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Bancos centrales y el banco silencioso
Vie, 11/10/2013 - 10:46

Juan Foxley Rioseco

Aussies y Loonies en los bancos centrales
Juan Foxley Rioseco

Juan Foxley Rioseco es Miembro del Panel de Expertos en Administración de Reservas Internacionales del Fondo Monetario Internacional. Ha participado en numerosas misiones de asistencia técnica a los bancos centrales de Bolivia, Camboya, Cabo Verde, Republica Dominicana, Guyana, Irán, Israel (WBGS), Ruanda, Seychelles, Sierra Leona, Islas Salomón, Vanuatu, Vietnam y Yemen. Se desempeñó como gerente de la División Internacional del Banco Central de Chile, responsable por la administración de las reservas internacionales. Fue Director Ejecutivo para bancos centrales y entidades soberanas de Latino América y el Caribe con BBVA; gerente, asesor y director de empresas en Chile. Graduado en University of Pennsylvania (M.A, Econometría, Finanzas), además es Ingeniero Comercial (Distinción Unánime) y Magister en Economía Monetaria y Fiscal, ambos en la Universidad de Chile.

Se le ha denominado el banco más silencioso y más importante del mundo: CLS (Continuous Linked Settlement). Pero es en realidad un “banco de propósito limitado”, organizado como consorcio de 63 bancos internacionales, supervisado por la Reserva Federal de Nueva York y cuyo propósito exclusivo es administrar un sistema de liquidación multi-moneda para las transacciones de las principales divisas internacionales. Su objetivo esencial es minimizar el riesgo operativo (¿me habrán depositado a tiempo el producto de la moneda que vendí?).

Una posible razón del bajo perfil de CLS es que -como lo saben bien quienes trabajan en tareas de back-office- la adrenalina y, la atención central del día a día está en los riesgos de mercado, más que en los riesgos operacionales. Cuánto subió el dólar norteamericano respecto al Euro o el Aussie en términos del Loonie Canadiense suelen impactar los resultados de las instituciones -(y los bonos de los traders envueltos) de manera visible e instantánea. En cambio, menos se habla de los riesgos operacionales: por ejemplo, que una transacción de divisas se ejecute mal o falle, sea cual sea la razón y hay muchas. Cuando el banco alemán Herstatt quebró en 1974, dio lugar a efectos tan alarmantes en la cadena de pagos con divisas, que el riesgo de liquidación pasó a conocerse también con el nombre de ese mismo banco y empezó a tomarse con la consideración que se merece.

Hoy CLS protege buena parte de ese riesgo. CLS utiliza cuentas en los bancos centrales de los respectivos 17 países con monedas elegibles (EE.UU., Eurozona, Reino Unido, Japón, Suiza, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Suecia, Hong Kong, Noruega, Singapur, Corea del Sur, Sudáfrica, Dinamarca, México e Israel) para liquidar en un sólo intervalo horario las transacciones de Forex de las entidades que adscriban al sistema. El mecanismo usado es de Pago contra Pago (PvP), neteándose las obligaciones entre las partes y proveyéndose el financiamiento para las proporciones faltantes, las que alcanzan a no más del cuatro por ciento del total. Los bancos participantes no sólo ganan entonces en seguridad de los pagos sino también en un manejo más eficiente de la liquidez. En último término, también el comercio internacional se hace más fluido por el menos costo de transacción de las divisas involucradas.

Hasta hoy, 2,3 trillones de dólares (millón de millones) se liquidan diariamente a través de CLS. Es un monto espectacular, pero equivalente solo al 43% de las transacciones totales de manera que hay aquí una tarea pendiente.

La importancia de ampliar los mecanismos de protección para el riesgo Herstatt ha sido destacada por varias autoridades financieras. No es para menos si se observa que el mercado global de Forex es el más grande del mundo: once veces el volumen transado por dealers primarios en papeles del Tesoro de EE.UU. y aproximadamente 160 veces la transacción diaria de acciones listadas en la NYSE.

Por ejemplo, el Comité de Supervisión bancaria de Basilea, reunido al alero del BIS, ha contribuido desde hace varios años a las iniciativas tendientes a lidiar con lo que califica como un riesgo sistémico importante, en particular, apoyando desde 2002 la creación CLS. Su más reciente llamado de atención es reiterativo:

“Los riesgos asociados a la liquidación de divisas han sido mitigados con la aplicación de arreglos de PvP, los cierres usando saldos netos y la colateralización. Sin embargo, una parte sustancial de los riesgos de liquidación permanecen sin cubrir, dado el enorme crecimiento del mercado der Forex…es crucial que los bancos y los reguladores continúen sus esfuerzos para reducir los riesgos de liquidación. En particular, estos deben concentrarse en aumentar el número de monedas, productos y contrapartes elegibles para liquidaciones bajo arreglos PvP”

Hay dos formas inmediatas en que los bancos centrales pueden contribuir a desarrollar la recomendación citada:

En primer lugar, muchos bancos centrales no usan aún CLS como sistema de liquidación. Notable excepción es Nueva Zelanda, miembro pleno de CLS. También Colombia, Dinamarca, Hungría, Israel, Singapur y Sudáfrica.

Llama la atención que el Banco de México no sea aún usuario de CLS. El Peso Mexicano es elegible para PVP desde 2008 y su liquidez figura en la octava mejor posición en el mundo.

En segundo lugar, los bancos centrales de monedas de reconocida liquidez, deberían ser proactivos en preparar la legislación de sus países de manera de hacerse elegibles para ampliar el grupo de las 17. Dichos preparativos-(México ya los hizo)- hacen posible que en el evento de que se presente alguna contingencia en el Sistema de Pagos Electrónicos que impida a los bancos locales enviar órdenes de pago a favor de CLS o recibir pagos de este, dichas entidades locales autoricen al banco central para cargar o abonar la referida respectiva cuenta.

Mirando el ránking de liquidez de monedas, la tarea legislativa pendiente de postular su propia moneda para ser elegible en CLS se hace más evidente para los bancos centrales de China, Rusia, Turquía y Brasil. Pero por cierto, nada impide que desde ya, estos y otros países, tengan a sus bancos centrales como usuarios de CLS para mitigar el riesgo operativo al que exponen día a día sus reservas internacionales.