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Mujeres: el desafío de imponerse por la calidad y no por la fuerza
Lun, 26/11/2012 - 00:15

Lucy Krell

La reconquista de Chile en manos de españoles mil-euristas
Lucy Krell

Lucy Krell es socia de CT Partners en la Oficina de Santiago (Chile). Cuenta con 14 años de experiencia en la búsqueda de ejecutivos para puestos de alta dirección en diversos sectores industriales tales como Servicios Financieros, Bienes de Consumo, Retail, Telecomunicaciones, Transporte, Energía y Minería, incluidas las empresas locales y multinacionales.

La encuesta de la Universidad  Diego Portales (Chile), dada a conocer el día 23 de octubre, concluye que a uno de cada tres hombres chilenos le incomoda tener una mujer como jefe. A juicio de ellas la realidad es que esa cifra es más elevada  y que ellos, si bien están de acuerdo en que la mujer trabaje, no aceptan de buena gana que ella ocupe una jefatura.

Es que en Chile, según algunos expertos, culturalmente los cargos de autoridad se han asociado al género masculino, y si bien nuestro país ha avanzado a pasos agigantados en el ingreso de las mujeres a la educación superior, no ocurre lo mismo en el ámbito laboral, donde a pesar de dominar en las plazas ocupadas, como por ejemplo en el mundo del retail, no ocurre lo mismo a medida que se sube en los escalafones de responsabilidad, pues su participación comienza a ser ínfima, al punto de prácticamente extinguirse al llegar a la cima.

Revertir esta pirámide debiera ser uno de los objetivos, sin embargo, ello no debe significar que como propugnan algunos se deba imponer por medio de leyes de cuotas, sino que por el contrario, debiera optarse siempre por el mejor para cada posición laboral, sin importar el sexo.

Este tema es parte de la agenda que se discute en todo el mundo hace una semana. La Comisión Europea aprobó un proyecto de ley para imponer a las empresas que cotizan en la Unión Europea una cuota de 40% de mujeres en sus consejos administrativos para el año 2020. Contrariamente a lo que pudiera creerse, no todo el sexo femenino apoya la iniciativa y es así como este proyecto que originalmente iba a ser discutido por la Comisión el 23 de octubre de este año, debió aplazarse debido a la oposición de muchos miembros de la Comisión que no estuvieron de acuerdo con el texto. En dicha instancia hay nueve mujeres, cinco de las cuales se negaron a apoyar el texto original que debió ser modificado flexibilizando la medida.

 Hoy, mientras casi en paralelo la prensa informa que Chile es el país que más cae en el ránking global de igualdad de género, debido a la gran brecha salarial, el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) da a conocer un estudio que indica que solamente el 20% de las empresas en Chile tiene mujeres en sus directorios. Las razones que se esgrimen para explicar esta realidad van desde la falta de ambición de ellas, hasta la masiva incorporación al mundo laboral  de mujeres vulnerables, y por ende, poco capacitadas, lo que les significa bajos ingresos.

Sin importar las justificaciones, lo que importa ahora es ver cómo se continúa avanzando por la senda correcta. Para ellos las mujeres deben seguir educándose, hacer carrera y contar con proyectos por parte del Ejecutivo que les signifiquen un verdadero apoyo, tales como el de las salas cuna, a fin que no se deban ver enfrentadas a la disyuntiva de tener que optar por una familia o una carrera profesional destacada.

La nueva generación de chilenas lo ha comprendido y así lo avalan las cifras: más de la mitad de los matriculados en educación superior, en 2011 en Chile, fueron mujeres, superando en 34 mil al número de varones. El mismo año la matricula entre alumnos de postgrados y magíster fue casi idéntica para ambos sexos. No es arriesgado entonces apostar que la situación tendrá que cambiar y que ello va a obedecer al imperio de la razón y en ningún caso al de la fuerza.

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