Desalación, reúso de aguas, recarga artificial de acuíferos y una serie de leyes que se tramitan en el Congreso son apenas la punta del iceberg para que esta nación sudamericana acceda a nuevas fuentes de agua dulce. Deberán convencer a la ciudadanía de que el recurso hídrico se ha vuelto más escaso y, por ende, más difícil de proporcionar. ¿Estará dispuesta la población a pagar por las inversiones y tecnologías que le darán seguridad hídrica?
Entre las medidas adoptadas, la ministra de Obras Públicas, Jessica López anunció la instrucción de la Dirección General de entregar un adelanto de 20% del valor de las obras a las empresas que lo soliciten, lo que les permitirá a las empresas levantar su faena u obra con recursos del propio contrato.
Desde glaciares artificiales hasta proyectos de riego en zonas lluviosas, las autoridades dan un vuelco hacia una política del agua con enfoque regional y énfasis en una seguridad hídrica. La meta es mitigar los efectos del cambio climático, repensando la forma en que se accede al recurso.
La Ministra de Obras Públicas de Chile, Jessica López; la directora de InvestChile, Karla Flores, y el director general de Concesiones, Juan Manuel Sánchez, expusieron las licitaciones que llevará a cabo la cartera entre 2024 y 2028 ante más de 20 empresas locales en Tokio.
Ruta del Loa argumentó que pide una compensación porque incurrió en gastos adicionales "como consecuencia de la modificación unilateral del contrato de concesión, instruida por el MOP, por razones de interés público".
La Dirección General de Aguas de Chile trabaja en la implementación de cada una de las reformas al Código de Aguas, cuyo foco es priorizar el consumo humano y velar por el equilibrio entre la función de preservación ecosistémica y productiva que cumplen las aguas.
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