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De cal y de arenas
Mar, 29/04/2014 - 10:12

Germán Mujica

Chile, país sin burbuja
Germán Mujica

Germán Mujica es ex subdirector de AméricaEconomía, y economista de la Universidad de Chile, con un postgrado en Boston University.

La economía chilena está instalada en un punto poco frecuente dentro de su historia reciente: todas las variables relevantes se ven inestables o en un estado de flotación aparentemente transitorio, y cada una de ellas podría seguir una trayectoria altamente impredecible. Una situación así ya es un problema. Pero en medio de una fuerte desaceleración -de la inversión, sin dudas; del consumo, ya pronosticado y en desarrollo, y del empleo, presumiblemente- el problema se transforma en un acertijo amenazante. 

Es el escenario de inauguración que enfrenta el ministro de Hacienda Alberto Arenas. Flamante y advertido, sin embargo, no es mago. Aunque ha señalado que el nuevo gobierno no se ha olvidado del crecimiento económico y que las reformas en carpeta podrían incluso ayudar a la expansión, su trabajo técnico y comunicacional no se ve fácil. Casi el trabajo de un constructor experto.

En primer lugar, está el nivel de actividad: la economía viene creciendo en el entorno del 2,5%-3%, y muchos piensan que ése será su nivel al menos el 2014, pero el cambio de tendencia desde el segundo trimestre del 2013 ha sido sorprendentemente vertiginoso y el pronóstico pasa a ser reservado. Respecto del dólar, 50% de los analistas sostiene que existe espacio para nuevas alzas, mientras la otra mitad estima un comportamiento estable y sin saltos mayores para la divisa. El mercado laboral es otro caso delicado. El empleo salió fortalecido en el gobierno anterior, pero no se sabe con certeza si permanecerá inmune ante un frenazo económico ya certificado. 

En segundo lugar, está el caso de los ingresos del fisco: la reforma tributaria anunciada por el gobierno de Bachelet podría significar unos US$8.200 millones adicionales por año, pero la caída de la actividad económica y el menor precio del cobre tendrán un impacto importante en las arcas fiscales, considerando el aporte tanto de la minería estatal como de la privada. ¿Resultado neto del ingreso fiscal? Cualquiera, dentro de un rango amplio, y suponiendo además que la reforma tributaria se despacha con fluidez y en poco tiempo. Y aunque es cierto que la regla de balance estructural del fisco -que permite mayores déficits corrientes en períodos de vacas flacas- opera como una salvaguarda apropiada, igualmente unas finanzas públicas debilitadas representan una noticia algo desagradable para los inversionistas y los mercados de capitales internacionales.

Quizás la inflación es la variable más firme, con estimaciones de consenso dentro del rango meta del Banco Central. Pero, cuidado, ya hubo años en el país en que la economía parecía dirigirse hacia la deflación o, por el contrario, a amenazar el techo de la meta inflacionaria, sin que los analistas lo hubieran advertido.

La economía mundial es otra incógnita. ¿Cuál es la ruta de crecimiento más probable para China? ¿Cuán sólida es la recuperación de Estados Unidos, si es que efectivamente hay una recuperación en marcha? ¿Y Europa, cuándo habrá una Europa realmente vigorosa? Hay muchos pronósticos, pero sobre todo, muchos supuestos sobre estas interrogantes, supuestos que se han demostrado desechables uno tras otro.

El ministro Arenas, equipado con su experiencia, sus asesores y el programa de gobierno, y aún sabiendo que la coalición gobernante disfruta de un sólido apoyo político, debe estar monitoreando el panorama con comprensible preocupación. Porque, después de todo, en Chile el hombre que debe observar dentro de las incertidumbres de la economía ha sido, es y será el ministro a cargo de las finanzas públicas, incluso más que el presidente o la presidenta. El ministro tiene un trabajo particularmente pesado y no cuenta ni de cerca con herramientas discrecionales que le permitirían ayudar a dibujar un escenario económico más amable, más estable, o ambas a la vez. 

Tal vez el ministro, por cada dato nuevo de la economía, deba poner el doble de voluntad de liderazgo y capacidad de convencimiento. Como un buen constructor, “una de cal y dos de Arenas”.

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