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¿200 años de independencia? Mitos y verdades del bicentenario
Jue, 22/04/2021 - 15:30

Jorge Guillén

El retiro de estímulos monetarios en la economía peruana
Jorge Guillén

Es Ph. D. en Economía, de la Universida de West Virginia  EE.UU., MSc. en Economía Cuantitativa, de la Universidad de Alicante, España, y licenciado en Economía, de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente, se desempeña como profesor del área de Economía y Finanzas en ESAN.  Asimismo, es editor ejecutivo del Journal of Economics, Finance and Administrative Science en la misma institución.

En muy pocos meses en Perú celebraremos 200 años de independencia, pero no nos coge de la mejor manera y, al parecer, no hemos aprendido mucho sobre gobernanza en dos siglos. Nuestros vecinos como Colombia y Chile, que ya pasaron los dos siglos de independencia, mantienen una cierta estabilidad política y continuidad, sin extremismos, que pueden llevar a elevar los niveles de pobreza y desigualdad.

Muchos sociólogos e historiadores han escrito al respecto. Se mencionan los problemas del último bastión de Sudamérica para consolidar la república. Los libertadores San Martin y Bolívar nunca pudieron consolidar nuestra independencia y orden en la gobernabilidad, fueron reordenamientos y victorias en campos de batalla para remover los cimientos de la colonia. Luego de San Martin vino una primera ola de militarismos y dictaduras, posteriormente, con la Guerra con Chile apareció un segundo militarismo con los caudillos militares que participaron en la Guerra del Pacífico.  Finalmente, en los inicios del siglo XX, el tercer militarismo, con dictaduras que migraron hacia vacancias presidenciales. En resumen, un desorden en la continuidad de gobernabilidad, disputas de grupos de poder en detrimento de la pobreza y desigualdad de la población.

Esta es la primera vez en mucho tiempo que la población estaría solicitando extremismos y un cambio de modelo económico. Los 200 años de república no nos han permitido alcanzar todavía una madurez en la democracia y la consiguiente consolidación de la república. Es muy probable que el actual descontento de la población responda a la falta de gestión del gobierno en salud, política económica y logística de vacunación. Los destapes de corrupción, recesión continua e inadecuada aceleración de la inversión pública exacerba los ánimos de la población. Siguiendo el argumento inicial de mi artículo, no hemos aprendido mucho en materia de gobernanza. Hemos tenido un “boom de commodities”, con mejora en los ingresos de las familias, pero fueron cíclicos y sin sentar las bases de reforma del Estado, salud y educación. Según Rosemary Thorp, a lo largo de la historia económica del país hemos tenido ciclos de materia prima, pero nunca se utilizaron los recursos para las reformas que aseguren continuidad en la gobernabilidad.

Hemos pasado del ciclo del guano, al inicio de la república, a un ciclo de harina de pescado y metales. En todos los casos creció un cierto sector de la población y otros sectores quedaron excluidos. Guerras civiles, militarismos y pugnas contra la burguesía fueron un común denominador.

Muchas veces los proyectos estatales son eliminados por el siguiente gobierno, y no hay una continuidad en materia técnica en detrimento del bienestar de la sociedad.  EL Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan) es una institución de planeamiento estratégico divorciada de los diferentes organismos públicos. Lo que se hace con una mano, se borra con la otra, no tenemos continuidad y priman objetivos políticos más que económicos-sociales. Las consecuencias de lo explicado las tenemos a dos siglos de la supuesta formación de la república.

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