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Brasil, un motor de empleo a lo grande
Vie, 08/11/2013 - 09:50

Carmen Pagés

Países exitosos: la formación no acaba al salir de la escuela
Carmen Pagés

Carmen Pagés-Serra es la Jefa de la Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En forma previa a esta labor, Carmen se desempeñó como economista principal en el Departamento de Investigación del BID, donde lideró importantes publicaciones tales como La Era de la Productividad: Cómo transformar las economías desde sus cimientos, las últimas ediciones de la publicación insignia anual del Banco, el Desarrollo en las Americas (DIA). Carmen es también autora del libro Ley y Empleo: Lecciones de América Latina y el Caribe, escrito conjuntamente con el Premio Nobel Prof. James Heckman, así como de dos libros adicionales (Se Buscan Buenos Empleos: Los mercados laborales en América Latina y La Creación de Empleos en América Latina y el Caribe: Tendencias recientes y los retos políticos). Carmen ha publicado extensamente en revistas académicas y de política líderes en las áreas de mercados laborales, seguridad social y productividad. Antes de formar parte del BID, Carmen se desempeñó desde el 2004 hasta el 2006 como economista senior en temas laborales en el Banco Mundial. Carmen cuenta con una Maestría en Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona y un Doctorado en Economía de la Universidad de Boston.

El desempeño del mercado laboral de Brasil en la última década ha sido extraordinario. Mientras el mundo desarrollado lucha contra el azote del desempleo y ve como una generación de jóvenes no encuentra salida a sus aspiraciones laborales, la economía brasileña ha generado 16 millones de empleos en el periodo 2001 y 2011, de los cuales 12 millones son en empleos asalariados.

Gracias a ello, la tasa de desempleo se encuentra en un mínimo histórico, por debajo del 7% y el porcentaje de asalariados formales ha crecido de 35% a 49%.

Y no solo los números son fuera de la norma, también lo es, el hecho que este crecimiento ha sido extraordinariamente inclusivo.

Así, en el periodo mencionado los ingresos de las personas más pobres crecieron a un vertiginoso ritmo de casi 7% anuales. Los ingresos de los más ricos también crecieron, pero sólo en 1% al año.

Debido a esto, la diferencia entre los ricos y los pobres en Brasil, que históricamente ha sido y se ha mantenido tozudamente alta, se está empezando a cerrar y, por primera vez desde hace muchos años, la desigualdad está cayendo en Brasil. Todo ello ha llevado al florecimiento de una emergente clase media que paso del 38% al 52% de la población.

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Sin embargo, esta bonanza puede terminar pronto si no se toman las medidas para hacerla sostenible. Un hecho que llama la atención y que genera preocupación es que la productividad laboral ha crecido mucho menos que los salarios. Si bien esta divergencia se puede mantener durante un tiempo, en el largo plazo, si no se acelera el crecimiento de la productividad laboral, será difícil mantener este ritmo de crecimiento salarial.

Ahora es el momento, antes de que el impulso generado por el boom de materias primas llegue a su fin, de accionar las palancas para mejorar la productividad y continuar este prodigioso desempeño laboral.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Factor Trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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