Pese a que el crecimiento económico de China se situará por debajo del 8%, continuará siendo una interesante plaza para invertir. Según cifras oficiales, entre enero y setiembre de 2012 la inversión extranjera directa en China alcanzó los US$83,4 mil millones, estimándose que para el cierre superen los US$100 mil millones.

Si bien es cierto que la cifra alcanzada en estos nueve meses registra una caída de 3,8% con relación al mismo periodo de 2011, China viene experimentando un importante cambio cualitativo en el tipo de inversión y los sectores objetivo ella. Un dato interesante es que pese a la ligera desaceleración del agregado total de la inversión extranjera en China, la inversión extranjera en el sector retail se incrementó en más de 9%.

El 47% de la inversión extranjera que llega a China se destina al sector servicios y 44% al de manufactura. Hoy en día, las grandes ciudades desarrolladas del este y la costa están priorizando la atracción de inversiones en centros de investigación y desarrollo, productos de alta tecnología, energía renovable y servicios modernos, mientras que en las ciudades de segundo nivel de desarrollo se concentran más en promover la inversión en manufactura.

Un claro ejemplo de lo que sucede en el sector manufactura y su localización en las provincias del interior es la reciente inversión realizada por Navistar International Corporation en Anhui por US$280 millones. Con esta inversión y mediante un joint venture establecido con Anhui Jianghuai Automobile Co, como socio local, Navistar producirá 150.000 motores diésel al año.

A nuestro entender, existen dos fenómenos que explican el porqué China continuará siendo una plaza interesante para invertir:

a).-China es un gran mercado de consumidores, experimenta un proceso de urbanización nunca antes visto en la historia económica y social mundial. Se estima que cada cinco años se incorporan 70 millones de personas a las ciudades, proceso que viene con una mejora sustantiva del poder adquisitivo. La población urbana china ya supera los 600 millones de personas, de las cuales 300 millones pertenecen a la clase media y alta.

b).-Demanda de obra calificada. Hay una mejora significativa en la calidad y cantidad de mano de obra calificada, factor clave para el desarrollo de inversiones en alta tecnología y servicios. Por ejemplo, en la ciudad de Chengdu existen más de 1.000 empresas de servicios de tecnologías de la información y telecomunicaciones, como Accenture, IBM, Wipro Technologies, Siemens, Motorola, Nokia, entre otros.

Analizando la otra cara de la moneda, encontramos que entre enero y septiembre de 2012 la inversión china en el exterior registró la cifra récord de US$52.500 millones, incremento de 28,9% con relación al mismo periodo de 2011.

Según el ministerio de Comercio Exterior de China, se tienen registradas 2.407 empresas establecidas en 117 países, siendo el gigante informativo Lenovo Group, la empresa de telecomunicaciones Huawei, el fabricante de electrodomésticos Haier y las petroleras CNOOC y Sinopec Group las top cinco de empresas más globales.

En esta primera etapa de inversión china en el exterior, impulsada y respaldada por la política de Estado denominada Going Global, los capitales chinos se han concentrado en energía, minería y tecnologías de la información principalmente.

Datos del Instituto de Investigación Empresarial de China indican que en la primera mitad de 2012 se registraron cerca de 120 operaciones de adquisiciones por parte de inversionistas locales, destacando la compra de la empresa canadiense Nexen Inc. por parte de CNOOC por US$15.100 millones y de la cadena de cines AMC Entertainment en Estados Unidos, en manos del grupo Dalian Wangda, por US$2.600 millones.

En base a la tendencia observada en los últimos años, estimamos que la estructura y los sectores de destino, tanto de la inversión directa extranjera en China como la inversión de capitales chinos en el exterior, experimentarán un importante cambio cualitativo.

China terminará siendo un exportador neto de capital y habrá expandido sus inversiones hacia los sectores de tecnologías de la información, energía, infraestructura, servicios y manufactura. América Latina tiene una gran oportunidad de aprovechar esta importante expansión y diversificación de los capitales chinos en el exterior.