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EE.UU.: la Fed debería subir las tasas de interés de inmediato
Jue, 19/12/2013 - 15:53

Mark Calabria

EE.UU.: cómo debería reformarse el mercado hipotecario
Mark Calabria

Ph.D. de la George Mason University. Se desempenó como Subsecretario para Asuntos Regulatorios en el Departameto de Vivienda y Desarrollo Urbano de EE.UU., y también como analista en el Joint Center for Housing Studies de Harvard University, la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas y la Asociación Nacional de Corredores de Bienes Raíces. Calabria también ha sido un investigador asociado del Centro para Estudios Económicos del Buró de Censos de EE.UU, y actualmente es Director de Estudios de Regulaciones Financieras del Cato Institute.

Para ayudar a la economía, la Reserva Federal debería empezar a elevar las tasas inmediatamente y acercar su tasa preferida para determinar la política, la tasa de los fondos federales, a una posición más neutral. Las tasas actuales de la Fed no han resultado en crecimiento económico o empleo y deberían ser abandonadas a favor de políticas que si lo lograrían.

La teoría detrás de la actual política de interés de la Fed es que las tasas de interés más bajas aumentan la demanda de préstamos, lo que a su vez debería fomentar tanto el gasto y las inversiones inducidos por el crédito. Esto, no obstante, solo examina un lado del mercado: la demanda. Para que el crédito se expanda, los prestamistas deben estar dispuestos a prestar a esas tasas también, pero las tasas actuales a duras penas cubren el riesgo inflacionario de un prestatario sin también cubrir el riesgo de que el préstamo no sea cancelado.

Fue la burbuja inmobiliaria y su colapso lo que contribuyó principalmente a la recesión y a la crisis financiera. Mientras que los precios de las viviendas han empezado a recuperarse, el crédito para los prestatarios no óptimos todavía es limitado, dejando a alrededor de un quinto del mercado en el margen.

Una mirada a las tasas hipotecarias ofrece una explicación. Hoy, las tasas fijas a 30 años plazo están solamente por encima de 4,2%. Con las expectativas de inflación rondando el 3%, eso deja al prestamista con tan solo 1% para cubrir las pérdidas por créditos y cualquier ganancia. Con tan solo 2% de las hipotecas óptimas todavía en ejecución, y asumiendo una tasa de recuperación del 50 por ciento, se vuelve evidente que cualquier cosa, con la excepción del crédito para sujetos con calificaciones excelentes, se espera que sea una pérdida de dinero para los bancos.

Entonces, ¿por qué los bancos simplemente no cobran más? Porque las llamadas leyes de protección al consumidor empujarían a esas hipotecas hacia la categoría de “alto costo”, lo que implica un riesgo legal considerable. Dejar que las tasas suban aumentaría considerablemente la oferta de crédito hipotecario, ayudando a promover la venta de viviendas y eventualmente la construcción de ellas.

Las tasas de interés bajas muchas veces son defendidas como algo que “pone dinero en el bolsillo del consumidor”, pero eso no podría estar más apartado de la verdad. Simplemente transfiere dinero de un grupo de consumidores a otro. El declive anual de aproximadamente US$400.000 millones en pagos de intereses al consumidor desde 2008 ha sido precisamente compensado por el ingreso anual por intereses de los hogares de aproximadamente US$400.000 millones. Las tasas más bajas simplemente benefician a un grupo de hogares a costa de otro. El impacto neto sobre el gasto probablemente será de aproximadamente cero.

También hay poca evidencia de que las actuales políticas de interés de la Fed han mejorado el mercado laboral. Los partidarios de las actuales políticas de la Fed muchas veces dicen que una falta de “demanda” está perjudicando al mercado laboral. Aún así, el gasto de consumo ha estado aumentando constantemente desde 2009 y el crecimiento en el mercado laboral no ha seguido el paso de esa creciente demanda. Esto sugiere que el problema no es la falta de demanda, sino más bien problemas específicos del mercado laboral, que están más allá del control de la Reserva Federal.

Nuestra economía se enfrenta a varios problemas hoy. Las tasas de interés demasiado altas no es uno de ellos. Si de alguna forma constituyen un problema, es porque las políticas de la Fed de canalizar crédito desde el sector privado hacia el gobierno federal (y sus agencias de hipotecas) le ha negado un crédito muy necesitado a los elementos más productivos de nuestra economía. Al final del día, las tasas de interés deberían ser determinadas por la interacción entre ahorradores e inversores, no por los caprichos arbitrarios de funcionarios del gobierno en Washington.

*Esta columna fue publicada originalmente en el centro de estudios públicos ElCato.org.

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