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El desafío cultural del Open Banking
Vie, 22/09/2023 - 08:30

Agustín Schachmann

Agustin Schachmann
Agustín Schachmann

Vicepresidente de ventas para Servicios Financieros de Oracle Latinoamérica

La digitalización de la banca ya se ha instalado como un escenario que llegó para quedarse, lo que se ha traducido en que cada vez vemos menos sucursales presenciales. Como usuarios, hemos migrado hacia nuevos hábitos en un contexto en que todo lo podemos hacer de manera digital, principalmente apoyados en la tecnología.

¿Qué sigue, entonces? 

El Open Banking (o Banca Abierta) ya es una realidad gracias a la nueva Ley Fintech (promulgada a principios de este año y que hoy se encuentra en la etapa de redacción de su reglamento). Y es, sin dudas, el mayor desafío que enfrentan los bancos en la actualidad considerando que estamos frente a una industria con mercados volátiles, rodeados de un entorno regulatorio robusto y con recurrentes demandas tanto internas como externas.

Tradicionalmente, los bancos han mantenido los datos financieros de sus clientes dentro de sus propios sistemas cerrados.

El Open Banking implica compartir datos financieros y de clientes entre entidades y proveedores de servicios externos mediante el uso de interfaces de programación de aplicaciones.

¿Cómo se espera que beneficie a los usuarios? Reduciendo los tiempos de respuesta mientras aumentamos la automatizacón de operaciones a través de la conectividad de servicios, expandiendo en consecuencia la interacción entre las instituciones del mercado financiero. 

Como contracara de esto, el Open Banking trae asimismo desafíos en materia de ciberseguridad debido a que los usuarios en muchos casos son reacios a compartir sus datos con otras entidades bancarias por el temor al mal uso que se pueda hacer de ellos.

Estamos en medio de una transición que cambiará el modo de operar de la industria y que, a su vez, exige una adaptación tanto de los clientes como de la legislación. La disyuntiva entre el beneficio que produciría su implementación para los clientes del sector bancario y la preocupación por el tratamiento seguro de la información abre una discusión que nos sitúa en el plano de la culturalidad.

Es conocida la imagen del dios romano Jano que era representado con dos caras que miran hacia lados opuestos. Traigo esa imagen aquí porque creo que para encarar esta dificultad propia de todo cambio cultural es necesario poder hacer coincidir estos dos desafíos.

Y, sin lugar a dudas, la mejor forma de lograr esto es asegurar que las condiciones técnicas estén dadas.

Para que la premisa esencial del Open Banking funcione es crucial que diferentes sistemas y plataformas puedan comunicarse entre sí, facilitando la interoperabilidad y garantizando la seguridad con una escalabilidad eficiente, permitiendo crear un ecosistema financiero verdaderamente conectado.     

De esta manera, el Open Banking representa más que una simple evolución en el mundo financiero; es una revolución que pone al cliente en el centro y promueve la innovación y la transparencia.

A medida que este movimiento continúe creciendo, los bancos necesitarán de socios tecnológicos sólidos y confiables, que respondan a esta necesidad de modernizar estos procesos back office para que sepan responder a las demandas y requerimientos actuales en el menor tiempo posible.

Poder hacer más con menos, es el objetivo final. Y estar listos, así, para el siguiente nivel.