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Reuniones OEA: ¿serán utopías?
Vie, 07/06/2013 - 10:17

Mario Antonio Sandoval

Elecciones en Guatemala: el mapa político entre Patriota y Líder
Mario Antonio Sandoval

Mario Antonio Sandoval Samayoa es periodista, escritor y comunicador social. Es miembro de la Real Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente a la RAE, y ha sido dos veces presidente de la Asociación de Periodistas. Ha escrito dos libros, varios ensayos y es columnista estable de Prensa Libre (Guatemala).

Como siempre, acudamos al diccionario de la Real Academia para basar la presentación o las discusiones sobre bases firmes. “Utopía: Plan, proyecto, doctrina o sistema que aparece como irrealizable en el momento de su formulación”.

Por supuesto, esa imposibilidad puede mantenerse no sólo en ese “momento de su formulación”, sino quedar para siempre. Al aplicar el concepto a la doctrina de la Organización de Estados Americanos, es posible calificar —al menos en determinadas circunstancias— como utópicas algunas de las acciones deseables, urgentes y fundamentadas, porque se trata, fundamentalmente, en una entidad política de países de diversas fuerzas y capacidad de influencia, a pesar de todos los discursos y de las buenas intenciones.

En otras palabras, tiene países con mayor músculo político y obviamente también económico, al lado de otros cuya fuerza, irónicamente, en determinados casos puede ser su propia debilidad. La historia de la OEA tiene algunos claros ejemplos de acciones realizadas, imposibles de hacer realidad ahora porque el mundo ha cambiado en mucho. Pongo dos casos: lo ocurrido en Caracas en 1954, cuando el canciller guatemalteco Toriello fue a defender al país, acusado de ascendente influencia comunista, y no logró ni un solo voto a favor, en una reunión llamada para combatir al comunismo. El otro es el de Cuba, expulsada de la entidad desde hace 60 años. Ojo: no estoy haciendo un análisis ideológico, sino solo recordando hechos históricos.

En la antigua Guatemala se habló por primera vez de manera abierta y sin tapujos acerca del tema de las drogas, y especialmente de la despenalización en algunos casos. El resultado: división en dos grupos: los poderosos no lo apoyan. Entonces la decisión es realizar una nueva reunión “en la misma ciudad y con la misma gente”, como dice la canción. Una vez terminado el cónclave, cada delegación regresará a su respectivo país para encargarse de sus propios asuntos internos. Es claro: el problema de la droga aumenta conforme los países se acercan al norte, donde se encuentra el mayor consumidor del mundo. Por aparte, y peor aún, el riesgo para las sociedades también sube, debido al pequeño tamaño de los países donde pasan los estupefacientes.

Fuera del hecho de haber sido la reunión donde por primera vez se habló de un tema sobre el cual todo mundo veía hacia otra parte, en realidad no veo nada en dos platos. Pero esta utopía puede llevar a convertirse en una realidad si ocurre una de las posibilidades señaladas en la definición del término.

En esa misma línea de pensamiento es bueno meditar sobre cuándo ocurre la transformación del usuario, considerado un enfermo de la misma manera como el alcohólico, y se vuelve un delincuente o un criminal. Queda claro: no todos los usuarios son evasores de la ley, y viceversa. Pero en el fondo es un caso igual al de una guerra en la cual comienza a hablarse de conversaciones de paz en vista de la imposibilidad de una victoria sobre el adversario.

Los adictos convertidos en rateros o prostitutas, por dar dos ejemplos, ciertamente merecen una oportunidad cuando aún hay esperanza de recuperación. Ese es un gran reto, es una idea defendible y ahora novedosa en el sentido de su discusión pública y a nivel continental. A mi criterio, también se debe hablar de cómo será la actitud, ojalá igual en todos los países, para enfrentar y castigar a quienes lucran. Esto pasa por cambiar sistemas jurídicos, llevar el tema a los congresos y enfrentar las presiones internas de los narco-diputados, narco-senadores, narco-congresistas. La reunión de la OEA en La Antigua Guatemala parece entonces constituir un parteaguas y ser recordada como el lugar donde comenzó un largo y sinuoso camino.

*Esta columna fue publicada originalmente en PrensaLibre.com.

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