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Por qué la caída del Black Friday no importa
Vie, 27/11/2015 - 10:44

Michael S. McKenna

Las medidas de Suiza, devastadoras para todos los mercados
Michael S. McKenna

Michael S. McKenna es escritor, editor y periodista con cerca de diez años de experiencia internacional en Norteamérica, Europa del Este y los Balcanes. Se desempeña como editor adjunto en Sala de Inversión.es.

Como muchas instituciones estadounidenses, el Black Friday parece estar en declive. Una búsqueda en las Noticias de Google revela un abanico de publicaciones que afirman que la institución comercial "está acabada", "muerta" o incapacitada de alguna otra forma. Al igual que los centros comerciales suburbanos de los 1980, el Black Friday está perdiendo sus locatarios más prestigiosos y de estilo "boutique" (el fabricante de ropa para actividades al aire libre REI incluso cerrará sus puertas durante el día) por la reputación de violencia  y desórdenes que conlleva.

Este año, incluso parece que los traficantes de drogas están participando. Los vendedores de Silk Road están ofreciendo descuentos por el Black Friday desde en cocaína a metanfetamina cristalina.

Hay protestas en el estacionamiento.

¿Caída o cambio? No obstante, si lo analizamos más de cerca, resulta que los detractores pueden estar sustituyendo una narrativa deteriorada por la situación real. A primera vista, parecería que estos eventos comerciales emblemáticos están siguiendo el mismo camino que, digamos, el rascacielos: EE.UU. tiene los hitos fundadores, China tiene los deslumbrantes nuevos récords y Europa tiene las tímidas imitaciones.  

Si lo analizamos, sin embargo, quizás el Black Friday es realmente más similar a nuestro asediado centro comercial: una institución remanente que simplemente es menos importante a la economía y a la cultura que lo que alguna vez fue.

El año pasado, las ventas durante el fin de semana cayeron 11% porque el Black Friday no logró atraer a las multitudes como alguna vez lo hizo.

Sin embargo, al mismo tiempo, la Federación Nacional Minorista (NRF) informó que las ventas durante todo el período de las fiestas de hecho subieron 4,1%. "El Black Friday es diferente, pero no está muerto", dijo la vocera de NRF, Kathy Grannis Allen.

De acuerdo con la información de NRF, 52% de los consumidores dicen que están dependiendo menos del fin de semana del Black Friday para las compras de las fiestas, 5% más que el año pasado.

Fuerza estacional. Una caída durante este día y el fin de semana, sin embargo, no es lo mismo que la caída del gasto durante las fiestas, y las cifras de las ventas durante el cuarto trimestre (del 92%) se correlacionan fuertemente, de acuerdo con Anthony Mirhaydari, de Moneywatch de CBS, con el crecimiento del 4T.

El año pasado, el Black Friday llegó después del informe de la nómina no agrícola que declaraba 214.000 nuevos empleos y una caída en la tasa de desempleo al 5,8%. El crecimiento del PIB de EE.UU. del cuarto trimestre se mantuvo en 4,3%.

Este año, el crecimiento del PIB del 3T se pronostica que será del 2,1%, pero la nómina no agrícola fue más sólida, con 271.000 nuevos empleos y una tasa de desempleo del 5%. También fueron pronunciadamente más altos, interanual, las ganancias medias por hora y el empleo a tiempo completo.

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El panorama completo. Mientras que se dijo mucho del Singles Day que superó al Black Friday para convertirse en el día de compras más importante del mundo (por ventas totales) en 2014, la caída relativa de la bonanza comercial de los EE.UU. representa más un cambio cultural que un debilitamiento real del poder de compra de los EE.UU.

Este año, la NRF prevé que las ventas por las fiestas (las ventas totales en noviembre y diciembre, excepto autos, combustible y restaurantes) registren una ganancia del 3,7%. De acuerdo con el presidente de la NRF, Matthew Shay, "Esperamos que las familias gasten prudente y deliberadamente, aunque aún con menos limitaciones que hace dos años".

No obstante, por el lado bajista, tenemos unos pronósticos relativamente pesimistas para el 4T para los gigantes minoristas como Wal-Mart, Nordstrom, Best Buy y Macy’s, así como para Barry Ritholtz de Bloomberg, que la NRF comparó con  el Grinch que robó la Navidad.

"La apuesta inteligente es asumir que [el pronóstico de la NRF] estará equivocado", dice Ritholtz, quien agrega que "no hay muchas series de datos en el mundo de las finanzas y la economía que realmente puedan hacerte reír a carcajadas, pero esta es una de ellas".

Cualquiera sea el resultado este año, los inversores tendrían que recordar que mientras que las cifras de las fiestas son un verdadero medidor de la confianza y fortaleza económica de los consumidores, el Black Friday en sí mismo es una institución que podría estar en el final de sus días.

Después de todo, no todos quieren arriesgarse a que le tiren gas pimienta mientras compran un televisor nuevo.

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.com.

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