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¿Es viable el voto electrónico en Chile?
Sáb, 16/11/2013 - 21:14

José Orlandini

¿Es viable el voto electrónico en Chile?
José Orlandini

José Orlandini es Ingeniero Civil de la Universidad de Chile y actualmente se desempeña como Gerente de la División Servicios de Sonda. Cuenta con más de 20 años de experiencia en Tecnologías de la Información en Latinoamérica, desarrollando su carrera en Gestión de Servicios en las áreas de Integración, Outsourcing y Proyectos de Automatización en la industria del Trasporte, Minería y Manufactura.

A pocos días de que se realicen las elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales (domingo 17 de noviembre), vale la pena hacerse la pregunta sobre si Chile debería implementar elecciones vía voto electrónico. 

Para resolver esta interrogante, lo primero que debemos preguntarnos es si nuestro país necesita o no un nuevo sistema de votación. Esta importante decisión la deben tomar las autoridades del Poder Ejecutivo y Legislativo, haciendo eco de las opiniones y necesidades que pudiera plantear la ciudadanía y las instituciones encargadas de liderar los procesos eleccionarios. 

En caso de que Chile se inclinara por adoptar el voto electrónico, el segundo paso sería determinar qué modelo de voto electrónico elegir. A nivel mundial existen múltiples modalidades, de las cuales hay tres que son las más utilizadas y exitosas. 

La primera, consiste en el reemplazo de la papeleta por un equipo fuera de línea (ejemplo de Brasil). En este caso, la persona debe concurrir a su local de votación, tal como lo hace hoy en Chile, debe identificarse al llegar y luego vota presionando la tecla adecuada en el equipo. Al final del día de votaciones, los equipos son recolectados, y llevados a un lugar central, donde son “descargados” todos los datos que almacenan las alternativas elegidas por los ciudadanos. Datos que luego son traspasados a un repositorio central que procesa los resultados. 

La segunda opción, consiste en el reemplazo de la papeleta por un equipo en línea (caso de Venezuela). En este modelo, la persona también debe concurrir a su local de votación, luego identificarse –esto puede ser en forma manual o biométricamente–, para luego votar presionando la tecla adecuada en el equipo. En este caso, el equipo está conectado en línea con el centro de procesamiento central, por lo que los datos que contienen el voto son recibidos y procesados en forma inmediata. Así, en el instante mismo en que la última persona vota, se conoce el resultado de la elección de manera inmediata.

Finalmente, podemos mencionar el modelo de seguridad electrónica que permite completa independencia del equipo (como ocurre por ejemplo en varios países de Europa). En este caso, no es necesario que la persona concurra a ningún lugar físico. Puede votar desde el computador, en su casa, o en cualquier lugar del mundo, siguiendo un protocolo seguro. Usualmente, se da un plazo de varios días y hasta semanas para efectuar la votación. Asimismo, también se dispone de locales de votación en el país, consulados, entre otras reparticiones, para apoyar a las personas de mayor edad o que perdieron sus claves de seguridad, por mencionar algunos casos.

En el caso de que Chile aplicara esta última modalidad, los miles de chilenos residentes en el extranjero podrían ser incorporados fácilmente al sistema de votación y probablemente muchas personas que hoy en día no votan (recordemos que el voto es voluntario) participarían de los procesos eleccionarios, pues podrían hacerlo desde la comodidad de su hogar, lo que aumentaría la participación de la ciudadanía en las elecciones, con todos los beneficios que ello supone para el fortalecimiento de la democracia. 

Un ejercicio muy interesante que va en esta línea es la está la iniciativa impulsada por la web votociudadano.cl, donde los chilenos residentes en el exterior podrán efectuar un voto electrónico “simbólico” durante este proceso electoral. El voto, si bien no será contabilizado como legal, es una simulación bastante cercana a la realidad a pesar de no tener garantizada la seguridad de la confidencialidad. Sin embargo, según se ha publicitado, permitirá que voten aquellos chilenos que están inscritos en los registros electorales y que en el momento de las elecciones están en el exterior.

En Sonda consideramos que Chile tiene la plataforma de Tecnologías de la Información (TI), las comunicaciones y el personal técnico especializado suficiente para implementar cualquiera de estas tres metodologías de votación electrónica, tal como lo han experimentado nuestros vecinos en Venezuela y Brasil, y próximamente, Perú. En este último caso, la Oficina Nacional de Procesos Electorales se encuentra desarrollando un sistema de voto en línea remoto que se implementará para las elecciones regionales y municipales de octubre del 2014. 

En una primera etapa, el uso de voto electrónico se efectuará en diez distritos de Lima y en el 2016 se implementará en toda la capital.

Al igual que en Perú, en el caso de que nuestro país adopte este sistema, sería conveniente implementarlo en forma gradual; permitiendo que coexistan el método tradicional y el electrónico por algunos años, tal como lo han hecho nuestros vecinos. 

No cabe duda de que el voto electrónico será, tarde o temprano, una realidad. Por eso es importante empezar a evaluar cuál es el sistema que más se acomodaa nuestra cultura cívica y, al mismo tiempo, hace más eficiente, participativo y transparente el proceso. Esto es un enorme desafío que debemos abordar de manera coordinada las distintas fuerzas políticas, con la sociedad civil y el apoyo del mundo privado.

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