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INE, un juguete para destrozar en México
Dom, 16/03/2014 - 11:45

Jorge Luis Fuentes Carranza

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Jorge Luis Fuentes Carranza

Jorge Luis Fuentes Carranza es licenciado en Derecho por la UNAM y es especialista en temas constitucionales por la misma universidad. Actualmente es presidente de la Coppal-Juvenil y es asesor del Secretario de Gobierno del Distrito Federal México. De 2011 a 2012 fue asesor en Derechos Humanos de la Secretaría General de Gobierno del Estado de Puebla. A principios de 2010 fue candidato a diputado local por la Coalición “Compromiso por Puebla”, integrada por los partidos: Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano), PAN, PANAL y PRD, siendo postulado por éste último. Tw: @luentes

Los mexicanos tenemos un nuevo estreno electoral para este año, se trata del Instituto Nacional Electoral (INE), el instituto que hará que veamos muchas “F” extraviadas en los basureros del actual Instituto Federal Electoral (IFE); o que desfilen muchos “enviados” de gobernadores en las oficinas de los nuevos consejeros electorales cabildeando los nombramientos de los más “apropiados” consejeros de los institutos en las entidades federativas.

Un país dueño de una Constitución Política tan parchada como la nuestra, con dificultad puede esperar algo diferente en su régimen de democracia electoral. El dominio de nuestro sistema de administración de votos elección tras elección es sumamente importarte, por representar el principal instrumento de control del esquema de poder en México, es decir, por ser el laboratorio que hace o impide cuajar a los detentadores de los espacios de poder en gobiernos y parlamentos.

Desde la famosa LFOPPE (Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales) nuestro sistema de partidos y elecciones ha venido tratando de acomodarse; pasó por la reforma que vio nacer al actual IFE y su credencial para votar con fotografía en 1991; fue a la creación del primer consejo ciudadano encabezado por José Woldenberg; y comenzó el declive de un breve despegue con el Consejero General que hábilmente manipuló desde la Cámara de Diputados Elba Esther Gordillo; para finalmente llegar luego del fraude de 2006, en 2007 y 2008, a un terremoto que trasladó a los comunicadores más “destacados” de los medios masivos de comunicación al Senado para reclamar en nombre de las chequeras de sus jefes, los dueños de las televisoras, el perder el derecho de vender publicidad en campañas políticas.

En 2012 se creyó que sin la compra de spots en horarios “Triple A” por parte de los Partidos Políticos y agentes externos como el Consejo Coordinador Empresarial, podríamos tener una elección limpia. Nada más ingenuo que eso. Apenas comenzó la campaña y vimos cada espectacular posible instalado con la imagen más “fresca y triunfadora” de quien ahora es un gobernante hecho a golpe de billetes metidos en tarjetas Soriana y una imagen televisiva sin contenido.

Ahora esperamos la conformación del nuevo INE, que para junio próximo debe de estar echado a andar, tendrá las mismas facultades que el IFE y unas pocas más que le permiten tener injerencia en los feudos de los gobernadores. Hay once espacios para 307 aspirantes que desde diferentes trincheras tienen intensiones de ingresar al Consejo General.

Todo pareciera genial. Los 307 aspirantes que registró la Cámara de Diputados tienen perfiles académicos, políticos, jurídicos y hasta diplomáticos. Dentro de la larga lista podemos encontrar nombres destacados y respetados, como el de Jorge Eduardo Navarrete, quien estará buscando pasar el primer filtro, y quedar en la siguiente lista, la de los 55.

Una lista conformada por cinco candidatos por cada uno de los once lugares que un Comité Técnico de Evaluación hará llegar a la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), para que ésta, proponga al pleno a los once magníficos que tendrán a su cargo las elecciones federales de 2015 y 2018.

De última hora y en contradicción con declaraciones como las hechas al asumir la presidencia interina del IFE, María Marvan Laborde fue acompañada por los otros tres integrantes de un olvidado Consejo General para tratar de repetir en el naciente.

Así, ahora Lorenzo Córdova compite contra viejos amigos como Ciro Murayama, quien por segunda vez se inscribe. También hay académicos que conjugan las aulas con el litigio electoral como Jean Paul Huber Olea y Conto.

Y están quienes auténticamente se han caracterizado por una solida formación académica, que han sido pioneros en el estudio de los sistemas políticos del mundo con los más respetados intelectuales como José Fernández Santillán, quien estudió en Italia con Norberto Bobbio; o José Reynoso Núñez, quien fue dirigido en su tesis por Dieter Nolhen.

Sin duda, perfiles como éstos ayudarían al nuevo INE a no nacer infestados de viejos políticos que han caminado por el sistema jurídico-electoral toda su vida sin conocer un documento doctrinario que les hiciera ver la importancia principal del voto del soberano en una elección. Hecho que también hace difícil que sean ellos los elegidos, ya que quienes tienen la sartén por el mango son aquellos favorecidos de que lo último que valga en nuestra prácticamente inexistente democracia, sea el voto de la gente.

*Esta columna fue publicada originalmente en el centro de estudios públicos Asuntos del Sur.org.

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