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Eco-etiquetado: desarrollo sostenible + innovación empresarial
Jue, 31/05/2012 - 11:31

Yomayra J. Martino S.

Eco-etiquetado: desarrollo sostenible + innovación empresarial
Yomayra J. Martino S.

Yomayra Martino es abogada egresada de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) de República Dominicana, consultora independiente, especialista en Derecho Ambiental, Energético y en temas empresariales. Magíster en Derecho de la Regulación Económica y en Derecho Ambiental Internacional. Dentro de su experiencia laboral se encuentra la coordinación de proyectos relacionados a formalización de micro y pequeñas empresas en República Dominicana a través de la Fundación Dominicana Compite y el Consejo Nacional de Competitividad. Fue asesora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y del Centro de Orientación Integral (COIN). Adicionalmente se desempeña como docente de UNIBE y del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), y estuvo como profesora visitante en el Centro Payson de Desarrollo Internacional de la Universidad de Tulane, Estados Unidos.

Al escuchar "desarrollo sostenible" en los medios de comunicación, conferencias o a nuestros hijos en sus tareas del colegio, nos preguntamos si esto será una moda más, un aliciente del capitalismo a su consumo desmedido de recursos naturales, o si será que realmente podremos balancear la producción de bienes y servicios con la preservación del medio ambiente. Como en "selección múltiple", todo lo anterior es correcto. Ciertamente es un tema en el tapete, pero que responde a una necesidad de cambiar nuestros patrones de consumo, heredados del capitalismo en que vivimos, así como también un cambio radical de los mecanismos de producción y del consumo de las generaciones del presente.

El desarrollo sostenible se adopta y relanza formalmente en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio ambiente y el Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992. La Cumbre de Río se reconoce como el hito reciente en materia de desarrollo desde una perspectiva de sostenibilidad y el referente por excelencia en cuanto al combate contra cambio climático.

De esta cumbre resultaron varios instrumentos con recomendaciones específicas sobre este tema, entre los que se destacan la Agenda o Programa 21, la Convención Marco sobre Cambio Climático, y la Declaración de Río. De esta última se derivan principios relacionados al suministro de información sobre el medio ambiente, y la reducción y/o eliminación de "modalidades de producción y consumo insostenibles".

El "eco etiquetado" es una de las tendencias nacidas de la visión de ¨desarrollo sostenible¨ de los mercados actuales, proveyendo información instantánea al consumidor sobre el proceso y reciclado de los productos que consume y su empatía o influencia en la preservación ambiental.

Producción, consumo y preservación ambiental. Sin lugar a dudas para las corporaciones pensar en la preservación ambiental puede resultar cuesta arriba o un simple formalismo del cumplimiento de sus licencias ambientales. Sin embargo, va creciendo el número de empresas que asumen dentro de sus patrones de producciones estándares ambientales, sobre todo tomando en consideración la naturaleza y origen de la materia prima utilizada, los procesos industriales y los mecanismos de disposición final de desechos.

En este sentido, producir deja de verse en contraposición a "preservar", y comienza a visualizarse como un valor agregado en la producción y oferta de bienes y servicios. Un aliado a la empresa, no un detractor de sus beneficios o márgenes comerciales.

Para nosotros los consumidores, que generalmente adquirimos los productos que necesitamos bajo el ¨rush¨ o apuro de la rutina cotidiana, resulta cuesta arriba leer etiquetas y determinar si esa empresa utilizó mecanismos o materia prima amigables con el medio ambiente. Distinguir entre productos ¨verdes¨ o ambientalmente responsables de aquellos que no lo son es vital para enviar a los mercados la señal de que nosotros somos parte de la preservación ambiental y que exigimos de nuestros proveedores un comportamiento distinto en pro de que las generaciones futuras disfruten de un medio ambiente sano.

El "eco etiquetado", como se conoce internacionalmente, permite que las empresas diferencien sus productos de la generalidad indicando que han sido procesados a través de mecanismos de producción amigables con el medio ambiente. Con el eco etiquetado los consumidores a simple vista pueden establecer sus preferencias y escoger un producto que no perjudica al medio ambiente.

En la actualidad existe una tendencia creciente hacia certificaciones internacionales, por reconocérseles cierta ventaja comparativa frente a otros productos, sobre todo en sociedades donde el ciudadano posee un grado de concienciación mayor sobre los impactos de sus consumos cotidianos en el medio ambiente.

En la Unión Europea el "eco etiquetado" se ha convertido en una condición de acceso al mercado, sobre todo en lo que se refiere a determinar si un producto, por ejemplo pescados, ha sido capturado de manera ilegal o no. Es un sistema de garantías de la UE para la exportación de productos agrícolas y pesqueros.

Las principales eco etiquetas oficiales o eco etiquetado tipo I  se regula a través de la Norma ISO 14024, sobre principios, prácticas y procedimientos de etiquetado ambiental, estas son otorgadas por una tercera parte conocidas como entidades certificadoras. A nivel internacional, se resumen dentro de las más importantes las siguientes:

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Las "auto-declaraciones" se consideran el eco etiquetado de tipo II, son indicaciones de la propia empresa productora o envasadora sobre el ciclo de vida o algún elemento dentro de sus productos. Se regula a través de la Norma ISO 14021. El tipo III lo conforman las "declaraciones ambientales", regulado por la ISO 14025,  proveen información cuantitativa detallada basada en indicadores.

Empresas innovadoras han tomado en consideración las recomendaciones, directrices y normas relacionadas con el eco etiquetado, adoptando mecanismos más limpios y amigables con el medio ambiente, escogiendo materia prima reciclable y obtenida por medios no perjudiciales al ambiente.

Para la OMC el eco etiquetado puede resultar "complejo y preocupante" en lo relativo a la capacidad de exportación de países en desarrollo y de pequeñas  y medianas empresas.  Reconocen que cuando se realizan a través del mecanismo voluntario de certificación no produce mayores efectos, pero cuando son un requisito de los mercados de exportación podrían convertirse en un obstáculo al comercio.

Fuera de las discusiones proteccionistas de un aspecto u otro, comercio o ambiente, la realidad es que los consumidores conscientes y responsables están exigiendo que los productos y servicios que adquieren sean provistos en condiciones amigables con el medio ambiente.

Que tanto su consumo como disposición final no resulte en una amenaza potencial a la sostenibilidad de los recursos naturales. Esto obliga a que las empresas replanteen su producción, comercialización y distribución final de sus productos. Apostando a un cambio de visión empresarial tradicional enfocada únicamente en márgenes comerciales y procesos,  a una postura más completa e integral desde la selección de su materia prima hasta la disposición final de los desechos resultantes del proceso industrial.

Cemex es una de las empresas que a nivel internacional están adoptando estos modelos de desarrollo sustentable e innovación en sus productos. En Filipinas esta empresa desarrollo un nuevo producto denominado "Rizal Green", un cemento multipropósito que reduce hasta un 32% de las emisiones de carbono como sustituto del cemento utilizado tradicionalmente, avalado por el Centro para la Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible de Filipinas (PCEPSDI).

En el caso de pequeñas, medianas empresas y asociaciones, las eco etiquetas para productos pesqueros son el mejor ejemplo. Los pescadores de Galicia, España, a través de la etiqueta MSC (Marine Stedwardship Council) están apostando al eco etiquetado. El Grupo Regal, una compañía familiar de esta localidad, ha optado por esta certificación para la pesca de merluza. Con esta etiqueta se acredita que estos pescadores utilizan mecanismos y embarcaciones que se ajustan a criterios de sostenibilidad.

Sin lugar a dudas el "eco etiquetado" debe verse como una herramienta para el incremento de la  competitividad y de sostenibilidad a largo plazo, e iniciar a lo interno de nuestras empresas procesos de renovación voluntarios para adaptar los procesos y tener un mayor acceso a mercados internacionales.

Queda de los gobiernos, empresariados y comunidad internacional desarrollar de manera más específica las normativas al respecto, de manera que no se convierta esta herramienta en una posible retranca a relaciones comerciales.

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