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Uruguay trabaja en la infraestructura para instalación de multimillonaria planta de celulosa
Martes, Julio 19, 2016 - 11:10

Como condición para la inversión de US$4.000 millones planeada por la finlandesa UPM, la nación sudamericana debe actualizar su infraestructura vial y ferroviaria con recursos por US$1.000 millones.

Montevideo. Uruguay invertirá unos US$1.000 millones en la modernización de infraestructura vial y ferroviaria, con miras a que la compañía finlandesa UPM instale en el país su segunda planta de celulosa.

Para el gobierno del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, ese megaproyecto industrial puede implicar una inédita inversión de US$5.000 millones, lo cual representa un impulso para la alicaída economía de la nación sudamericana.

Con una tercera gran planta en funcionamiento, que en caso de concretarse se sumará a la de UPM en Fray Bentos y a la de Montes del Plata (Arauco-Stora Enso) en Conchillas, la tercera planta de celulosa puede afianzarse como uno de los principales productos de exportación junto a la soya y la carne bovina.

El proyecto. UPM oficializó la semana pasada su interés en construir una industria de celulosa de última generación, al anunciar que está dispuesta a invertir unos US$4.000 millones.

Como condición, la nación sudamericana debe actualizar su infraestructura vial y ferroviaria con recursos por US$1.000 millones.

"Para el gobierno nacional es muy importante llevar adelante este emprendimiento", dijo el presidente uruguayo horas después de reunirse con ejecutivos de la compañía finlandesa.

Se trata de "una inversión muy importante para la empresa y también para el país", destacó el mandatario al señalar que el preacuerdo "contempla el trabajo conjunto en diversos temas que tendremos que ir solucionando" en áreas como infraestructura y medio ambiente.

Vázquez resaltó que esa inversión proyectada "no tiene antecedentes y tiene un impacto muy positivo para el país, porque se van a generar unos 8.000 puestos de trabajo dignos" durante su construcción.

La industria contribuirá con entre 2 y 2,5 puntos del Producto Interno Bruto (PIB).

El PIB uruguayo cayó 0,5% interanual en el primer trimestre del año, luego de expandirse 1% en 2015.

"Hay disposición de UPM y el gobierno en trabajar desde ahora en acuerdos tripartitos para que se pueda lograr la obra", enfatizó.

La colocación de la primera piedra de la nueva planta está prevista para el segundo semestre de 2018, mientras que el comienzo de la producción puede concretarse al iniciar la próxima década.

La inversión privada es indispensable para que el país cumpla su compromiso de mejorar la infraestructura de la red vial y ferroviaria y del dragado del puerto de Montevideo, desde donde se tiene previsto que salga la producción de celulosa.

"Vamos a explorar que los inversores participen en el plan de desarrollo vial portuario y en vías férreas", explicó Vázquez, para lo cual presentará un plan nacional de infraestructura en sus próximas visitas a España y Alemania, donde espera captar el interés de inversores.

"Este es un proceso largo que requiere paciencia de todos los involucrados en el proceso", sostuvo Jaakko Sarantola, vicepresidente senior de Desarrollo de Negocios de UPM en Uruguay.

Sarantola dijo en Montevideo que Uruguay tiene "una gran oportunidad de ser parte del desarrollo de la industria de la celulosa para fines de la década del 2020".

No obstante, aclaró que el país sudamericano debe mejorar aspectos de infraestructura y logística como condición para recibir ese proyecto industrial.

Sarantola mencionó que a la industria de Fray Bentos, con una producción anual de 1,3 millones de toneladas -idéntica a Montes del Plata-, ingresan 400 camiones de madera por día y salen 4.000 toneladas de celulosa por barco, con un funcionamiento las 24 horas, los 365 días del año.

"La 'caminería' (vías de comunicación) interna y la fábrica deben utilizarse ante cualquier dificultad, y para la salida de la celulosa se requiere un ferrocarril, el tren es el método de transporte mas seguro, eficiente y confiable", aseveró.

Apoyos y críticas. Vázquez descartó que la industria genere un diferendo ambiental como el registrado con Argentina por la construcción en el limítrofe río Uruguay de UPM en 2007, el cual llegó a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.

"Nosotros no le vamos a pedir cuentas a Brasil de lo que haga en su territorio, salvo lo que esté colindando, y no le vamos a pedir cuentas a Argentina sobre lo que haga dentro de su territorio. Esto es en el Uruguay profundo y es el país soberano el que define la instalación de este emprendimiento", dijo Vázquez.

El emprendimiento se ubicará en la cuenca del río Negro, que divide al país en dos regiones casi iguales.

La CIJ desestimó la acusación argentina de contaminación, aunque observó que Montevideo no incluyó consultas con el país vecino previstas en el tratado bilateral de uso del río Uruguay.

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El proyecto de UPM no cayó bien en la ciudad argentina de Gualeguaychú, que lideró las protestas contra la entonces la panta de celulosa de Botnia (ahora UPM).

Uno de los activistas que bloqueó de 2005 a 2010 el puente internacional que une Fray Bentos, en Uruguay, con la ciudad argentina de Gualeguaychú, Martín Alazard, dijo a la radiodifusora local Montecarlo que es "doloroso volver a escuchar" a Vázquez "insistir y negociar nuevamente con Finlandia la entrega de parte del patrimonio uruguayo".

UPM trabaja en régimen de zona franca y también recibirá beneficios fiscales.

"El gobierno uruguayo está buscando un nuevo conflicto", advirtió el activista de la Asamblea Ambiental.

Pese a las denuncias de los activistas de Gualeguaychú, ningún estudio ambiental determinó valores por encima de los estándares internacionales de contaminación en el río Uruguay.

La ministra uruguaya de Industria, Carolina Cosse, dijo que "Uruguay es un país serio con vasta experiencia en los temas de medioambiente", por lo que el planteo de los activistas argentinos es "buscarle la quinta, la sexta pata al gato".

"Uruguay va a llevar adelante todos los controles y protocolos para proteger el medioambiente de Uruguay, que es proteger el medioambiente del mundo", enfatizó.

Si bien el sistema político uruguayo muestra un apoyo casi unánime a este proyecto, algunos dirigentes pidieron especial énfasis en el cuidado ambiental.

Uno de los líderes del principal sector de oposición, el Partido Nacional, senador Jorge Larrañaga, aseguó que "es muy importante" toda inversión que genere desarrollo y trabajo para Uruguay.

No obstante, pidió tener "especial cuidado desde el punto de vista medioambiental" porque "el río Negro no es el río Uruguay" y "hay que tomar los recaudos del caso", en declaraciones al diario local "El País".

Por su parte el líder del opositor Partido Colorado, senador Pedro Bordaberry, respaldó la iniciativa y señaló que el gobierno "deberá medir muy bien" el impacto en el ordenamiento territorial en la zona donde se instale.

En cambio, desde el sector Unidad Popular, de extrema izquierda y con un solo legislador en el parlamento, se considera que es "una mala noticia".

Para el diputado Eduardo Rubio la iniciativa de construir una nueva planta de celulosa consolida "el modelo de extranjerización de la tierra y proliferación de las zonas francas".

En los próximos meses se sabrá si Uruguay puede financiar las obras de infraestructura necesarias para garantizar la instalación de otra planta de UPM.

El gobierno ve este proyecto como una salvación para un quinquenio (2015-2020) que muestra muchas dificultades y un panorama regional adverso.

Autores

Xinhua