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Codelco y su emisión de bonos: ¿crisis de confianza?
Jueves, Enero 25, 2024 - 18:00
crédito foto Codelco web

Esta semana la cuprífera chilena colocó dos bonos y obtuvo US$ 7.500 millones. En septiembre del año pasado, Codelco ya había emitido otros US$ 2.000 millones en deuda. Pero algunos dudan que sea suficiente para alcanzar sus metas de producción al 2030. 

Ha sido una buena semana para la chilena Codelco. Por un lado evitó el pasado viernes una huelga en su división Ministro Hales, mientras que el martes fue doble o nada: consiguió que la australiana Lithium Power Internacional (LPI) le vendiera en US$ 253 millones las acciones para hacerse con el control del Salar de Maricunga, a la vez que finalizó la colocación de un nuevo bono a 12 años y la reapertura de su último bono a 30 años, todo por US$ 2.000 millones iniciales que terminaron siendo US$ 7.500, “dado el interés de inversionistas”, como destacó la propia empresa en un comunicado.

La estatal chilena leyó este éxito como una “clara demostración de confianza y apoyo (…) al plan de inversiones de largo plazo de la Corporación, a pesar de la caída momentánea de la producción”, ya que le permitió obtener más de 3 veces lo estimado, que irá directo para el avance de su programa de inversiones para 2030. 

A pesar de ello, analistas locales recordaron que la cuprífera estatal viene de una mala racha en 2022 y 2023, año en que la clasificadora de riesgo S&P recortó la nota crediticia de la empresa de A a BBB+, sumándose Moody´s y Fitch, que rebajaron sus calificaciones de A3 a Baa1 y de A- a BB+ en octubre y noviembre del año pasado, respectivamente.

Además, en septiembre del año pasado, Codelco ya había emitido otros US$ 2.000 millones en deuda.

Para las tres agencias, así como para expertos, la baja producción y el alto endeudamiento de Codelco preocupan desde hace tiempo. Por ende, esta nueva colocación era un paso esperable.

“Ha sido ampliamente comunicado que se requieren aún otros US$ 10.000 millones para financiar los proyectos estructurales, y con la política de financiarse con el 30% de las utilidades no es suficiente. Menos aún en el escenario de producción y estrechez de margen que se ha conjeturado hasta 2025”, indica a AméricaEconomía Sebastián Morel, director de Matrix Consulting, una consultora estratégica de negocios.

Y es que principal objetivo hoy de la estatal es extender la vida útil de los yacimientos y recuperar los niveles históricos de producción hacia el inicio de la siguiente década.

De hecho, la compañía que dirige Máximo Pacheco recalcó que, para esta emisión, los plazos son consistentes con los ingresos que se obtendrán de los proyectos estructurales que se encuentran en ejecución y puesta en marcha.

Según el plan de Codelco con el gobierno chileno 2021-2024, además, este año la producción ya debería subir.

Pero a pesar del éxito inicial, medios económicos locales subrayaban que a mitad de semana los bonos de Codelco cayeron y los de la nueva emisión se transaban casi 6 centavos por debajo del valor par. 

Por otro lado, si bien la emisión de deuda en esta ocasión logró una tasa muy razonable, dado el interés generado en la ronda, Morel cree que Codelco deberá refinanciar sus pasivos.

“No está claro es si el plan de US$ 10.000 millones seguirá siendo el techo máximo necesario, dado que hace poco tiempo se manifestó que se requerirán de nuevas inversiones para estabilizar, por ejemplo, Chuquicamata subterránea. Este tipo de hechos genera desconfianza en la capacidad de desarrollar esta enorme cartera de transformación dentro de la promesa de tiempo y capex total”, subraya.

Así las cosas, la proyección de que la deuda de Codelco llegaría a cerca de los US$ 30.000 millones para 2030 puede incluso quedarse corta.

Con todo, la agencia Moody’s dijo que, aunque la nueva deuda presionará el apalancamiento de Codelco, proyecta que a fin de año este será mejor que los niveles de 2023 y estima que la promesa de Pacheco, respecto a que los volúmenes de producción van a mejorar este año y los costos de operación serán más bajos, se cumplirá. 

Al respecto, el director de Matrix Consulting recuerda que se ha estimado una recuperación en la producción solo tras 2030. 

“Si bien cada una de estas emisiones también son una prueba de la confianza del mercado en la empresa y en el activo subyacente, diría que por ahora lo han sorteado bien. Pero si desde ahora en más no cumplen sus promesas podría significar pérdidas de calificación en el futuro cercano que dificultarían financiar lo que queda”, finaliza Morel.

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AméricaEconomía