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Por una UE sin Turquía
Vie, 05/08/2016 - 08:48

Bernd Riegert

Grecia: la continuación de la tragedia
Bernd Riegert

Bernd Riegert es periodista de Deutsche Welle.

Christian Kern, el canciller federal austriaco, solo expresa lo que desde hace tiempo tienen claro todos los políticos responsables de la UE en Bruselas: las negociaciones de ingreso de Turquía a la UE deben ser dadas por finalizadas.

Hace once años, los países miembros de la UE aún tenían la esperanza de que en una década, Recep Tayyip Erdogan (entonces aún amigo de la UE) iba a poder conducir a la Turquía musulmana a la UE como democracia moderna y económicamente fuerte.

Sin esperanzas de que haya progresos. Las esperanzas han resultado vanas. Erdogan se ha transformado de un reformador en un presidente autócrata, que entierra el Estado de derecho, limita la libertad de prensa y de opinión y, con decretos de emergencia, prepara la definitiva transformación del Estado turco en un régimen presidencialista autoritario. Su anuncio de que realizará “limpiezas sociales” no permite imaginar sino solo lo peor.

Erdogan y el Estado que creó no pueden formar parte de la Unión Europea. Erdogan tampoco quiere que Turquía ingrese. Ya antes del golpe de Estado fallido, dijo, en 2014, que “le daba lo mismo” que la UE aceptara a Turquía o no.

La Unión Europea se aferra, sin embargo, a la resolución que aprobara un día: continuar realizando negociaciones con resultado abierto. ¿Por qué, si todo el mundo sabe que no llevarán a ninguna parte? ¿No sería más honesto terminar con la farsa, como lo exige el canciller federal austriaco?

La UE, incapaz de integrar a Turquía. En caso de ampliación de la UE son necesarias, naturalmente, siempre dos partes. Honesto sería también decir que la UE no está hoy en condiciones de admitir a Turquía. El propio Erdogan se ha quejado de que los europeos no quieren a los turcos solo porque son musulmanes. Seguramente hay algo de cierto en eso. Los ciudadanos europeos escépticos no quieren seguramente a turcos que, como Erdogan, ven al islam como una ideología superior y califican despectivamente a la UE de “club cristiano”.

Un eventual ingreso de Turquía a la UE debería ser ratificado en todos los países ya miembros, en algunos casos a través de referendos. Las posibilidades de lograr un resultado positivo serían magras. Es por lo tanto más que urgente que ambas partes acuerden un nuevo objetivo para sus conversaciones. Una mayor cooperación económica y una alianza de seguridad son complejos temáticos en los que ambos tienen gran interés.

El entierro formal de las conversaciones de ingreso exige una resolución de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, probablemente difícil de lograr. Muertas estás las perspectivas de ingreso de Turquía hace tiempo. Lamentablemente, Turquía se ha alejado de la UE. El sueño de una Turquía europea estalló como una pompa de jabón.

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