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La tercera casa de cambio del mundo explica por qué se fue de Argentina: "El cepo al dólar nos afectó en forma terrible"
Domingo, Mayo 10, 2015 - 13:08

El presidente de Global Exchange, Isidoro Alanís, le explicó a AméricaEconomía las razones del bullado alejamiento, y aprovechó de compartir sus nuevos pasos, esta vez, hacia territorio chileno.

Madrid. "El cepo cambiario nos afectó en forma terrible. Tuvimos que cerrar e irnos de Argentina en abril", dice a AméricaEconomía Isidoro Alanís, presidente de Global Exchange, la  primera empresa de servicio de cambio en España y la tercera en el mundo, con 150 oficinas en 15 países. "Tuvimos que cerrar porque estábamos perdiendo US$100.000 todos los meses", agrega y confirma que no pueden volver, aunque "si tuviera una oportunidad iría de cabeza".

El intercambio entre Alanís y AméricaEconomía se dio en el marco de la clausura del foro "LatAm Global", organizado esta semana por Casa de América y Global Shapers en Madrid, el patrocinio de AméricaEconomía y el apoyo de World Economic Forum. El objetivo era reunir a distintos expertos que analizaran el escenario político, económico y social de la región. También durante la clausura, otro empresario de un potente grupo hizo un guiño a Mauricio Macri, actual jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien disputará las próximas elecciones a presidente en Argentina.

Global Exchange está presente en 13 países latinoamericanos, en 47 aeropuertos, 35 de ellos en América Latina, y estuvo presente en todos los aeropuertos de Argentina, con lo que aún mantiene contrato, pero no puede operar en ellos. El mes pasado, creó la primera tarjeta multi divisa, sustitutiva del billete físico y Argentina fue su trampolín para saltar desde allí a toda la región. 

"Estamos en el aeropuerto de Uruguay y en Chile vamos a intentar presentarnos en la próxima licitación", anuncia Alanís durante una mesa a la que fue invitado para relatar el leading case de Global Exchange. 

Argentina: trampolín hacia Latam. "En 1996, cuando aún existía la peseta, en Europa teníamos muchas monedas y cada persona que iba a un país europeo tenía que cambiar sus monedas", rememora Alanís, ante una importante y selecta audiencia en Casa de América. Ya "entre 1996 y 2002 logramos abrir 26 oficinas, hasta que llegó el fatídico día del 1 de enero de 2002, cuando entró en vigor el euro", recuerda el empresario. Y "a sólo diez días de la entrada del euro en vigor, desaparecieron doce monedas y con ellas todos nuestros clientes. Nuestra producción, en ese lapso, pasó del 100% al 4%". 

Dos años antes de la entrada al euro, Alanís ya se había planteado la internacionalización de su empresa. "Nos planteamos qué hacer: o cerrábamos o nos internacionalizábamos", resalta a AméricaEconomía. "Pero no podíamos irnos a Portugal o a Francia, teníamos que optar por un mercado lejano y eso nos llevó en la primera oportunidad que tuvimos a agarrarnos a un clavo ardiendo: Argentina", sentencia. 

"Entonces, ¿por qué nos internacionalizamos nosotros? Por necesidad. Abrimos en octubre de 2001, a pesar de que el riesgo países estaba en 1.000 puntos, y en diciembre de 2001 entró el corralito y el corralón", lamenta.

El Corralito: una oportunidad. "En ese momento, Argentina se puso carísimo porque tenía el peso atado al dólar, y en esa situación allí no iba ningún turista, pero luego se devaluó la moneda y tan sólo en unos años se transformó en un país económico y muy competitivo a niveles turísticos, por lo tanto, Argentina comenzó a tener unos crecimientos exponenciales en turismo en 2002 impresionantes y nosotros estábamos en todos los aeropuertos en Argentina, y gracias a ese turismo nosotros empezamos a crear la empresa que tenemos hoy en día", relata a la audiencia. Con esto que "le cuento, le quiero decir que nosotros apostamos por Argentina en su peor momento", resalta Alanís.

-¿Cómo le afectó a su negocio el cepo cambiario, el dólar Blue y las cuevas o casas de cambio ilegales?

-Pues, nos ha afectado en una forma terrible. Nosotros estuvimos hasta el año 2012 gestionando todos los aeropuertos en Argentina; el 7 de septiembre de 2012 teníamos a 150 personas trabajando, y esa tarde recibimos un comunicado del banco Central de Argentina diciendo que se prohibía nuestra actividad en los aeropuertos porque sólo era permitida la del Banco de la Nación. A partir de ahí empezó un calvario que nos llevó un año y medio, casi dos, hasta que en abril de este año, y después de 14 años, tuvimos que cerrar y salir de Argentina. 

Argentina, "nuestro primer país, el país que ha hecho posible nuestro crecimiento en Latinoamérica; el país que tiene un potencial turístico impresionante, debido a la situación sociopolítica fuimos una de las empresas perjudicadas por esa inestabilidad jurídica", afirma. "Es uno de los temas que hay que ponerlo arriba de la mesa: las empresas necesitamos que no llegue el Banco Central a las dos de la tarde y que nos comunique que a las 12 de la noche tenemos que cesar nuestra actividad".

-¿No pudo reciclar de alguna forma su negocio?

-Nosotros, después de este cierre en los aeropuertos, intentamos abrir en las calles, en Buenos Aires, en Mendoza y en Bariloche. ¿Pero qué pasa? Que con el mercado Blue, que es el mercado negro, pero le ponemos ese eufemismo de Blue porque queda mejor, pero que al final es el mercado ilegal, el que no paga impuestos, el de la economía sumergida... no pudimos.  Se nos ponían cuatro personas delante de la puerta de nuestro local, "los arbolitos", que les llaman, y claro que cuando viene un turista y le dicen oiga: no entre aquí que le van a robar, porque yo le voy a pagar el doble de lo que le pagan aquí, ¿pues cómo podemos competir? Imposible. Entonces, tuvimos que cerrar porque estábamos perdiendo US$100.000 todos los meses.

-¿Tiene pensado que su empresa regrese a la Argentina?

-Tuvimos que cerrar e irnos en abril, con una pena terrible porque sabemos que va a ser muy difícil volver, porque los sistemas del banco central no permiten fácilmente tener las licencias. Creo que la situación de Argentina es cada vez va peor y creo que Argentina tendrá que volver a recuperar el gran país que tiene y volverá otro ciclo de estabilidad política. Ya es definitivo. Me encantaría volver. Si yo tuviera una mínima oportunidad nos iríamos de cabeza. En este momento, nosotros tenemos un contrato stand by con los aeropuertos y a pesar de tener ese contrato, lo más difícil y casi imposible es que nos vuelva a otorgar la licencia el Banco Central.

Al finalizar el intercambio con Alanís, el moderador de la mesa en la que exponía Alanís, Ángel García Cordero, CEO del Grupo Anta, propietario del grupo cervecero español Mahou, deslizó "las perspectivas del país al que a todos los empresarios nos gustaría ir, Argentina… el optimismo que nos da (Mauricio) Macri;  pues nos está animando a analizar la situación", dijo, y luego agregó que "y con esto, no es que me quiera posicionar en ningún sitio".

Tanto Alanís como García Cordero integran el CEAL Ibérico, capítulo español del CEAL, una organización constituida por los más importantes empresarios privados de España, Portugal y Andorra, con intereses en América Latina y el Caribe.

@hebe_schmidt

Autores

Hebe Schmidt