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Vía libre para Hillary Clinton
Jue, 21/04/2016 - 08:28

Ines Pohl

Las poderosas lágrimas de Obama
Ines Pohl

Ines Pohl es corresponsal de DW en Washington.

Sólo hubo una sorpresa en la noche electoral en el estado de Nueva York: el perceptible desahogo en el seno del equipo de Hillary Clinton. Al principio de estas primarias, a nadie se le habría ocurrido plantearse si la senadora ganaría, o no, con claridad en “su estado”. Pero, en las elecciones de este año, uno no puede estar seguro de nada. Ni siquiera una ex primera dama.

Si, a pesar de la victoria, la diferencia entre ella y Bernie Sanders hubiera sido inferior a 10 puntos porcentuales, el resultado habría deteriorado la ya de por sí desgastada imagen de la exministra de Exteriores. Tenía que imponerse con claridad en el estado al que llama su hogar. Sobre todo para elevar el ánimo de sus seguidoras y seguidores. Y es que a pesar de que Clinton logró un apoyo claramente superior al de sus rivales en las primarias celebradas con anterioridad, los pequeños pero numerosos triunfos logrados por el autoproclamado socialista Bernie Sanders había causado efecto. Muchos partidarios de Clinton parecían cansados y frustrados. En las conversaciones, algunos recordaban ya cómo en las elecciones de 2008, un desconocido llamado Barack Obama apareció de repente logrando lo imposible: derrotar al Imperio Clinton. Pero, ¿es posible que Sanders, con su imagen revolucionaria y sus enérgicos y jóvenes simpatizantes, sea capaz de lograr la misma hazaña?

Energía a raudales. En cuanto empezaron a salir los primeros resultados, el alivio se podía sentir en el hotel Sheraton, donde los seguidores de Clinton celebraban la victoria de su candidata. Todos eran conscientes de que Nueva York era la prueba de fuego. Si Clinton no hubiera conseguido una cómoda victoria aquí, las elecciones presidenciales de noviembre habrían estado más apretadas. Fuera quien fuera su rival.

Clinton agradeció personalmente el esfuerzo a sus seguidores y se dio un baño de multitudes. Las muchas, muchas mujeres que había en la sala cayeron rendidas en los brazos de la candidata durante su discurso. Muchas de ellas, de hecho, tuvieron que secarse alguna lágrima. Hillary Clinton no solo ha vuelto, sino que ya está aquí. Y con el impulso tomado en Nueva York va a ser imparable en su camino a la nominación como candidata presidencial de los demócratas.

Republicanos, en crisis existencial. En el caso de los republicanos hay poco que analizar. A pesar de que Donald Trump se impuso con claridad, después de estas primarias aún no está claro qué hará el Partido Republicano con respecto a sus candidatos en la convención. Hace muchas semanas que se viene obviando el tema con la excusa de que después de estas primarias, habrá otras primarias. Lo único claro es que la convención del Partido Republicano tendrá lugar del 18 al 21 de julio en Cleveland, Ohio. Cuando llegue el momento los delegados tendrán que decantarse: o aceptan la decisión de la mayoría del electorado o se decantan por otro candidato, algo que podría desembocar en una crisis existencial.

Hillary Clinton sabe bastante sobre el tema. Después de esta victoria en Nueva York ya no tendrá que preocuparse más por el enemigo que habita dentro de sus filas, sino que podrá centrarse en su lucha contra los republicanos. Poco a poco va llegando el momento de ver al controvertido personaje que lleva dentro.

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