
A través de sesiones online, bootcamps y programas de seguimiento, la iniciativa de la Fundación Chile busca combatir el desempleo, que alcanza al 8% de la población chilena.
Creada en 1976 como iniciativa conjunta del Estado chileno y la empresa estadounidense ITT, la Fundación Chile (FCh) es una de las principales organizaciones público-privadas del país austral, caracterizada por impulsar la transformación de sectores clave de la economía chilena mediante la innovación, la transferencia tecnológica y la articulación de alianzas.
Algunas de sus áreas de trabajo abarcan la educación y formación de talento, la sostenibilidad y el cambio climático, transformación digital, minería, entre otras. Bajo dicho enfoque, la FCh ha contribuido a la introducción de la salmonicultura en Chile, además del crecimiento de la exportación de madera y berries en la agroindustria.
Pero es en el ámbito educativo donde la FCh ha encabezado uno de sus proyectos más ambiciosos: Talento Digital para Chile. Se trata de una iniciativa que busca reconvertir laboralmente a miles de personas para que accedan a empleos en la industria tecnológica, incluso sin disponer de formación previa en el rubro.
“Nuestra convicción desde la Fundación Chile es que el desarrollo del país pasa por el desarrollo de las personas. Esto incluye contar con modalidades de estudio que sean online y sincrónicas, así como promover ciertos públicos objetivos y metodologías de formación para conectar con más personas. Casi un 80% de participantes de Talento Digital pertenecen a poblaciones vulnerables”, explica Valentina Quiroga, gerenta de Desarrollo Humano en Fundación Chile y exsubscretaria de Educación del país austral a AméricaEconomía.
Por otro lado, si bien hay un porcentaje significativo de participantes con educación superior, Quiroga señala que también hay otras condiciones de vulnerabilidad que no permiten acceder a oportunidades de empleo. Por ende, Talento Digital trabaja con una metodología basada en bootcamps que tienen como objetivo dirigir a las personas a la reconversión laboral.
“Cuando escuchas a los egresados del programa, muchos te cuentan que el programa no fue solamente un curso de capacitación: sienten que les transformó la vida. Hay que considerar que es gratuito y al ser virtual, permite la participación de grupos como madres de niños pequeños”, explica Quiroga, quien también resalta que el programa cuenta con un sistema de seguimiento que permite analizar su impacto posterior en los ex participantes.
Cabe destacar que en septiembre de 2024, Talento Digital para Chile fue una de los ocho programas impulsados por el Estado que alcanzaron un desempeño positivo o medio, según la Dirección de Presupuestos (Dipres).
Ante estos resultados notables, la ex subsecretaria de Educación opina que las organizaciones público-privadas son clave en la articulación de proyectos, donde el Estado es un actor importante, pero no el único que puede contribuir a la construcción de soluciones.
“Este tipo de organizaciones tienen un rol súper importante en pilotear, en probar, en innovar y lograr el mayor nivel de madurez con los pilotos, de tal manera que estos después puedan ser tomados por entidades públicas o privadas para escalar impacto”, agrega Quiroga.
Asimismo, otro aprendizaje importante implica que no resulta nada fácil escalar iniciativas que no tienen incorporada la mirada de escalamiento desde su origen. Esto sirve de lección para países como Perú, donde las alianzas público-privadas están cobrando protagonismo en sectores como la energía y salud. Ante esta tendencia creciente, Quiroga advierte lo siguiente:
“En las alianzas no es suficiente que haya solo una agenda de trabajo: hay que tener una mirada de sostenibilidad que incluya estrategias frente a cambios de gobierno o de autoridades en cualquier sector”.