El mayor productor de cobre cerró 2023 con una caída en el último trimestre de producción del metal rojo. Al mismo tiempo, Cochilco predice que el cobre continuará en caída libre en los años venideros.
Las cifras de crecimiento son ajenas a la producción del cobre chileno. Hablamos de un problema que no es reciente y al parecer tardará años en superarse. Codelco, la empresa estatal dedicada a la explotación del metal rojo en Chile, publicó la semana pasada un informe revelador: la producción cuprífera del último trimestre del año fue de 358.000 toneladas métricas, mientras que en el mismo periodo de 2022, se registraron unas 384.000 toneladas. La corporación estatal reveló la mala noticia durante una sesión de una comisión de la Cámara de Diputados de Chile.
Si bien los resultados oficiales de 2023 recién saldrán a la luz en marzo, la tendencia de los meses finales ya refleja el nivel de producción más bajo del cobre chileno en los últimos 25 años. Las causas de esta contracción en la producción se remontan a una serie de reveses en proyectos y minas, que ocasionaron una disminución de la calidad del mineral tras décadas de subinversión. No obstante, las cifras del último trimestre del año fueron superiores al periodo de julio a septiembre, lo que establece una potencial recuperación a mediano plazo.
Desde una óptica similar, Rubén Alvarado, director ejecutivo de Codelco desde agosto de 2023, propone un alza gradual para este año. Bajo este proyecto, la dirección financiera de Codelco proyecta que la empresa alcance la producción de 1,32 millones de toneladas de cobre para este año; 1,35 millones para 2025 e incluso, superar los 1,7 millones para 2030. En contraste, otros estudios reflejan que la tendencia al descenso continuaría en lo que resta de la década.
Así, la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) en su informe que proyecta la producción del cobre chileno hasta 2034 sostiene que la industria local alcanzaría su pico más alto en 2029, con 6,88 millones de toneladas de cobre fino. En contraste, el reporte anterior situaba la cumbre en 2030, con 7,14 millones; mientras que el de 2021, establecía el pico en 2028, con 7,62 millones. Por otro lado, los cálculos de la institución apuntan a que la producción cuprífera disminuya a unas 6,43 millones de toneladas para 2034. En el escenario más optimista se alcanzaría 7,46 millones y en el peor de los casos, la producción rozaría los 5,36 millones ese año.
“La proyección de producción de cobre, al igual que en 2022, se estima una vez más a la baja debido principalmente a la postergación de la puesta en marcha de los proyectos mineros de la cartera de inversiones”, advierte el nuevo reporte de Cochilco.
LOS RESPONSABLES DEL ESTANCAMIENTO
Uno de los proyectos emblemáticos en Chile, cuyo retraso ha influido en la decadencia productiva del cobre es Rajo Inca, de Codelco. Su demora ha lidiado con dificultades técnicas, así como de gestión. Se trata de un proyecto que busca extender la operación de la división Salvador de Codelco en 47 años, ante un agotamiento de recursos cada vez mayor. En otros casos, Cochilco sostiene que la ejecución y puesta en marcha de proyectos mineros se termina aplazando. “Han sido retrasados de tal manera que han salido del horizonte temporal de análisis, y que en informes anteriores se consideraban como proyectos que entrarían en producción de manera más temprana”, establece el informe.
Y a pesar que no se dan nombres exactos, uno de los proyectos truncos de la minera de cobre chileno es NuevaUnión. Esta es una iniciativa conjunta de la minera canadiense Teck y la estadounidense Newmont Goldcorp que nació en 2015, cuando ambas firmas combinaron sus proyectos Relincho y El Morro, ubicados en la región chilena de Atacama. “Es uno de los mayores proyectos de cobre-oro-molibdeno no desarrollados en las Américas”, expresó Teck en 2021, cuando se publicó “la evaluación de las oportunidades de optimización”. Pese a las expectativas, poco se ha avanzado en su ejecución y de concretarse, podría alcanzar una producción anual de 1,9 millones de toneladas de cobre.
Finalmente, las consecuencias de la pandemia del COVID-19 en el sector cuprífero no se han disipado por completo, según Cochilco. Esto se manifiesta en la corrección reiterada de proyecciones iniciales: en 2022, se esperaba alcanzar 5,65 millones de toneladas de cobre. Dicha suma fue corregida a 5,33 millones, retrasando así la recuperación para 2024. De esta forma, al margen del optimismo que proyecta la administración de Codelco, cabría preguntarse qué estrategias seguirán para destrabar los proyectos mineros que podrían repuntar las cifras del mayor productor de cobre del mundo.
