La última Encuesta Nacional de Salud, publicada en 2011, arrojó alarmantes datos sobre cómo se están alimentando los chilenos. Llama la atención el alto índice de sobrepeso, el que alcanza a 67% de la población. Peor aún, 25% sufre de obesidad.

Asimismo, el 86,7% de los chilenos se declara sedentario, según la última Encuesta Nacional de Hábitos en Actividad Física y Deportes, lo que contrasta con los consejos de los especialistas que recomiendan hacer ejercicio un mínimo de cinco veces a la semana.

La obesidad y la falta de actividad física interfieren directamente con el correcto funcionamiento del cuerpo y la mente. El estar sanos nos permite tener energía para las labores diarias y una mayor calidad de vida familiar y laboral.

Cada persona decide cómo llevar su vida. Sin embargo, las empresas también pueden orientar a sus colaboradores y fomentar la vida saludable a través de programas especializados. Actualmente, se ofrecen excelentes programas para oficinas en los cuales equipos profesionales evalúan y diagnostican a los trabajadores para entregarles herramientas en las áreas de nutrición, salud laboral y familia.

Nuestra compañía tiene una gran experiencia en estos casos y los resultados posteriores a la aplicación de nuestro programa indican que con una buena educación las personas pueden adquirir hábitos de vida saludable. En nuestro caso, el 38% de los participantes disminuyó de peso, el 33% bajó el colesterol y el 26% bajó su presión sistólica, luego de seis meses de aplicación del programa.

Otra de las acciones concretas que las empresas pueden adoptar son las pausas saludables. Esta alternativa consiste en pequeñas rutinas de gimnasia de 15 minutos en los cuales los trabajadores realizan ejercicios en la oficina y pueden romper con el sedentarismo. Estas pausas ayudan a combatir el estrés y logran mejorar el bienestar general de los colaboradores, algo óptimo si se busca aumentar la productividad en el lugar de trabajo.

Las empresas pueden demostrar su responsabilidad social fomentando la salud laboral de su personal. Estas acciones concretas no sólo demuestran preocupación frente a los trabajadores, sino que también pueden lograr disminuir el ausentismo laboral, aumentar la productividad, reducir los gastos médicos, entre otros tantos beneficios para las personas y para la empresa. Además, una buena política de Recursos Humanos tiene mayor valor cuando impacta también en la familia de los colaboradores y en la sociedad.