Afortunadamente, la industria de la salud comenzó a dar los pasos necesarios para que esto sea una realidad. Por ejemplo, para que un médico, ante un síntoma específico de su paciente, pueda rastrear y comparar con lo ocurrido con miles o hasta millones de personas en situaciones socioculturales similares, para incrementar la precisión de su diagnóstico. En este contexto, el escenario ideal es el de la medicina personalizada, un concepto que ya comenzó a desarrollarse y que tiende a ser uno de los grandes avances de la humanidad en toda su historia.

Hasta hoy, la industria de la salud suele determinar tratamientos genéricos para determinado tipo de enfermedades y luego los aplica a grandes poblaciones, es decir, a todas las personas que manifiestan esa dolencia. Pero no siempre la prescripción es efectiva. Un caso paradigmático es el de la droga trastuzumab, que se comercializa bajo la marca Herceptin. Se trata de uno de los máximos éxitos farmacéuticos contra el cáncer de mama y es probada su eficacia para disminuir el tumor, desacelerar la progresión de la enfermedad e incrementar los niveles de supervivencia. Además, a diferencia de lo que ocurre con otras alternativas, como la quimioterapia, sólo ataca las células cancerígenas y deja intactas a las sanas. Sin embargo, sus resultados son positivos sólo en el 25 por ciento de los casos. Las empresas de salud pueden apelar, por lo tanto, a los avances en genómica y a las tecnologías de manejo de altos volúmenes de datos en tiempo real, como provee la plataforma SAP HANA, para prever si un paciente está apto para recibir el tratamiento y si será efectivo.

Los beneficios de apelar a la medicina personalizada son múltiples. Para el paciente y sus familiares, se garantiza que el tratamiento sea más eficaz. Desde el punto de vista del centro de salud, se optimizan los recursos, porque no se aplican ni profesionales ni gastos de dinero en tratamientos que no producirán ningún resultado. El ejemplo citado es sólo uno entre innumerables opciones que tiene la industria de la salud para apelar a la medicina personalizada y así mejorar, al mismo tiempo, la calidad de vida de sus pacientes y sus propias finanzas.

Este concepto no está únicamente en el terreno teórico. Ya existen casos concretos de aplicación. Recientemente, por ejemplo, el Centro de Excelencia en sida/HIV British Columbia del Hospital St. Paul, en Canadá, lanzó una solución con el desarrollador local PHEMI Health Systems y con SAP, que se basa en la firma genética del virus de cada paciente infectado.

El de la medicina personalizada es un camino que recién se empieza a recorrer, pero que promete un mejor nivel de salud: para las personas y también para las empresas de la industria.

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