Una mar de gente llegó desde muy temprano al sitio de la misa en Ecatepec, un inmenso municipio de humildes casas de cemento gris con el aire contaminado y que sufre por la miseria y un auge del crimen en el Estado de México.
Ecatepec. El Papa Francisco visitará el domingo uno de los rincones más peligrosos de México para celebrar una multitudinaria misa y dar un mensaje de aliento a cientos de miles que son víctimas de la violencia del crimen organizado, la delincuencia y la extendida pobreza.
Una mar de gente llegó desde muy temprano al sitio de la misa en Ecatepec, un inmenso municipio de humildes casas de cemento gris con el aire contaminado y que sufre por la miseria y un auge del crimen en el Estado de México, vecino de la capital y el más densamente poblado del país.
Cerca de 1.7 millones de personas iban a estar en los alrededores del lugar de la eucaristía y en el recorrido del Papa, calculaban autoridades, y unas 300,000 más iban a poder participar de la misa.
La falta de empleos formales en Ecatepec ha hecho florecer el comercio informal y la piratería en los barrios marginales que copan el municipio, donde las viviendas han invadido los cerros cercanos en un caos urbanístico en el que fallan servicios básicos como el de agua.
"Estamos pasando por un momento de mucha violencia (...), ahorita hay muchos asaltos, ha habido muchos muertos", dijo María Dolores Ángeles Martínez, un ama de casa de 26 años que encabezaba un grupo enfundado en camisetas que daban la bienvenida al Papa.
"A mí me gustaría mucho que nos bendijera, que nos diera fuerza para seguir y soportar todo, (...) que la gente tenga valor para seguir luchando contra eso", agregó.
De acuerdo con estadísticas oficiales, en el Estado de México murieron asesinadas casi 14,000 personas entre el 2010 y el 2014, a medida que grupos criminales del vecino estado de Michoacán se escindieron y buscaron nuevos territorios. Actualmente es uno de los estados con más homicidios del país.
El Papa advirtió el sábado a la dirigencia política que los privilegios de unos pocos llevan a las sociedades a la corrupción, el narcotráfico y la violencia, males que castigan a México, donde casi la mitad de sus 120 millones de habitantes viven en la pobreza y donde más de 120,000 personas han muerto y otras 26,000 han desaparecido en la última década por el crimen.
Miles desafiaron el frío de la noche de Ecatepec para conseguir un lugar cerca de la explanada donde el sumo pontífice oficiará eucaristía en su segundo día de visita a México.
"Con tanta publicidad tan mala que tiene México por la corrupción y la delincuencia el Papa viene a conciliar, a buscar la misericordia que a los políticos mexicanos les falta", dijo Adrián Mora, un entrenador deportivo de 42 años que había llegado a la madrugada con su madre.
En su primer viaje al país con 93 millones de católicos, Francisco había adelantado antes de llegar que exhortaría a los mexicanos a luchar sin descanso contra la corrupción, la trata de personas y el narcotráfico.
El país aún espera saber qué ocurrió con 43 jóvenes secuestrados en el 2014 por policías corruptos coludidos con narcotraficantes, en un hecho que sacudió al Gobierno. Los padres de las víctimas aún esperan poder reunirse en persona con el Papa, aunque su portavoz dijo que eso no estaba en la agenda.
En el Estado de México, el año pasado fue decretada una alerta de violencia de género ante la alarmante violencia contra las mujeres. Según cifras oficiales hubo cerca de 1,800 homicidios de mujeres en los últimos cinco años.
En Ecatepec existe un creciente número de seguidores del controversial culto sincrético de la Santa Muerte, cuya imagen es un esqueleto y es rechazada por varias iglesias. Sus críticos dicen que delincuentes, narcos, secuestradores y extorsionadores se encomiendan a ella para sus fechorías.
Después de la misa, el Papa argentino de 79 años almorzará con el séquito papal en un seminario y en la tarde, a su regreso a Ciudad de México, visitará un hospital de niños.
